Ernesto Araújo: "Si en octubre hay otro gobierno deberemos cambiar prioridades"
El canciller de Brasil llegó a Buenos Aires para preparar la visita de Jair Bolsonaro; elogia al gobierno de Macri y ratifica la intención de reducir el arancel externo común del Mercosur
Con premura por acelerar una agenda bilateral con Mauricio Macri que contribuya a resolver las amplias dificultades económicas que hoy enfrentan Brasil y la Argentina, ayer desembarcó en Buenos Aires el ministro de Relaciones Exteriores, Ernesto Henrique Fraga Araújo. El funcionario, gravitante en el gabinete de Jair Bolsonaro , buscará acordar hoy con el canciller Jorge Faurie una fecha para la visita del presidente brasileño al país.
Se trata de un viaje ansiado luego de que Bolsonaro rompiera con la tradición de los flamantes mandatarios brasileños, que elegían a la Argentina como primer destino internacional. El mandatario ya visitó Estados Unidos, Chile e Israel, y ahora se espera que viaje a Buenos Aires antes de la reunión del Mercosur de julio.
Hay una agenda que apremia en la relación bilateral, sobre todo, antes de las elecciones presidenciales en la Argentina. "Quizá podrían cambiar las prioridades y las señales con un nuevo gobierno. Pero eso será para después de octubre. En estos meses podemos construir muchas cosas que contribuyan a que superemos las dificultades económicas que tenemos ambos países", dijo Araújo a la nacion.
El ministro ayer fue nombrado miembro correspondiente por el presidente del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI), Rodríguez Giavarini. Y hoy tenía prevista una nutrida agenda en el Palacio San Martín con Faurie y parte del equipo económico, con quienes abordará los desafíos del Mercosur.
Según anticipó Araújo, Brasil espera que el Mercosur sea "más eficiente" y considera que un acuerdo con la Unión Europea "sería un cambio en el juego muy importante". El funcionario, en tanto, ponderó la "fortaleza moral" como la mejor herramienta para un cambio democrático en Venezuela.
-Hay mucha expectativa por la posible visita del presidente de Brasil a la Argentina. ¿Por qué Jair Bolsonaro no visitó aún el país? ¿Cuándo podría viajar a Buenos Aires?
-Bolsonaro realmente quiere venir. Traigo una propuesta de fecha que le voy a presentar al canciller Faurie para que eso sea pronto. La Argentina no ha sido el primer país que Bolsonaro visitó, pero sí fue Macri la primera visita que él recibió, como una señal de la amistad especial que tenemos.
-¿Cuál sería la fecha?
-Todavía no puedo decirlo. Seguramente será una visita especial a la Argentina antes de la cumbre regional del Mercosur.
-¿Cuáles son los temas prioritarios que Bolsonaro quiere conversar con la Argentina?
-Primero, el fortalecimiento del Mercosur, para que siga como un proceso todavía más fuerte de integración, pero modernizándose y encontrando elementos de mayor eficiencia. Es necesario que sea un bloque capaz de volver a su vocación original de libre comercio y una plataforma abierta hacia el mundo. Y tratar un posible acuerdo con la Unión Europea, porque sería un cambio en el juego muy importante. Luego, con la Argentina tenemos toda la agenda bilateral, que es tan rica y tan diversa. Todo lo que hace a la cooperación en el combate al crimen organizado, que desgraciadamente crece en nuestros países y es una prioridad absoluta. También en relación con la energía, porque hay una nueva realidad por el actor en el que puede convertirse la Argentina por la explotación de Vaca Muerta. Y hay una preocupación en Brasil por finalizar el corredor bioceánico que pasa por Brasil, Paraguay, la Argentina y Chile.
-¿Ve viable la rebaja del Arancel Externo Común (AEC) de forma gradual, tal como propuso la Argentina?
-Hay una coincidencia en que hay que hacer una rebaja del AEC para estimular la competitividad y la eficiencia. Y hay que hacerlo de una manera que tenga un impacto administrable y positivo para el conjunto de la economía. Se ha avanzado en discutir la modalidad de una rebaja y hay ahora que ir hacia lo concreto. Lo vamos a hacer, es un hecho, solo falta ver cómo.
-¿Cómo evalúa el potencial acuerdo de libre comercio con la Unión Europea? El presidente de Francia, Emmanuel Macron, dijo cuando visitó la Argentina durante el G-20 que no sabía qué actitud iba a tomar Bolsonaro.
-La actitud de Brasil hacia un acuerdo entre el Mercosur y la UE es positiva y es una gran prioridad. Claro que la UE tiene que hacer su parte. Yo diría que nunca estuvimos tan cerca de un acuerdo y que puede ser excelente para nuestras economías. El tramo final siempre en cualquier acuerdo es el más difícil, pero hay una disposición política muy grande.
-Mañana se encontrará con parte del equipo económico del Gobierno. ¿Cree que se puede ampliar el comercio bilateral entre la Argentina y Brasil? ¿Cuáles son las principales oportunidades de negocio?
-Hay muchísimas oportunidades. Hay que explorar la interconexión de todos los sectores donde hay inversión de parte a parte. Hay que trabajar en el aspecto regulatorio no cubierto por el Mercosur para que se faciliten las inversiones y el comercio entre empresas inversoras. Y hay que trabajar con las barreras que todavía existen para el libre cambio en nuestros países. Para nosotros, el tema del azúcar es importantísimo como para ustedes son los productos agrícolas que no están liberalizados.
-¿Qué perspectivas tiene para las elecciones argentinas? Macri quiere reelegir y Cristina Kirchner aparece como la dirigente opositora con mayores chances electorales. ¿Cómo cree que el resultado electoral puede impactar en la relación bilateral con Brasil?
-El presidente Bolsonaro admira mucho el trabajo que hizo Macri en la Argentina y tiene conciencia de los desafíos que enfrentó heredados del período anterior. Se han llevado muy bien en el encuentro que tuvieron en enero. Pero con cualquier presidente de la Argentina tendremos que tener una relación muy densa. Quizá podrían cambiar las prioridades y las señales con un nuevo gobierno y haya que recomponer la relación en función de esas prioridades. Pero eso será para que lo veamos después de octubre. En estos meses creo que podemos construir muchas cosas que contribuyan a que superemos las dificultades económicas que tenemos ambos países.
-Tanto la Argentina como Brasil hoy enfrentan serias dificultades económicas, ¿cómo afectan estas coyunturas a la relación bilateral?
-Hay que encontrar las ecuaciones que cierren para los intereses recíprocos. Estamos ambos en períodos de apertura y queremos dar señales de competitividad, y eso es lo importante. Brasil está dando todas las señales al sector privado de un nuevo dinamismo económico, pero, en nuestro caso, podremos hacer mucho más cuando se apruebe la reforma previsional. Diría que cuando pase esa reforma va a haber realmente un crecimiento extraordinario en Brasil y eso va a impactar directamente en la Argentina de forma positiva. Estamos en un período de dificultades y a ambos nos gustaría estar creciendo más. Pero creo que a la vuelta de la esquina vamos a entrar en una nueva era de crecimiento compartido.
-¿Qué herramientas tienen Brasil y la Argentina para restaurar la democracia en Venezuela? ¿Cómo ve una eventual intervención extranjera en ese país?
-Las herramientas son las que estamos utilizando en el Grupo de Lima y que parten de una convicción y de una fortaleza moral. Tenemos la convicción de que hay que vencer a un régimen que mantiene a su población en una situación de humillación y de hambre. Yo creo mucho en la fuerza del sentimiento moral y eso se expandió gracias al trabajo de nuestra región a la comunidad internacional. No hay precedentes de un apoyo así a un presidente interino, como es Juan Guaidó, que aún no tiene el mecanismo de poder, pero que tiene la fuerza moral de la comunidad internacional. Seguimos trabajando y no pensamos en la intervención. Hay mucho espacio para la acción política, eso ya está generando una creciente base de apoyo a Guaidó en Venezuela. La gente ya no se intimida ante el régimen.
-¿Cual es el principal objetivo del Prosur?
-Garantizar que la integración sudamericana se profundice en lo que nunca fue hecho por Unasur, sobre todo en lo vinculado a la integración física y que sea en un ambiente de democracia. Que la democracia sea no una opinión, sino una obligación de los países de la región.
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