Hay desconcierto y fastidio en las filas de la Coalición Cívica
Critican a Carrió por definir sola su candidatura; reiteradas quejas por la forma de conducción
"Hace mucho que no hablo con ella. Si la ves, mandale mis saludos", contestó horas atrás una de las fundadoras de ARI, con una tímida sonrisa en los labios. "Yo ya ni la llamo. Ya sabés cómo es Lilita, va a terminar decidiendo ella", apuntó un radical en la Coalición Cívica. "No sé si voy a ir en la lista; si al final va ella de candidata no será necesario", contestó otro atribulado miembro del espacio en común.
Los tres dirigentes consultados por LA NACION coincidían en una constante. En la Coalición Cívica hay una mezcla de desconcierto y bronca en relación con las recientes actitudes y el modo de conducción de Elisa Carrió, que anteayer volvió a girar sobre sí misma y anunció, casi sin consultarlo con nadie, que será candidata a diputada por la Capital con el objetivo de evitar una dura derrota a manos del macrismo.
Manejo unipersonal de las candidaturas; dirigentes que caen en desgracia y pasan como por arte de magia de amigos a ser tildados de traidores; elección arbitraria de aliados en algunas provincias... son sólo algunas de las quejas que se oyen por lo bajo en los pasillos del Instituto Hannah Arendt y el Congreso. Críticas muy, pero muy parecidas a las que se oyen desde la oposición cuando se habla del ex presidente Néstor Kirchner.
Ayer, varios dirigentes de la primera línea de la CC quedaron descolocados luego de una jornada en la que Carrió jugó al misterio con su candidatura, que finalmente sería en el segundo lugar de las listas de Capital, detrás de Alfonso Prat-Gay. Más de un dirigente recordó el "soy presidente o nada", dicho durante la campaña presidencial de 2007, o "el parlamento me da asco", una frase que salió de su boca cuando renunció a la banca que en junio intentará recuperar.
Prat-Gay, Stolbizer y el titular de ARI, Carlos López Iglesias, habían oído anteayer a Carrió decir que su eventual candidatura sería "consensuada y decidida en equipo". Luego defendieron su decisión ante decenas de micrófonos, para enterarse, después de las 23 y por televisión, que Carrió había decidido anotarse en las listas de junio.
Dirigentes del espacio repasan algunas actitudes recientes que no gustaron a sus socios. Los repetidos elogios al peronista Carlos Reutemann, por ejemplo, le valieron el enojo del ARI santafecino y, fundamentalmente, del socialismo de Rubén Giustiniani, que competirá contra el ex piloto por una senaduría. Stolbizer chocó durante los últimos meses con la negativa de Carrió a incorporar a Mario Llambías, titular de CRA, en el tercer lugar de la lista bonaerense. La incorporación de Ricardo López Murphy y el acercamiento al macrismo fueron resistidos por los viejos compañeros de ARI, pero sus reclamos no fueron escuchados.
El único que puso el freno -y recibió la momentánea frialdad de su jefa- fue el diputado Adrián Pérez, que resistió la decisión de Carrió, que quería sacarlo de Buenos Aires y candidatearlo en la Capital.
Desde ARI explican sus recientes actitudes por la necesidad de no perder protagonismo, en momentos en los que Julio Cobos pareciera perfilarse como un serio competidor en sus intenciones presidenciales de 2011. Ese plan, que incluye un acercamiento visible a la UCR, está hoy amenazado por una eventual derrota en la Capital, más allá de que Carrió, en la intimidad, piense que la candidatura de Michetti "quedó muy afectada por las críticas".
Un dirigente de la CC fue ayer muy claro: "Ella tiene que ganar la Capital, porque ahora va como campeona, y no como retadora. Para los campeones no es aceptable una derrota".
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