El PJ se reacomoda: entrevista de LA NACION con la senadora Hilda Duhalde. "Kirchner construye desde la destrucción"
Con tono opositor, la esposa del ex presidente desliza críticas para los duhaldistas que quieren acercarse otra vez al Gobierno
La senadora Hilda González de Duhalde insiste en un concepto: su marido, Eduardo Duhalde, dejó la política activa. Parece una noticia repetida, pero ella la completa con un nuevo escenario. Aprueba el lanzamiento de un posduhaldismo y ve lógico que haya comenzado la pelea por la conducción del peronismo bonaerense. Subraya, además, el 23 de octubre como la fecha del adiós. "Quizás haya tenido que pasar por esa elección para que lo dejen tranquilo", analiza.
Crítica del Gobierno y, sobre todo, de los modos de Néstor y Cristina Kirchner, Hilda "Chiche" Duhalde adelantó en una entrevista con LA NACION que, por ahora, se concentrará en el Senado y será prescindente de cualquier construcción política.
"Tenemos tres senadores por la provincia, pero uno no sabe-no contesta [por José Pampuro] y otra parece demasiado preocupada por los temas nacionales [por Cristina Kirchner], así que a mí me queda la responsabilidad de ocuparme de nuestros temas", señaló.
-¿Le preocupa la pelea que estalló en el PJ bonaerense?
-Me parece lógica. Después de la partida de Duhalde, que dejó la conducción partidaria en la provincia, es un hecho natural que quienes se sienten con capacidad para conducir decidan conformar nuevos grupos.
-¿Usted se siente más cerca de alguno de ellos?
-Hoy no me planteo alineamientos. Quiero concentrarme en el Senado, porque prometí pelear por la coparticipación y por la baja de las retenciones, y debo cumplir ese compromiso.
-¿Pero le dan lo mismo la corriente que busca alinearse con el Gobierno y la que se muestra distante?
-No, claro que no me da lo mismo. Yo no comparto el peronismo de Kirchner. Eso lo tengo absolutamente claro. Pero hoy sólo pienso en mejorar la situación de los bonaerenses.
-¿Y cree que se puede desde el Senado?
-Obviamente, tiene que haber una decisión política que no existe en la agenda del Presidente y que, por lo tanto, me obliga a presentar proyectos. Y también hace falta apoyo provincial, pero el gobernador [Felipe Solá] no tiene gestión. Decidió resignar los derechos de la provincia en pos de una buena relación con el Presidente.
-¿Y cree que hay en el Senado voluntad para pelear temas que al Presidente no le interesan?
-No. Veo un alineamiento absoluto con el Presidente y con su señora, que ejerce el mismo modelo de conducción.
-¿Cómo es ese modelo?
-No tengo que describirlo. Basta con mirar las sesiones del Senado por televisión.
-Por televisión, por ejemplo, se vio a una senadora muy enojada con Daniel Scioli. ¿Cómo se vio el tema desde el Senado?
-A mí me pareció muy grave. Por suerte el vicepresidente es un hombre serio y responsable que no se engancha con los agravios. Institucionalmente, fue una barbaridad.
-¿Qué le parece el proyecto para reformar el Consejo de la Magistratura?
-Acá hay una gran trampa: si los diputados aprueban el proyecto con modificaciones, el texto vuelve al Senado, donde el oficialismo insistirá con el proyecto original. Y ahí va a salir como ellos quieren. No es un problema menor. A lo mejor a la gente no le preocupa, pero es un tema grave, porque la ruptura del equilibrio va a desembocar en que la Justicia será manipulada por los intereses del Gobierno.
-¿Es irreversible la relación entre los Duhalde y los Kirchner?
-Yo no comparto la forma de hacer política ni la forma de construir poder que tienen. No me gustan los modelos autoritarios.
-¿Guarda rencor por la campaña?
-Yo sabía que iba a perder como perdí, pero hice lo que tenía que hacer. Y anuncié que después venía el intento de hegemonía de Kirchner. Se demostró que lo que decía era cierto.
-¿Cree que la participación del Presidente en la campaña influyó en el resultado?
-Sí. Kirchner es el presidente de un gobierno que por ahora es de transición, porque no se puede decir que salimos de una situación crítica y porque la economía crece, pero los bolsillos están flacos. Aun así, la gente lo votó a él y no a su esposa. Cristina no hizo campaña y encima después dijo que le costó más llegar a dar el discurso triunfal que ganar las elecciones.
-¿Le molestó eso?
-No, pero fue un descaro decirlo. Ella hizo una campaña muy libre porque la gente votaba a su esposo. Igual, yo no esperaba otra cosa. Conozco su personalidad.
-En la campaña ustedes se mostraron como oposición al Gobierno, pero hoy algunos duhaldistas dicen ser oficialistas. ¿Cómo lo toma? ¿Fue un engaño?
-Duhalde ya no está y es legítimo que cada uno haga lo que le parece correcto. Entiendo, además, que cuando te plantean esta manera de construir poder, donde sos enemigo si pensás diferente, no te queda más remedio que aceptar esas reglas de juego.
-¿No le molesta que el peronismo bonaerense hoy intente acercarse a Kirchner, entonces?
-Insisto: Duhalde ya no conduce más el PJ de la provincia, así que, si bien hubiera preferido que no fuera así, veo lógico que, por conveniencia o por convicción, cada uno decida tomar el rumbo que quiera.
-¿Por qué enfatiza sobre la partida de Duhalde?
-Porque él desde hace años dice que se quiere ir, pero nunca le creen. El Presidente siempre trató de traerlo de vuelta para destruirlo, porque Kirchner entiende que se construye desde la destrucción. Espero que ahora, después de las elecciones, le crean.
-¿Las elecciones fueron necesarias para que Duhalde dejara la política?
-Tal vez haya tenido que pasar por esta elección para que lo dejen tranquilo.
-¿Ve algún sucesor en la conducción bonaerense?
-No, por ahora no.
-¿Y cree que Kirchner debería liderar el peronismo sin Duhalde?
-No. No estoy de acuerdo con el peronismo de Kirchner. Es más: para mí no es peronismo. Creo que el partido debe ir a internas y definir allí su nuevo liderazgo.