La misión en Madrid: significativas señales de apoyo a nuestro país. España "no abandonará" a la Argentina
Lo dijo el rey Juan Carlos durante la reunión con Cristina Kirchner y Alberto Fernández; fuerte apoyo de Rodríguez Zapatero
MADRID.- El gobierno argentino cosechó en España las mejores expresiones que podía oír en el momento de repensar su estrategia para el pago de la deuda externa con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Desde el afectuoso "no vamos a abandonar" a la Argentina con que saludó el rey Juan Carlos hasta el "respaldo político" y "esfuerzo para que otros comprendan el que hace el país por recuperar la normalidad" prometido por el presidente José Luis Rodríguez Zapatero, todas fueron palabras de aliento.
En el caso del mensaje del gobierno español, fue recogido tras 2,40 horas de permanencia en el Palacio de la Moncloa, lapso inusual en este tipo de encuentros y revelador de que las reuniones allí mantenidas fueron lo suficientemente amplias como para ir a fondo y mucho más lejos de lo protocolar.
Tal el corolario de la visita privada que el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y la senadora Cristina Fernández de Kirchner efectuaron a España en busca -dijo el primero- "de consejo e intercambio de ideas" en materia política y económica, que incluye el llamado "desendeudamiento" con el Fondo Monetario Internacional.
Con su cálida recepción, el rey pasó muy por encima de las informaciones con fuente argentina publicadas por diarios españoles y de nuestro país que le atribuyeron una hipotética mediación ante el Fondo.
Tales expresiones habían provocado malestar en España y una reacción ante autoridades diplomáticas.
Decisión
"España tiene la decisión de impulsar el mejor desarrollo de América latina", dijo el monarca, tras asegurar a los visitantes que su país no va a "abandonar" a la Argentina. Según se informó, el monarca presentó los saludos de la reina Sofía, que no concurrió al encuentro.
La audiencia duró poco más de media hora. Y tuvo un elemento curioso: empezó minutos después de las 19 a raíz de una ligera demora que sufrió el monarca. Es la primera vez en lo que va del mandato de Kirchner que son los argentinos los que aguardan -en este caso muy brevemente- por el rey. Y no a la inversa, como ha ocurrido en el pasado.
Para el ministro y la primera dama, el día había comenzado mucho antes, con las extensas reuniones de trabajo en la sede del gobierno español. Fueron dos: primero con el presidente Zapatero, y luego con su influyente asesor en cuestiones macroeconómicas, Miguel de Sebastián.
De hecho, ésta fue la persona con la que más tiempo pasaron los enviados argentinos en la decisiva jornada: el encuentro con Sebastián fue media hora más largo que el mantenido con Zapatero. Y una hora más que con el ofrecido por el rey.
Otro dato llamativo de la jornada fue que la información oficial sobre las reuniones de trabajo fue suministrada por fuentes españolas.
Reconocimiento
El presidente Zapatero "reconoce, valora y comprende el enorme esfuerzo del gobierno argentino por volver a la normalidad" tras el colapso ocurrido en el país hace casi tres años, dijo un vocero oficial del Palacio de la Moncloa.
En un escueto y claro informe oral a LA NACION, se precisó que Zapatero ofreció "su esfuerzo para que otros reconozcan" el que hace la Argentina, al tiempo que reiteró sus "grandes esperanzas en el futuro del país. No sólo en lo económico, aunque también en eso".
A diferencia de ese informe -y de lo que ocurre habitualmente tras encuentros de este calibre-, los integrantes de la delegación argentina no convocaron a la prensa para una comunicación oficial. "No hay nada previsto", fue la respuesta recogida. Así, en el mejor de los casos, el relato de los funcionarios de nuestro país fue por declaraciones individuales.
"Todo ha sido altamente positivo", sintetizó Fernández. Terminada la audiencia con el rey, el ministro emprendió el regreso a Buenos Aires y, contrariamente a lo previsto, no participó en la proyección de la película "Nietos, identidad y memoria", a la que sí asistieron la primera dama y el embajador Carlos Bettini.
Cerca de 400 personas colmaron la sala y aplaudieron a la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, que viajó para la ocasión.
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