Intendentes radicales piden ser escuchados
Plantearon su malestar a Cobos
Con un rosario de reclamos contenidos, pero sin dejar nunca de guardar las formas, una avanzada de radicales K le pidió ayer al vicepresidente Julio Cobos que intercediera ante el Gobierno para dejar de ser "convidados de piedra" en la gestión oficial que ellos mismos apoyaron.
En una hora y media de reunión, los intendentes bonaerenses Héctor "Cachi" Gutiérrez (Pergamino), Mario Barbieri (San Pedro) y Ariel Santalla (Ramallo) le plantearon a Cobos (referente del radicalismo K) su preocupación por la situación del campo y le pidieron que interviniera para que el Gobierno escuche sus inquietudes.
Aunque el encuentro, que había sido adelantado por LA NACION, se mantuvo en el terreno de lo institucional, sirvió para transmitir el malestar político de esos jefes comunales, líderes de una movida del radicalismo K bonaerense para abandonar el kirchnerismo si el Gobierno no modifica su postura.
En las oficinas del Senado, los jefes comunales le plantearon a Cobos su frustración por la falta de diálogo del gobierno nacional y el provincial. "Plantearon su disgusto por la falta de consulta sobre las medidas del campo", sintetizó una fuente del Senado cuando terminó la reunión con los intendentes.
"Trajimos nuestra preocupación porque algunos sectores del Gobierno fomentan la confrontación", contó Gutiérrez a LA NACION.
También le advirtieron que en el interior de la provincia "hay estado de asamblea" en cada piquete, y una profunda desconfianza hacia las medidas que anunció el Gobierno.
Cobos les prometió elevar su reclamo al jefe de Gabinete, Alberto Fernández, que lleva adelante las negociaciones con el campo y coincidió con ellos en "defender las economías regionales". También les dijo que no compartía "la metodología de confrontación de Luis D Elía".
Cuando se iban, el vicepresidente llamó al gobernador Daniel Scioli, que se comprometió a recibirlos en los próximos días. Después de la reunión, los tres intendentes pasaron por la Cámara de Diputados, donde contaron con pelos y señales los detalles de la reunión con Cobos a la bancada de radicales K, que preside el marplatense Daniel Katz, y que se alista en la estrategia para distanciarse del kirchnerismo.
"Rectificaciones"
Pero ese no será el único planteo interno que deberá barajar Cobos, que el martes próximo se reunirá con los cuatro gobernadores de su sector. Entre ellos también existe malestar por lo que consideran el "maltrato" del Gobierno a sus aliados radicales.
"Vamos a dialogar para producir las rectificaciones que sean necesarias en nuestra alianza", contó a LA NACION Horacio Quiroga, subsecretario de Relaciones Institucionales de Cancillería y el radical K encargado de organizar la reunión de la próxima semana.
"La concertación es una experiencia inédita y necesitamos instrumentar mecanismos ágiles de vinculación con el Gobierno y otras fuerzas políticas", señaló Quiroga.
La idea de los radicales más cercanos al Gobierno es apuntalar su lugar en la concertación acercándose a los partidos filokirchneristas que no pertenecen al PJ. Entre sus planes está sumar fuerzas con el socialismo que conduce Ariel Basteiro, la Democracia Cristiana, el Partido Intransigente y algunas fuerzas provinciales como el Partido Renovador de Salta, cercanos al kirchenrismo.
Mientras un grupo de radicales K busca desesperadamente armas para fortalecer su lugar en el Gobierno, el jefe de la UCR, Gerardo Morales, pareció enviar un guiño al sector que ya ensaya cómo abandonar el oficialismo.
"Todos los dirigentes que no estén sancionados tienen las puertas abiertas" para volver al partido, sostuvo ayer Morales.
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