La reelección ilimitada: primera aparición del Presidente tras las elecciones. Kirchner sigue sin hablar de la derrota en Misiones
No mencionó el tema durante un acto y dijo que el Gobierno se debe dedicar a la gestión
Fue su primera aparición pública después de la derrota en Misiones. Y eligió ignorar deliberadamente el tema. En un clima de marcado malestar político, aunque haciendo gala de un intencional buen ánimo y semblante, el presidente Néstor Kirchner redobló ayer en público la estrategia oficial del silencio: durante un acto que encabezó en la Casa Rosada evitó mencionar, siquiera tangencialmente, la mala performance de su aliado Carlos Rovira en procura de promover la reelección ilimitada en la provincia mesopotámica.
De todos modos, el Presidente expresó, aunque sin palabras, la interpretación oficial del traspié misionero del kirchnerismo. Con la intención de minimizar la derrota política, Kirchner remarcó que el Gobierno se debe dedicar a la gestión.
“Nosotros tenemos que administrar, gobernar y solucionar, hasta donde podemos, los problemas de nuestra sociedad con todo nuestro esfuerzo y de cara a la gente”, dijo el jefe del Estado en un pasaje del discurso que pronunció en la Casa Rosada, durante el acto de adjudicación de obras públicas para La Matanza.
El Presidente arribó ayer a Buenos Aires desde Río Gallegos alrededor de las 15, después de extender un día más de lo previsto el fin de semana de descanso en la Patagonia. Pese a su evidente resfrío -se limpiaba constantemente la nariz-, todo el tiempo se mostró jocoso y distendido.
Lo acompañaron en el estrado el gobernador Felipe Solá -que aspira a la reelección- y también dos de los eventuales competidores del mandatario en la provincia: el ministro del Interior, Aníbal Fernández, y el presidente de la Cámara baja, Alberto Balestrini. Kirchner gastó bromas con Solá y con Balestrini, que estaban sentados al lado de él.
En su discurso, ponderó, además, el crecimiento económico del país, en procura reforzar la idea de que la Casa Rosada está concentrada en la gestión, aunque él en persona y sus principales ministros hayan dedicado tiempo y recursos a la campaña política de Rovira en Misiones.
"Estamos muy contentos"
"Hoy es un día en el cual estamos muy contentos porque, en esta tarea de consolidar la estabilidad en la Argentina, hemos llegado y superado los 29 mil millones de reservas", dijo en otro pasaje de su alocución.
"Sigue creciendo la solidez de este país, y esto es muy importante. También quiero decirles que la producción de energía creció el 8,1 por ciento y que tenemos el crecimiento más significativo en consumo de servicios públicos en lo que va del año. Esto es muy importante porque está marcando el ritmo que tiene nuestra economía y a nosotros nos pone muy bien", agregó.
El mensaje de Kirchner, confiaron a LA NACION tres hombres que compartieron la intimidad de la jornada presidencial, fue deliberado.
"El mensaje fue claro. Seguimos gobernando", dijo uno de los miembros del Gabinete. "Esa fue su manera de expresarse por lo de Misiones; no es el fin del mundo, ahora hay que gestionar", dijo la fuente, que compartió la intimidad presidencial de ayer.
Si bien estaba previsto para las 18, el acto comenzó a las 19. Kirchner llegó a la Casa Rosada, a las 18, y mantuvo un encuentro con Solá, Balestrini; el ministro de Gobierno bonaerense, Florencio Randazzo, y el jefe del bloque de diputados oficialistas, Agustín Rossi. Luego se les sumó el vicepresidente Daniel Scioli, que también los acompañó más tarde en el estrado.
"Fue una reunión informal. El Presidente estaba de buen ánimo y participativo. Charlamos de todo, pero sin entrar en análisis políticos de ningún tipo", dijo a LA NACION uno de los participantes del cónclave con Kirchner.
Allí, confió la fuente, Kirchner no hizo tampoco ninguna mención a Misiones, ni habló seriamente del escenario de la provincia de Buenos Aires. "Sólo le hizo una broma a Felipe. Le dijo que no le de ideas a Lavagna, por eso de que se largue a caminar la provincia", relató el encumbrado dirigente, en alusión a una crítica formulada días atrás por el mandatario bonaerense al ex ministro de Economía.
Una vez más, Kirchner eligió ayer el silencio como estrategia ante un tema conflictivo para el Gobierno. Apeló a lo mismo con la tragedia de República Cromagnon, las marchas de Juan Carlos Blumberg o los cortes de rutas contra las papeleras en Uruguay.
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