"Hay empresas adictas a las coimas"
Eigen dijo que la Argentina tiene una oportunidad para mejorar y que no es más corrupta que otros países
Peter Eigen, el legendario fundador de Transparencia Internacional (TI) se mofa de sí mismo. Dice que "medio" se ha retirado. Que ahora "pasta en las praderas", cual viejo toro. Pero sus palabras se contradicen con sus acciones y sus gestos. Y tiene las astas afiladas, como en su primera jornada de lidia en la arena.
Las empresas corruptas, dice, son como "adictos" que aun cuando quieran limpiarse, no pueden, porque se lo impide el ambiente en que se mueven. Si ellos no coimean, la competencia, sí, y se quedará con el contrato. Pero es posible sanear el círculo vicioso. Es una cuestión de sondear en cada "nicho" y buscar "las oportunidades", alienta el hoy presidente del Consejo de Asesores de TI.
Convocado por el Centro de Gobernabilidad y Transparencia del IAE Business School de la Universidad Austral, Eigen retornó a la Argentina tras ocho años. Aunque conoce el país desde 1963, cuando recorrió América latina hasta que se quedó sin dinero en Buenos Aires. Gracias a un capitán de buque que buscaba un contrincante en ajedrez logró volver a su Alemania natal.
–En 2003, también de visita en Buenos Aires, usted dijo que el mundo necesitaba "historias de éxito en la lucha contra la corrupción" y que la Argentina podía ser una de esas historias. Ocho años después, y a la luz de los propios índices de TI, ocurrió lo contrario. ¿Cómo puede el país restablecer un círculo institucional virtuoso?
–Si el Gobierno, junto con el sector privado y la sociedad civil, forma lo que llamo una "coalición antagonista" en la que todos son independientes entre sí, pero a la vez todos contribuyen a empujar reformas, el país puede salir adelante. Es una aproximación "holística" al problema, algo que excede por mucho una visión meramente criminal, por ejemplo. Esa es apenas una herramienta entre muchas.
–¿Cómo cuáles?
–Listas negras administrativas para las empresas corruptas que las veden de los contratos públicos o un mejor acceso a la información pública, algo que sé que aquí sigue dando vueltas en el Congreso. Esa es una de las bases más importantes para combatir la corrupción.
–Cuando usted observa el retroceso de la Argentina en los índices de corrupción durante años, que la llevó al puesto 105 sobre 159 países estudiados, ¿qué le dice eso sobre nuestra sociedad?
–Pues, aunque suene contradictorio, que la Argentina no es más tolerante a la corrupción que otras sociedades ni más corrupta, por ejemplo, que la sociedad alemana, que es responsable de la corrupción en muchos otros países, a tal punto que durante muchos años era posible deducir impuestos de las coimas pagadas en el extranjero. Claro que ahora las cosas están cambiando en Alemania y hay 110 serias investigaciones en marcha sobre Siemens, Ferrostal, Daimler y otras compañías.
–¿Cómo se modifica una "cultura" empresarial en la que quien no coimea, no gana el contrato?
–Así es. Y el ejecutivo será despedido, la empresa no ganará el contrato, bajará la cotización de las acciones, se perderán empleos, así que, aun con las mejores intenciones, el mejor intencionado de los gobiernos no puede hacer nada. Porque las empresas no quieren o no pueden cambiar. Son como un adicto, ¿sabe? Y ahí es donde queda clara la lección sobre la "gobernabilidad global" para temas que escapan de la regulación local, como también es el medio ambiente o 1000 millones de personas alrededor del mundo por debajo de la línea de la pobreza. Es inaceptable.
–Con la experiencia acumulada, ¿cree que estos "adictos" a la corrupción se pueden rehabilitar?
–Sí. Creemos que hemos sido extremadamente exitosos en eso. Esas 110 grandes compañías alemanas bajo investigación penal por sobornos así lo demuestran. Que muchas de ellas paguen multas multimillonarias y que se comprometan a modificar sus prácticas así lo demuestra.
–¿De verdad cambiaron?
–Sí. Siemens cambió, por ejemplo. Heinrich von Pierer [el CEO despedido por el escándalo de las coimas] debió devolver 6 millones de euros, y eso no lo consigue tomando un crédito, ¿no? El vino a uno de nuestros foros y nos dijo que Siemens estaba dispuesta a cambiar si le garantizábamos que las otras empresas alemanas también cambiaban. Y cuando nos dijeron que Siemens y otras nos estaban usando, nuestra respuesta fue: "No, nosotros las estamos usando a ellas para cambiar la legislación actual". Y así fue.
–¿Y cómo logra eso?
–Buscando y aprovechando las oportunidades que surgen en cada nicho, como la Iniciativa para la Transparencia de las Industrias Extractivas (ITIE), como petróleo, gas y minería. Impulsamos que las compañías publiquen lo que pagan en cada país y los gobiernos informen sobre lo que reciben. Allí, por ejemplo, la Argentina tiene una oportunidad.
Visión holística
"Si el Gobierno, junto con el sector privado y la sociedad civil, forma una «coalición antagonista» en la que todos contribuyan a empujar reformas, el país puede salir adelante"