Horacio Rodríguez Larreta se aferra al diálogo para frenar el recorte de fondos del Gobierno a la Ciudad
Entre la necesidad de no cortar el diálogo y la preocupación por la magnitud de la embestida, Horacio Rodríguez Larreta y su mesa chica del gobierno porteño esperan el discurso que el presidente Alberto Fernández dará el próximo domingo ante la Asamblea Legislativa, en la que el Gobierno podría dar detalles del recorte en la coparticipación a la ciudad y otras medidas que perjudicarían las arcas de la gestión macrista.
"El diálogo nunca se cortó, porque el sistema no soporta más la grieta", razonan muy cerca del jefe de gobierno porteño, con lógica larretista. Y agregan su "satisfacción" por los "embajadores del encuentro" que buscan de manera permanente y de ambos lados la continuidad de las conversaciones. Cerca de Larreta elogian la "paciencia estratégica" del Presidente en su pulseada contra el kirchnerismo duro. Y afirman que tienen el mismo objetivo que la Casa Rosada: "poner el centro de moda", según definen en el entorno del jefe de gobierno porteño. "Ya con lo que hicieron hoy, estamos mejor que en los 12 años de kirchnerismo anteriores", destaca el alto funcionario.
De todos modos, cerca de Rodríguez Larreta no dan por asegurado que la "buena onda" vaya mucho más allá de la retórica. "Anuncian que van a recortarnos el porcentaje de la coparticipación, o la revisión de la cesión de inmuebles, pero de eso nos enteramos por los diarios. Después nos llaman para seguir dialogando", comenta otro vocero oficial.
En la Casa Rosada afirman que " lo que hacemos es hacer política. Más allá de los tironeos lógicos, es una locura que no haya diálogo con uno de los principales distritos del país", afirma un albertista de la primera hora, que mantiene el misterio sobre el porcentaje de la coparticipación (hoy es de 3,5 por ciento del total) que la Nación le retendría en los próximos días. El larretismo aceptaría una baja de un punto, unos $35.000 millones anuales.
Precavido, Larreta sostiene un "vínculo de respeto mutuo" con el Presidente y "habilita" los diálogos de sus funcionarios con pares nacionales.
Entre los "embajadores del diálogo" se destaca Diego Santilli, el vicejefe de gobierno y ministro de Seguridad, que tiene buena sintonía con su par nacional, Sabina Frederic, y su par bonaerense, Sergio Berni, más allá de su histórica relación con sus antiguos pares del PJ porteño, Juan Manuel Olmos (hoy asesor presidencial) y el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello.
En Parque Patricios destacan además el trabajo de acercamiento del secretario de Relaciones Parlamentarias, Fernando "Chino" Navarro, a cargo de los "foros Argentina Armónica", de diálogo con referentes de la oposición en distintas regiones del país. Y Fernando Straface, el secretario de Gobierno porteño, anudó un buen vínculo con el jefe de gabinete, Santiago Cafiero, y con el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz, otro antiguo referente del PJ porteño. Además, hay buena relación entre Rodríguez Larreta y varios de sus funcionarios con Eduardo De Pedro, ministro del Interior de origen camporista que los "sorprendió" con su lógica pragmática y dialoguista.
La estrategia aperturista de Rodríguez Larreta se expande a la interna de Juntos por el Cambio, en dónde intenta imponer una visión moderada de la gestión de Fernández. Tiene como aliada interna a la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal, quien coincide en la necesidad de "darle tiempo" al nuevo inquilino de la Casa Rosada, y al gobernador bonaerense Axel Kicillof. "No podemos hacer críticas debajo del cinturón", la escucharon decir a la ex mandataria bonaerense, que al igual que Larreta participó de la reunión de Juntos por el Cambio, a última hora en dependencias del Congreso. En las antípodas, la actual titular de Pro, Patricia Bullrich, sostiene que Fernández y Cristina Kirchner "son lo mismo" y que hay un "avance de la lógica de la impunidad" del cristinismo que propone combatir. En una posición intermedia, el líder del espacio, Mauricio Macri, no critica en público a su sucesor, aunque también da aire a los más combativos.
¿Y si todo eso no alcanza? En Parque Patricios esperan que la sangre no llegue al río. "Confiamos en la palabra del Presidente, que dijo que cualquier medida que se tome va a ser producto del diálogo. Va a primar la solidaridad y no vamos a acelerar la vuelta al pasado", afirman cerca del jefe de gobierno en un guiño a la administración albertista.
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