"Hay una razón política en el fallo que emitió el juez"
Su vida pasó a ser su estrategia legal de defensa. Actualmente, Fernando de la Rúa dedica sus días enteros al ejercicio del derecho personal: el ex presidente trabaja codo a codo con sus abogados en la elaboración de su estrategia judicial y está abocado a reunir elementos para las cinco principales causas que están abiertas en su contra desde que dejó abruptamente la presidencia, en diciembre de 2001.
De hecho, ayer, el propio De la Rúa refutó el procesamiento que le dictó el juez Daniel Rafecas por cohecho agravado en la causa que investiga las presuntas coimas en el Senado para la aprobación de la ley laboral, y acusó al magistrado de haber actuado con motivaciones políticas.
Además, sus abogados dijeron que apelarán la medida por considerar que el juez se está contradiciendo con resoluciones anteriores.
"Hay una razón política en el fallo del juez", dijo De la Rúa a LA NACION. El ex presidente cuestionó, además, el eje del fallo, que consideró verídica la existencia de una reunión en la Casa Rosada entre aquél, un grupo de legisladores y el ex ministro de Trabajo, Alberto Flamarique, en la que se habría negociado el pago de la coima.
"El fallo va contra lo que ya había dicho el mismo juez [sobre la reunión en la Casa Rosada], que en una presentación anterior dijo que no podía darse por probada", afirmó De la Rúa.
"Es absolutamente falso, como está en el expediente. No existió el hecho ni las negociaciones", agregó.
"En mi libro ya expuse la verdad. Si hoy no pudo conseguirse justicia, por lo menos que se exponga la verdad", dijo el ex mandatario.
Sus abogados lo respaldaron. "Estamos en desacuerdo con la interpretación de Rafecas. Aportamos una enorme cantidad de pruebas que lo desvinculan de los hechos que se investigan. A nuestro entender, esas pruebas son más que suficientes como para indicar que no se involucró en los acontecimientos que dieron origen la investigación", dijo el jefe del a defensa, Jorge Kirzsenbaum.
"Vamos a apelar. La Cámara y Rafecas habían dado por no existente la famosa reunión que se imputaba en la Casa Rosada entre De la Rúa y quien acusa, de manera que la Cámara y el juez opinaron que eso no estaba probado", agregó Kirszenbaum.
"Otro tribunal, con otro criterio y otra hermenéutica, dispondrá que se revoque la medida", completó.
El ex presidente enfrenta por estos días al menos cuatro juicios en su contra: el megacanje, cinco de las muertes del 20 de diciembre, la causa por las contrataciones presuntamente irregulares para la construcción de la autopista Illia y el proceso por un jardinero que trabajaba en su quinta Villa Rosa y cobraba un sueldo del Concejo Deliberante.
De allí que dedique sus días a colaborar con sus abogados en la recolección de pruebas. "Está retirado y su actividad más importante actualmente es aportar pruebas y contribuir con las estrategias de su defensa", dijo a LA NACION un ex legislador nacional que aún lo frecuenta.
"Hace la vida de un hombre de 70 años. La profesión ya no la ejerce, excepto en lo que respecta a su propia defensa. Y siempre está muy actualizado e informado", aseveró un ex colaborador de su gobierno que mantiene trato con él. De acuerdo con quienes aún tienen relación con el ex mandatario, De la Rúa pasa gran parte de sus días en su departamento de la Recoleta y suele ir los fines de semana a su quinta de Pilar.
"El es muy metódico. Hace una vida tranquila y ordenada. La naturaleza es su pasión: los árboles y los pájaros son algo a lo que dedica algo de tiempo", afirmó el ex diputado.
El ex presidente comparte con un grupo reducido de correligionarios sus visiones sobre la crisis del radicalismo. "Cada tanto lo veo. Hablamos del partido y de la política en general. Está preocupado por la credibilidad de la UCR. Cree que el partido tiene que unirse para el 2011, y no coincide con Gerardo Morales y su política de expulsión. El cree que todos tienen que volver, incluso Elisa Carrió", dijo uno de sus interlocutores habituales.
De la Rúa, dijeron sus íntimos, había avalado la alianza del radicalismo con Roberto Lavagna. "Lavagna le parecía buen candidato. Luego, lógico, se decepcionó", confiaron algunos allegados.
Con la colaboración de: Laura Capriata
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