Javier Milei, frente a la chance de mutar de outsider a presidente y renegociar su pacto con Macri
El libertario se enfrenta al día en el que puede acceder a la primera magistratura a solo dos años de haberse metido en política; si gana, se espera que le abra los brazos a los equipos de Pro; si pierde, deberá disputar el liderazgo opositor e intentar contener a sus bloques legislativos
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Javier Milei mañana podría pasar a la historia como el outsider polémico que, agitando un giro radical hacia el ultraliberalismo, llegó a presidente a dos años de meterse en política. O podría perder la batalla final y quedarse con el premio consuelo de un liderazgo opositor, un título mucho más difuso que tendrá que disputar otros dirigentes. El voto popular decidirá si el candidato de La Libertad Avanza (LLA), que alguna vez aspiró a lograr un tercer lugar digno, finalmente se queda con todo. O si pierde ante Sergio Massa y debe volver a buscar su lugar en el firmamento político a partir de su alianza con parte de Pro.
En LLA son optimistas, aunque -a diferencia de lo que hicieron en las generales, cuando clamaban por un triunfo “en primera vuelta”- en los últimos días evitaron inflar las expectativas para que nada les juegue en contra en el último minuto.
Si bien no hubo un reparto concreto de cargos, la cúpula libertaria comenzó a tener conversaciones con Mauricio Macri, con Patricia Bullrich y con sus entornos para empezar a proyectar un armado de equipos ante un eventual triunfo de la boleta violeta. Un libertario de primera línea lo describió así: “Si Javier gana, va a ser un gobierno de LLA que le abra los brazos a los talentosos de Pro. No va a ser un cogobierno, pero habrá mucha apertura”.
Mensaje y actitud
Apegado a las cábalas, Milei no había preparado hasta hoy las variantes de discurso que podría dar el domingo a la noche, tanto en caso de un triunfo como de una derrota. En octubre, si bien estaban planteados algunos escenarios en trazo grueso, había redactado el texto desde el piso 21 del Hotel Libertador, cinco minutos antes de subir al escenario. Desde los comicios generales que Milei está viviendo en una habitación de ese mismo hotel, ubicado en Retiro, en una suerte de alquiler temporario.
“Si gana va a tener un mensaje de apertura hacia aquellos que quieran participar de la transformación de la Argentina. Y dirá que quienes no formen parte de la solución, serán parte del problema”, anticipó la tónica uno de los colaboradores de mayor confianza de Milei.
Muy cerca del candidato de LLA anticiparon que, en caso de un triunfo, no está previsto ni para el domingo ni para el lunes posterior que Milei haga un anuncio de gabinete o de sus primeras medidas. “Si Javier gana, la noche del domingo va a ser un discurso de índole político y menos imbuido en la cuestión de la futura gestión”, dijo a LA NACION otro colaborador muy estrecho del libertario.
Así, en caso de que le toque asumir la presidencia, la actitud que podría tomar ante las tres semanas de transición aún es vidriosa. “Primero habrá que sondear cuál va a ser la actitud del Gobierno porque ellos van a gobernar hasta el 10 de diciembre”, se atajan en LLA.
La batería de acciones que desató LLA para advertir sobre potenciales situaciones de fraude anticipan que los libertarios estarán en pie de guerra si pierden por una diferencia muy escueta (menos de un punto), sobre todo si la información de sus mesas testigo (una red de puntos de votación provista por Pro) no coincide con los datos oficiales. “Si hay una diferencia clara y nuestros datos coinciden con el escrutinio, no habrá problemas. Sino, habrá que salir a cuidar los votos”, advierten en LLA.
En caso de que las urnas sean adversas para el libertario, LLA quedará con bloques de 39 diputados (entre ellos el propio Milei) y siete senadores. “Si pierde Javier va a ser el líder de la oposición por haber sido la segunda opción más votada del país, eso no está en discusión”, advirtieron muy cerca del candidato.
Y agregaron: “Le dará un mensaje a la ciudadanía de lo que se viene y de que habrá que hacer un fuerte control al nuevo gobierno peronista”.
Equipos y convivencia con Pro
Respecto a los equipos de gobierno ante un eventual triunfo, cerca de Milei reconocen que aún hay varias piezas por encastrar, fundamentalmente en el equipo económico. Todos dicen que el ministro de Economía ya está elegido, que la persona ya aceptó y que ya está trabajando. Pero hay dudas por la necesidad de integrar a otros cuadros técnicos, por lo que nada está 100% cerrado (a excepción de Emilio Ocampo, que presidiría el Banco Central con la misión de “cerrarlo”).
Ya no es un secreto a voces que Federico Sturzenegger, extitular del BCRA, asoma como una figura con influencia. El economista arrastra alguna rispidez con Macri por un paper que escribió tras salir de su función que era muy crítico de la gestión de Cambiemos. Hay otras figuras del exgobierno de Macri que están en contacto asiduo con Milei: Demián Reidel, exvicepresidente segundo del BCRA; Mariano Flores Vidal, que también fue director del BCRA en la época de Sturzenegger y Luis “Toto” Caputo, exsecretario de Finanzas.
“Si ganamos, en los 20 días de transición vamos a tener que ajustar tuercas y hablar con muchas personas. No parece aconsejable que Javier dé nombres y adelante medidas, ni el domingo ni el lunes”, dijo alguien de trato directo con el líder libertario.
La elección también abrirá un nuevo capítulo en el “Pacto de Acassuso”. Milei tiene una actitud reverencial hacia Macri -lo llama “presidente”- y desde que se sentó en su mesa le dio a entender que tendrá en cuenta sus opiniones en caso de que gane la elección. El exmandatario no aspira necesariamente a un cargo público: busca más bien conservar poder real e influencia. Al expresidente lo mueve una fuerte animadversión hacia Massa. Macri cree que si el peronismo gana, a él le tocará trajinar los tribunales en los próximos años con algunas de las causas judiciales que siguen abiertas en su contra.
Con respecto a Bullrich, el libertario incumplió con ella su regla de evitar la “foto de dirigentes” y la invitó a participar de su acto de cierre de campaña en Córdoba. La excandidata de Juntos por el Cambio mantuvo una reunión en los últimos días con Victoria Villarruel, la candidata a vice de LLA y la encargada de armar las áreas de Seguridad y Defensa para un eventual gobierno libertario. Quienes trataron con Bullrich aseguran que salió muy conforme de la reunión.
Si bien Bullrich ya anticipó que no quiere volver a ser ministra de Seguridad, no se descarta que Villarruel se valga de sus equipos para llenar casilleros en caso de un triunfo.
Si pierde ante Massa, el futuro de Milei tras su aventura electoral dependerá, no solo de su muñeca, sino de cómo se acomodarán todas las piezas de todo el arco opositor. Hay quienes imaginan un gran frente donde puedan confluir Juntos por el Cambio con LLA. Pero el estado de deterioro que tiene el frente cambiemita pone en duda ese nivel de comunión y hace pensar que podrían haber dos bloques en el Congreso. Además, parece inviable que Milei quede como el único líder de ese conjunto.
Varios diputados electos de LLA ya demostraron que su lealtad al bloque puede ser endeble en caso de una derrota, porque anticiparon que no están de acuerdo con la alianza que Milei tejió con Macri. Por lo tanto, no estarían dispuestos a integrarse con Pro.