Etica Pública propone un sondeo para medir el índice de corrupción
Diagnóstico: Luis Ferreira, con asistencia de Poder Ciudadano, procura un panorama certero de esa situación en el Gobierno.
Luis Ferreira quiere medir la corrupción del gobierno al cual pertenece.
Como director de la Oficina Nacional de Etica Pública, el ex decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires es el encargado de velar por la transparencia de los funcionarios del Poder Ejecutivo y ya se reunió en dos oportunidades con los directivos de la fundación Poder Ciudadano, una organización a la que el Gobierno, en varias oportunidades, calificó de opositora.
El motivo de estas reuniones: arreglar los detalles para realizar en la Argentina una encuesta que brindará un diagnóstico certero de cuál es la magnitud de la corrupción en el país.
"La encuesta será sólo un instrumento de trabajo", aclaró Luis Ferreira al dialogar con La Nación en su despacho del primer piso de la Casa de Gobierno, que fue inaugurado en septiembre de 1997 por su antecesor, el escritor, periodista y ex secretario de Cultura José María Castiñeira de Dios, quien permaneció en ese cargo hasta abril del corriente año y que renunció por problemas de salud.
Durante su gestión, Castiñeira de Dios recibió unas ochenta denuncias de corrupción que no fueron investigadas porque, según explicó él mismo, estaban fuera de la jurisdicción de su oficina habilitada por la legislación.
De todos modos, siempre se encargó de dejar en claro que giraba esas presentaciones -muchas veces anónimas- a las dependencias que correspondieran.
Receta internacional
La fórmula de medición de la corrupción en la que está interesado el director de la Oficina de Etica ya ha sido utilizada por el Banco Mundial en diversos países de la ex Unión Soviética. Poder Ciudadano será el socio local del Banco Mundial para realizar el trabajo.
Ya hubo dos reuniones entre Luis Ferreira, Christian Gruenberg y Luis Moreno Ocampo, representantes de Poder Ciudadano.
En la segunda de ellas, realizada el 1º del actual, también estuvo Daniel Kaufmann, funcionario del Economic Development Institute del Banco Mundial y especialista en este tipo de mediciones.
Luis Moreno Ocampo confirmó las reuniones con el director de la Oficina Nacional de Etica Pública y aseguró que "Gallup Argentina ya está trabajando en la traducción de los cuestionarios que se utilizarán para las encuestas".
Según el ex fiscal del juicio a las juntas militares realizado durante la administración radical de Raúl Alfonsín, la encuesta permitirá una medición profunda de la corrupción en el país.
Servirá, afirmó Moreno Ocampo, para averiguar no sólo la magnitud del fenómeno, sino también cuáles son las áreas más afectadas.
"Será un excelente diagnóstico para el próximo gobierno", dijo Moreno Ocampo. Los entrevistados serán funcionarios, empresarios y representantes de la sociedad civil.
Tanto Ferreira como Moreno Ocampo están entusiasmados con la posibilidad de realizar este trabajo.
Saben, sin embargo, que no será fácil convencer a algunos de los integrantes del Gobierno sobre las virtudes de medir la corrupción.
Son conscientes de ello, especialmente, teniendo en cuenta que la figura del ex fiscal no suscita demasiadas adhesiones dentro del menemismo.
De hecho, la propuesta de instrumentar la encuesta en la Argentina surgió del propio Moreno Ocampo a manera de respuesta a las críticas que le había hecho Menem.
El Presidente no estuvo conforme cuando, en septiembre del corriente año, la organización Transparencia Internacional difundió el resultado de su encuesta sobre corrupción.
Transparencia, cuya representación local es Poder Ciudadano, realiza una medición que califica a los diferentes países según su grado de corrupción.
Desde hace tres años, la Argentina figura en el "ranking" de Transparencia con calificaciones mucho más bajas de lo que le hubiese gustado a los integrantes del Gobierno.
La difusión de ese índice motivó duras críticas de Carlos Menem y de otros integrantes de su administración hacia Transparencia y hacia Poder Ciudadano.
En septiembre último, luego de que Transparencia difundiera que la Argentina había obtenido tres puntos sobre los diez posibles en el índice de corrupción, el Presidente cuestionó el índice por "incompleto y subjetivo".
El jefe del Estado también acusó a "algunos" de los miembros de Transparencia de "lucrar a diario con la virtual privatización de la ética pública". Tampoco Ferreira está conforme con Transparencia. "Es un índice subjetivo, basado en percepciones", afirmó.
"Serio y profundo"
Moreno Ocampo respondió a las críticas con una propuesta: realizar un trabajo serio y profundo, auspiciado por el Banco Mundial, sobre el estado de la corrupción en la Argentina.
De hecho, el ex fiscal también reconoció que el método utilizado actualmente por Transparencia para medir la corrupción se basa en la "percepción" de los encuestados.
"Este método que ahora planteamos es más constructivo porque revela problemas específicos", explicó Moreno Ocampo.
Tanto él como Luis Ferreira confían en la posibilidad de que el próximo presidente cuente con un diagnóstico preciso de uno de los problemas más graves de la Argentina.
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