Inquietud en un informe reservado
Documento secreto: analistas militares indicaron que la institución se vio afectada, por error u omisión, por la venta de armas.
En un informe reservado, que circuló entre el personal del Ejército, se admite que por acción u omisión la institución se encuentra afectada a un problema que es totalmente ajeno a su misión específica, como es la comercialización de material de guerra.
El trabajo fue realizado por analistas militares con el único propósito de poner luz internamente sobre un tema que, desde hace más de tres años, ha tomado estado público.
El informe no acusa a nadie en particular, pero deja entrever que por las informaciones que surgen de las investigaciones judiciales y que recoge la prensa, el material enajenado por el Gobierno, pertenecía al Ejército, ya que Fabricaciones Militares no tenía stock del armamento, salvo alguna munición en capacidad de producir.
Afirma el documento que no se puede hablar de una "venta ilegal" cuando se hizo mediante decretos que firman el Presidente y que refrendan los ministros de Economía, Relaciones Exteriores y Defensa. En todo caso, dice, se trata de una "venta irregular" por no haberse cumplido las normas no escritas que la legitiman y que son de rigurosa observación por parte de los países responsables.
Señala el informe, al que tuvo acceso La Nación y que circuló reservadamente entre los uniformados, que la venta de armas es una facultad legítima de las naciones, como lo es la compra, ya que todos los países del mundo, salvo raras excepciones, tienen fuerzas armadas.
Afirma también que la venta del material de guerra debe cumplir un ciclo de tres etapas. La primera es saber a quién se vende y se inicia con el manifiesto del país comprador. No obstante, quien decide su viabilidad es el país vendedor.
La finalidad de la transacción y la naturaleza intrínseca de los materiales comprendidos impone al país vendedor la necesidad de hacer una medulosa evaluación en el ámbito de su política internacional, con relación a las ventajas, desventajas o consecuencias de la venta.
Cómo se vende
La segunda etapa es cómo se vende. El requisito legal imprescindible es el certificado de uso final por el cual el país comprador asume el compromiso de que los materiales adquiridos son para el uso exclusivo de sus Fuerzas Armadas.
Dicha garantía es necesaria para evitar que las armas tengan un destino ilícito (guerrilla, narcotráfico, crimen organizado, países en conflicto).
La tercera y última etapa es tener claro qué se vende. En ésta, el país comprador ejerce el derecho de verificar los procesos de fabricación, calidad y cantidad, entre otros.
Estos requisitos, dice el documento no permiten que un país legalice la venta de materiales que no produce, con lo cual se evita la triangulación.
Los analistas militares afirman que no existen aún indicios suficientes para inculpar a nadie, ya que faltan conocer aspectos esenciales del controvertido tema. Sin embargo, sostienen que el Ejército, que reconoció oficialmente que aún no recuperó parte del material entregado, debe hacer lo imposible por "despegarse" de un problema cuyas raíces más profundas son de índole política.