El verano político: entre los compromisos oficiales y las ganas de descansar. Kirchner no le da vacaciones a su gabinete
Dijo a los ministros que enero sería tan intenso como el resto del año y les pidió que sólo dispusieran de los fines de semana
Néstor Kirchner cuida cada detalle de su gobierno. Su particular forma de ejercer el poder también incluye el modo de tomarse vacaciones. A algunos de sus ministros directamente les dijo que no se podían tomar vacaciones. A lo sumo, les advirtió, podrían pasar por las playas argentinas los fines de semana. A otros les hizo llegar el mensaje de que no quería a nadie del Gobierno exhibiéndose en las playas.
La orden presidencial llegó a oídos de todos los funcionarios del Gobierno hace un par de semanas y ninguno se atrevió a desafiarla. La mayoría comenzó a buscar casa para alquilar en Cariló, Pinamar, Villa Gesell y Mar del Plata para sus familias y ellos quedaron en pasar por allí los fines de semana.
El asueto que dictó el Gobierno en las dos últimas semanas por las fiestas de Navidad y de Año Nuevo permitió a los integrantes del gabinete, de todos modos, suspender la actividad por cinco días.
"Con eso está bien", contó uno de los funcionarios a LA NACION que fue la frase del Presidente. Detesta las ostentaciones y por esa razón también decidió alternar los fines de semana en Río Gallegos con días en la residencia de Chapadmalal, donde descansará con su esposa, la senadora Cristina Kirchner y su hija Florencia.
"Se quedan acá"
La idea de definir el perfil de las vacaciones de su gobierno surgió en una conversación informal entre Kirchner y el jefe de Gabinete, Alberto Fernández. En realidad, Fernández, uno de sus hombres de máxima confianza, intentó tantear el ánimo presidencial respecto de las vacaciones. "Vos y todos se quedan acá. Alberto, mejor andá pensando en alquilar algo por la costa y salir para allá los fines de semana. El Gobierno no tiene vacaciones".
El jefe de Gabinete, que conoce como pocos al Presidente, entendió que no había posibilidades de hacer un paréntesis en el trabajo. Alquiló una casa en Cariló, lugar donde va siempre el ministro de Economía, Roberto Lavagna. No habló más del tema con Kirchner, pero sí con sus compañeros de gabinete; la mayoría optó por la costa argentina.
Kirchner no quiere que sus funcionarios hagan de las vacaciones una provocación en un país con más del 50 por ciento de la población bajo la línea de pobreza. Menos desea ver alguna foto de sus ministros paseándose por el exterior; siempre dice que él es la contracara del menemismo.
Para el Presidente, repetir la historia de que el Gobierno se trasladaba a Punta del Este en las vacaciones, con Armando Gostanian, haciendo campaña por la reelección y comiendo en los mejores restaurantes de la famosa playa uruguaya sería una pesadilla.
Kirchner hace de su relación con la gente un culto. Cada vez que vuelve de algún acto, viaje al interior, recorrida en un barrio, o cuando va a un restaurante habla largamente sobre lo bien que le hace sentir en carne propia su alto índice de imagen positiva. El contacto con la gente lo motiva. "Esto es energía pura", dijo hace un par de semanas a LA NACION en su despacho, luego de una visita por la provincia de Buenos Aires. Le gusta hablar de eso.
Esa es la razón por la que no quiere que nada dañe esa relación con la gente, y cree que tiene que cuidar la imagen de su gobierno también en vacaciones.
Hubo dos funcionarios que ya se fueron al exterior. El vicepresidente Daniel Scioli, que se fue unos días a Punta del Este, y el secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen, que estuvo en Disneyworld, en los Estados Unidos.
El caso que puede irritar más a Kirchner es el de Scioli, pero el vicepresidente explicó a LA NACION que siempre pasa algunos días en Punta del Este con su hija Lorena, su esposa Karina Rabolini y varios amigos, y que su visita tuvo muy bajo perfil.
"Pasé pocos días en Punta del Este. Yo voy a estar en la costa argentina apoyando el turismo nacional", dijo a LA NACION el vicepresidente. Ya alquiló en Mar del Plata y, de paso, evita cualquier fricción con el Presidente, luego de que habían recompuesto la relación tras el reto que sufrió a mitad del año pasado.
El ministro de Economía tiene con el Presidente una relación diferente de la del resto de los ministros. Por eso, Kirchner no le pidió nada a Lavagna en cuanto al lugar de las vacaciones. Sabe, además, que siempre veranea en Cariló.
Fuentes cercanas a Lavagna advirtieron a LA NACION que el ministro instruyó a su equipo de que sólo se tomaran los días de las Fiestas y los primeros días de este mes porque la semana próxima tienen que retomar la renegociación de la deuda argentina con los acreedores privados.
Este es un tema central para el Gobierno, que empezó el año con una nueva tensión con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por nuevas exigencias.
La Argentina prometió terminar con la negociación de los 81.200 millones de dólares en default con los acreedores privados antes de junio. Pero el Gobierno quiere terminar cuanto antes la negociación para que el FMI apruebe, finalmente, el acuerdo firmado en septiembre último con la Argentina. En marzo, además, la Argentina deberá pagar al FMI 3000 millones de dólares.
En el gabinete se dividieron entre los que eligieron la playa y los que eligieron la Patagonia. Además de Lavagna y Alberto Fernández, los que optaron por la costa argentina fueron el ministro de Educación, Daniel Filmus; el ministro del Interior, Aníbal Fernández, y el ministro de Defensa, José Pampuro.
Filmus, uno de los ministros que desde el bajo perfil consolidó la relación con el Presidente (a quien ni conocía cuando lo eligió para su función), está en Valeria del Mar. Aníbal Fernández se fue, como suele hacer siempre, a Villa Gesell. "Me gusta; siempre estoy ahí, pero sólo los fines de semana", dijo a LA NACION Fernández, quien estará muy cerca de su antiguo jefe Eduardo Duhalde que pasará algunos días en su casa de Pinamar.
Pampuro, otro de los ministros que afianzaron la relación con Kirchner después de una pelea en la que estuvo a punto de renunciar, eligió Mar del Plata, siempre con su bajo perfil.
Camino al Sur
Los patagónicos del gabinete eligieron volver a su lugar de origen algunos días a descansar, y durante enero se harán sólo escapadas. Ese es el caso de la hermana del Presidente, la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner; el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini (aunque no descarta ir a la costa); el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, que irá a Neuquén.
El único que cambió las montañas por una pileta fue el ministro de Planificación, Julio de Vido, que se alquiló una casa en Pilar.
Kirchner los quiere a todos muy cerca. Promete no alterar el ritmo de su gobierno por las vacaciones. Algunos de los que lo rodean desearían lo contrario, pero los que lo conocen bien aseguran: "Néstor siempre es igual: no para nunca". Ahora que está en el poder, sólo se permitirá usar la residencia de Chapadmalal, en la que ya se instaló su familia.
Muy cerca del Presidente aseguran que a algunos de los ministros que veranean en la costa pasarán por Chapadmalal. Para hablar del Gobierno, claro.
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