Examen sin definiciones ante banqueros de Adeba
Contacto: Fernández Meijide evitó precisar medidas concretas; la acompañó Bocco, que no conformó a los empresarios.
Pese a la insistencia de los banqueros, la precandidata presidencial de la Alianza, Graciela Fernández Meijide, no soltó prenda: no dijo quién formaría parte de su elenco ministerial en caso de llegar al Gobierno el año próximo y se negó a dar posibles nombres para la cartera económica.
El hecho ocurrió durante un almuerzo que mantuvo ayer con los banqueros de la Asociación de Bancos Argentinos (Adeba), la entidad que dirige el titular del Banco de Galicia, Eduardo Escasany.
La diputada sólo aseguró que no estará presa de las "estructuras partidarias". Pero no dijo más. Su prudencial silencio llevó alivio a los banqueros presentes, entre quines se encontraban Benito Roggio (Banco del Suquía), Juan Peirano (Vélox), Jorge Heinze (HSBC Roberts), Guillermo Stanley (Citibank) y Jaime Luccini (República), entre otros.
Fernández Meijide llegó acompañada del economista del Frepaso y actual director del Banco Ciudad, Arnaldo Bocco, una figura que los banqueros no quisieran ver ocupando el despacho del quinto piso en el Palacio de Hacienda que ahora cobija a Roque Fernández.
Algunos temieron toparse con su nombre cuando le insistieron para obtener precisiones sobre sus posibles colaboradores.
El encuentro, al que asistieron los más importantes banqueros adheridos a la entidad, confirmó algunos de los prejuicios que los banqueros mantienen hacia Bocco. "Cada vez que le preguntamos algo puntual terminaba contestando vaguedades", confió uno de ellos a La Nación , casi ofuscado.
Algunos se habían ilusionado con encontrarse en la reunión con José Luis Machinea, el referente económico de la Alianza (a quien alguna vez Fernández Meijide mencionó como su posible ministro). Pero como la definición de la interna con De la Rúa esta cada vez más cerca, Machinea (al fin y al cabo radical) ahora evita mostrarse con la precandidata para no irritar la sensibilidad de sus correligionarios.
En consecuencia, lo que Fernández Meijide cosechó de adhesión entre los banqueros por algunas de sus definiciones políticas y su poder de seducción lo cedió cuando se analizaron cuestiones relacionadas con la economía. Especialmente cuando se pasaba de la definición general a una más particular y precisa. "Nunca explicaron el cómo", apuntó uno de los asistentes. En el contacto con la prensa, la precandidata tuvo una explicación para ello. "No hablamos de medidas concretas, después de todo no somos gobierno. Lo que hicimos fue analizar propuestas e intercambiar puntos de vista", justificó. Y no ocultó su satisfacción por haber coincidido con los banqueros, especialmente cuando hablaron del sistema impositivo.
"Estuvimos de acuerdo en que hay que buscar un nuevo método para cobrar los impuestos porque el actual es ineficiente. Hablamos de buenos impuestos que sean fáciles de cobrar", señaló, mientras, a su izquierda, Escasany asentía con la cabeza.
Pero se negó a entrar en precisiones como cuando La Nación quiso saber qué opinaba sobre una ley que fije límites a las tasas que por las financiaciones con tarjeta de crédito aplican los bancos a sus clientes (un tema que irrita a los banqueros).
Los banqueros, fieles a su escuela que marca diversificar las apuestas para bajar los riesgos, trataron a Fernández Meijide como una candidata con buenas posibilidades de ser presidente.
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