Ayer se realizó la segunda audiencia del juicio oral y público contra César Milani y otros 12 imputados por el secuestro y las torturas que sufrieron en marzo de 1977 Pedro Olivera y su hijo Ramón. En ese entonces, Milani era subteniente del Batallón de Ingenieros de Construcción 141 de La Rioja.
Horas después de la audiencia, donde Milani dijo que nunca torturó ni secuestró ni mató a nadie, Ramón Olivera habló con el programa Terapia de Noticias, de LN+, y reiteró su acusación contra el exjefe del Ejército.
Contó que, el 12 de marzo de 1977 Milani concurrió a la vivienda en donde estaban esa noche alrededor de las 3 o 4 de la mañana, y que practicó "un allanamiento ilegal". Allí fue cuando, según dijo, se llevaron detenido a su padre. "Dos días después me detienen a mí en la municipalidad", contó.
"El tema de Milani tiene que ver con lo que pasó después, a mi padre lo dejan en libertad entre comillas el 14 de marzo, después de que me detienen a mí, pero con una embolia cerebral, producto de la tortura. Ese es el primer acto por el cual se lo imputa a Milani en este juicio", dijo. Y agregó: "Prefirieron que mi padre se muera en nuestras manos antes que en las de ellos, por eso le dieron la libertad, pero le impusieron un médico que ellos ordenaron y le ordenaron también que renuncie a su trabajo. Milani estuvo en la tortura de mi padre, él estuvo como oficial de servicio según su legajo".
Según Olivera, a Milani lo reconoce por haberlo visto durante el allanamiento y porque, cuando lo detuvieron a él tuvo que realizar una declaración ante el secretario de un juzgado y escuchó el nombre de Milani. "Yo escuché que el secretario le preguntaba a Milani cuál era su nombre, y me quedó grabada su respuesta. Retuve ese apellido hasta el año 79, que lo denuncié, por eso lo llamaron a declarar y ahí le dijeron a él que yo lo había denunciado. Él admitió que él me había llevado al juzgado pero niega haber estado en la sala. Yo vuelvo denunciar el hecho en el 84", explicó.
Asimismo, dialogó con el programa Graciela Ledo, la hermana del soldado desaparecido Alberto Ledo. El juicio por su muerte comenzará en septiembre. Graciela contó que, ayer en la audiencia, su madre le gritó "traidora" a Hebe de Bonafini cuando Milani leyó una carta que la mujer le había escrito. Fue por eso que la sacaron de la sala.
"La que dice traidora primero es mi madre. Mi madre nunca se dirigió públicamente en contra de Hebe, porque habían sido compañeras de lucha. Pero en 2013, cuando sale públicamente el tema de las torturas de Milani, Hebe ya estaba aliada con el Gobierno del momento, cuando Madres había dicho que lo único que las unía era la lucha por sus hijos, nunca una bandera política. Hoy mi madre se sintió rebasada de dolor". Y agregó: "Milani no es un preso político, es un preso por delitos de lesa humanidad. La única vez que un tribunal oral saca a una Madre de Plaza de Mayo de una audiencia fue hoy".
Asimismo, Graciela dijo que, según testimonios de sus compañeros, su hermano era asistente de Milani. "El acta de defunción hecha por Milani está cargada de errores, no investiga donde estaba mi hermano. Sabemos que la ropa y el equipo fueron mandados a retirar porque ya sabían que no iba volver".
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