Guillermo Dietrich: "Es totalmente realista pensar que Fernández puede sacar menos del 45%"
Con un optimismo a prueba de fuego, el ministro de Transporte y encargado de la fiscalización para el oficialismo cree que quienes votaron al kirchnerismo por enojo pueden optar ahora por Macri
Fundamentalista del optimismo, Guillermo Dietrich se aferra a la ilusión sobre dos argumentos: participación y fiscalización, su nueva responsabilidad. Sin cargar las tintas sobre los que lo precedieron, el ministro de Transporte cree que con una mejor fiscalización Mauricio Macri podría llegar al ballottage. "Creemos que hay una oportunidad en la fiscalización", dice.
En una entrevista con LA NACION, reconoce que la economía fue determinante en las PASO y asegura que las medidas que se tomaron en las últimas semanas fueron la respuesta que la sociedad estaba esperando. Con varias denuncias en su contra, Dietrich desliza que el regreso del kirchnerismo al poder lo podría complicar. "Es un riesgo que uno esperaría que no pase", sostiene.
-¿El 11 de agosto hubo un problema de fiscalización?
Creo que hubo una buena fiscalización, pero siempre encontrás cosas que se pueden mejorar y podemos tener una mejor fiscalización. Hay una mirada de algunos de que se fiscalizó mal, pero no fue así. Tenemos puntos rojos en algunas provincias en particular donde se ve claramente que hay mucho para mejorar.
-¿Cuáles son esos puntos rojos?
No, no. Hay mucha gente trabajando en esto que hizo un esfuerzo enorme, así que con el dedo señalarte tal lugar... no me siento cómodo. Reconozco el enorme trabajo que hicieron en el conurbano y en el resto de la provincia de Buenos Aires o en cada una de las provincias del interior, ahora vemos que en algún punto falló y estamos ayudando para resolverlo.
-¿Las fallas fueron producto de relajo, falta de coordinación o falta de recursos?
No creo que haya habido relajo y creo que hubo mucho compromiso. Quizás estamos más articulados y más organizados ahora. Tenemos la ventaja de tener más información, después de esto que pasó estamos más organizados, hay más gente involucrada y hay cientos de miles de personas movilizadas para que Macri siga siendo presidente.
-¿Pero faltaron recursos?
Nosotros tenemos un sistema de financiamiento de la política muy transparente en el cual nunca se usó la caja de gobierno para financiar la política, y somos consistentes con eso. Eso es parte de la matriz estructural que ha regido en la Argentina durante mucho tiempo y es parte de lo que hay que cambiar.
-¿Cuántos votos puede aportar una mejor fiscalización a Macri?
Es difícil cuantificarlo. Es una elección en que cada voto va a valer una fortuna. El objetivo es llegar al ballottage, cosa que no tengo dudas de que vamos a llegar, porque el kirchnerismo va a llegar justo con menos del 45%. Pero puede ser que estén entre el 44,9% y el 45,1%, y si la fiscalización te aporta ese 0,1, por ahí es la diferencia entre entrar o no entrar al ballottage.
-¿Pero hablamos de 0,1% o de varios puntos con una mejor fiscalización?
Algunos dicen que hay muchos puntos que pueden estar ahí. Hay que tener en cuenta que un problema de fiscalización con el kirchnerismo puede significar que un punto de ellos se transforme en dos puntos para nosotros. La realidad es que tenemos mesas con cero votos, tenemos anomalías en muchas mesas y en cada una se puede mejorar.
-Por la diferencia que sacó Alberto Fernández parece improbable un ballottage. ¿De dónde saldrían esos votos?
Mandé algo al gabinete el martes y vi que estaba dando vuelta en las redes... El básquet es un deporte de creciente precisión en el cual está todo estudiado, es muy difícil la sorpresa. En el caso de la Argentina frente a Serbia [en el Mundial] las apuestas estaban 8 a 1,12% de probabilidades para la Argentina. Y ganó la Argentina porque estaban convencidos.
-El deporte poco tiene que ver con la política...
Lo que hubo no fue una elección, fue una votación dentro de un proceso electoral. Sabemos que en la elección vota más gente que en las PASO, eso es estadística. Cuando uno ve la gente que se incorpora en el voto hay una tendencia de que haya más votantes nuestros que del kirchnerismo. Creemos que hay una oportunidad en la fiscalización y claramente también en hablarle de forma más directa, con mayor humildad, a gente que votó al kirchnerismo principalmente por un enojo fuerte con nosotros.
-Es algo que se plantea seguido, pero ¿por qué alguien que eligió a Fernández votaría por Macri?
Porque se sienten escuchados. Mucha de esa gente, que valora cosas indiscutibles que nosotros hicimos bien, de instituciones, democracia, valores, libertad de expresión, transparencia, muchísima de esa gente que no nos votó valora mucho esto y no quiere volver atrás, pero dice "con la economía así no aguanto más". Las medidas que vamos tomando son la respuesta, los escuchamos más allá de que no les resolvamos hoy todos sus problemas, pero es posible cambiar el voto.
-¿El resultado del 11 de agosto no dejó en evidencia que Macri era un mal candidato?
No, en lo más mínimo.
-¿No cree que hubo un voto bronca contra Macri?
Hay que poner en valor una y otra vez y destacar que venimos de años muy difíciles de la economía.
-Pero entonces reconozca por lo menos que hubo un mal diagnóstico...
Pará, pará... No te reconozco nada hasta tanto no sepa si estamos hablando de cosas similares o no. Si no, el título que vas a poner es que reconocí no sé qué cosa [se ríe y se toma diez segundos para retomar la respuesta]. Entonces, hemos tenido años de dificultad económica, en ese contexto hay millones de argentinos que han valorado algo de una tremenda profundidad que prácticamente no pasó a la historia de nuestro país.
-Ocho millones de argentinos eligieron seguir en ese camino, pero 12 millones eligieron otro.
Después de cuatro años de gobierno, después de los desafíos tremendos con una Argentina de 70 años de trauma, con una incapacidad para resolver problemas estructurales, que un gobierno no peronista, un gobierno creado por una persona, el primer espacio político que se crea después del peronismo que llega a gobernar un país, un gobierno que muchísima gente pensaba que no iba a durar más de tres o seis meses, que gobernó con minoría parlamentaria, que con estas dificultades económicas hayamos tenido millones de personas que dicen "nosotros valoramos profundamente esto", indica que vamos a una elección sumamente competitiva y con muy ciertas posibilidades de ganar.
-Pero, insisto, no queda claro. ¿Por qué alguien que votó a Fernández no lo volvería a elegir?
Por las razones que van cambiando los votos también. Puede pasar, sí. Pero también puede no pasar. Acá lo que tiene que pasar es que haya 10 puntos de diferencia, que el kirchnerismo tenga menos de 45 puntos y Juntos por el Cambio tenga más de 35, eso es lo que tiene que pasar para llegar a un ballottage.
-¿Pero cómo? Le sacó 15 puntos hace un mes.
Sí, exactamente. Podemos, no tengo ninguna duda de que podemos. Es totalmente realista pensar que el kirchnerismo puede sacar menos de 45% y Juntos por el Cambio puede sacar más de 35%.
-Marcos Peña planteó a principio de año que la economía no sería determinante. ¿Hubo un mal diagnóstico?
Creo que a mucha gente tuvimos la incapacidad de transmitirle la intención de las cosas que hacemos. Es indudable. La realidad es que la economía tuvo impacto, pero también tiene impacto una historia peronista de nuestro país, porque a diferencia de la elección anterior esta vez el peronismo fue bastante unido.
-Si se confirma el resultado, ¿le preocupa su futuro judicial?
Toda la obra que licitamos está en internet. Toda. Se puede ver cada una de las licitaciones, quiénes participaron, los precios, quiénes ganaron, todo. Lo pueden investigar hoy, cuando antes todo eso no estaba.
-¿Está tranquilo?
Estoy totalmente tranquilo porque acá hubo una transparencia total y absoluta en todos los actos que hicimos. Lo que sí me preocupa como argentino es que venga algún intento de influir negativamente en la Justicia.
-¿Cree que eso puede pasar si gana Alberto Fernández?
A ver: en el gobierno anterior hubo una tendencia hacia eso. Si el kirchnerismo estuviese en el poder, es un riesgo que uno esperaría que no pasara.
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