Hortel, los presos y el caso Ciccone
Los escombros de un terremoto cubren a los del anterior: por eso, las repercusiones por las salidas de los presos del Servicio Penitenciario Federal (SPF), la expropiación de la ex Ciccone, el dilatado conflicto del subte y el manotazo kirchnerista a los fondos del Banco Ciudad parecen anularse recíprocamente.
Sin embargo, cada caso tiene su trasfondo:
- Hace dos semanas, el director del SPF, Víctor Hortel, se hizo conocido por favorecer las salidas de presos a actos culturales y políticos. Sin embargo, la historia de este funcionario que, ahora, se define como "negro de mierda, abogado penalista y orgullosamente K", no es tan progresista y se remonta al menemismo de los noventa. Cuando el entonces camarista federal Jorge Casanovas -menemista, ministro de Justicia del gobernador Ruckauf y, luego, diputado nacional por el PJ- ascendió a presidente de la Cámara Nacional de Casación Penal, llevó al joven Hortel. Era 1992. Allí, Hortel fue secretario letrado de la Sala IV, paradójicamente la que tiene competencia para asuntos militares y, más tarde, fue designado secretario general de la Casación.
Sin embargo, esa historia terminó mal. Cuando estalló el caso de la Aduana "paralela", un paradigma de corrupción de aquellos años, la causa 3613/96 quedó radicada en el Tribunal Oral Penal Económico N° 2. Era 1997 y la Casación desconfió de la Oficina de Sorteos, que dependía de Hortel. Por eso, el máximo tribunal penal ordenó otro sorteo -la causa pasó a otros jueces- e inició una investigación administrativa. Y acá viene lo curioso: una mano negra arrojó este sumario a la basura, pero un ordenanza lo encontró. Entonces, la Casación, según recuerdan dos camaristas de esa época, invitó a Hortel a renunciar. Ahora, el funcionario convirtió al SPF en otra Aerolíneas Argentinas: nombra a agentes que vienen de La Cámpora y hace entrar, incluso, a quienes reprueban el examen psicotécnico.
- El caso Ciccone. El Gobierno no se acuerda de aquellos años noventa de Hortel, pero sí critica los noventa de la firma Ciccone. El ministro de Economía, Hernán Lorenzino, dijo que la expropiación de la firma permitirá recuperar la "soberanía". Olvida que The Old Fund -sociedad que es la nueva titular de Ciccone y está sospechada de estar vinculada con el vicepresidente Amado Boudou- desembarcó en la empresa en 2010, en plena gestión kirchnerista. Y, además, fue en los últimos meses cuando la Casa de Moneda contrató con la nueva Ciccone la impresión de billetes. El relato busca encubrir el motivo real de la expropiación: tapar los desaguisados de Boudou.
- En dos semanas, el vicepresidente sufrirá dos malas noticias: el fiscal Jorge Di Lello pedirá el sobreseimiento del ex procurador Esteban Righi y del titular de la Bolsa de Comercio, Adelmo Gabbi, que fueron injustamente acusados por Boudou. El juez Ariel Lijo no encontró pruebas. Pero el vice ni se arrepiente de sus exabruptos.
- Pero antes será el turno de Mauricio Macri. La Justicia reconfirmó su procesamiento por las escuchas telefónicas y, ahora, el fiscal Di Lello pedirá la elevación de la causa a juicio oral.
Pero Macri tiene, por ahora, mayores preocupaciones. Los diputados kirchneristas dieron media sanción a un proyecto de ley que obliga a la Justicia a realizar los depósitos judiciales en el Banco Nación, en lugar del Ciudad. Algo que produce mucho malhumor entre los jueces, que trabajan con el Ciudad desde 1965. La otra: las trabas de la UTA a acordar con Metrovías y la intempestiva ruptura de las negociaciones que hizo el ministro del Interior, Florencio Randazzo, responden a la orden de la presidenta Cristina Kirchner de entorpecer la gestión de Macri durante algunos días más.
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