"Hasta ahora nadie aportó pruebas"
Gargano pidió cautela sobre el caso
MONTEVIDEO (De un enviado especial).- El canciller Reynaldo Gargano defendió ayer la designación como cónsul en Gualeguaychú de Arisbel Arocha Moreno, que fue durante la dictadura uruguaya cónsul en Buenos Aires. Y justificó el nombramiento en el hecho de que al momento de formalizarlo no encontraron pruebas concretas de las imputaciones que se formularon en su contra sobre una colaboración en la detención ilegal de personas.
Gargano manifestó esa postura pese a que organismos de derechos humanos uruguayos piden la remoción inmediata del funcionario y que, según una información del diario uruguayo La República, fue denunciado en la Justicia por un sobreviviente del centro de detención clandestino Automotores Orletti.
-¿Por qué se decidió esta designación consular en Gualeguaychú?
-La explicación es muy sencilla. En el Ministerio de Relaciones Exteriores del Uruguay existe una junta de destinos integrada por representantes de los funcionarios y de las autoridades que lleva el ministerio. Esa junta dice hay tantos destinos, y los funcionarios que están en condiciones para salir dicen que les interesaría tal o cual destino. Y luego la jerarquía juzga si efectivamente otorga o no ese destino. Bueno, la jerarquía le otorgó ese destino.
-¿Se estudiaron los antecedentes del funcionario?
-La cancillería tenía noticias de que existían rumores en torno a este tema que sale publicado en la prensa argentina. Investigó dentro del funcionariado, naturalmente, nadie aportó ninguna prueba al respecto y por lo tanto se le mantuvo la designación que se hizo. Si mañana alguien aporta pruebas concretas en la cancillería uruguaya acerca de lo que se le imputa, bueno, se procederá conforme ha procedido siempre el Poder Ejecutivo uruguayo, es decir, remitiendo el tema a la Justicia.
-¿No resulta significativo que la designación haya sido justamente la de Gualeguaychú, en medio de las tensiones que hay por las papeleras?
-Bueno, a mí me da la impresión de que hay un mero hecho casual en la cuestión y que, además, hay que tener mucho cuidado, porque cuando se imputa una cuestión de esta naturaleza, tan pesada, los medios de comunicación y los responsables políticos tienen que tener mucho cuidado en manejar las cosas con rigor.
En todo momento el canciller uruguayo procuró mostrar señales de distensión con la Argentina. Por eso, al igual que relativizó el caso del cónsul en Gualeguaychú, Gargano procuró restarles trascendencia a otros temas conflictivos en la relación con la Argentina.
Entre ellos, la posibilidad de que Uruguay propiciara un alejamiento del Mercosur por las diferencias con la Argentina a raíz de la instalación de las dos productoras de pasta celulósica en Fray Bentos, frente a la provincia de Entre Ríos.
"La permanencia de Uruguay en el Mercosur no tiene dudas: Uruguay quiere más y mejor Mercosur. Hay que superar las diferencias y las controversias que hemos tenido en este tema, pero además hay que allanar el camino a un mayor comercio multilateral bilateral", dijo.
"No nos vamos del Mercosur. Nos quedamos en el Mercosur. Nunca estuvo planteado el irse", agregó.
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