La mira en 2007: nuevo contrapunto. Kirchner y Lavagna siguen criticándose
Aunque sin mencionarse, volvieron a mostrar en público sus diferencias sobre el papel del Estado y las inversiones privadas
Por enésima vez, el presidente Néstor Kirchner y Roberto Lavagna se enfrentaron ayer con declaraciones críticas. No fue un duelo declarado, pero sí un sugestivo contrapunto en el que las diferencias dieron la nota.
Dijo Néstor Kirchner, en el Salón Blanco de la Casa Rosada, ayer: "Es importante la inversión privada, pero allí donde tiene que estar presente el Estado, lo tiene que hacer".
Dijo Roberto Lavagna, en el Consejo Profesional de Ciencias Económicas, también ayer: "El Estado no debe estar ausente, pero tampoco debe invadir la actividad privada".
Cada intervención pública de uno y otro parece armada para un nuevo round. Cada vez que Kirchner se aferra a su atril dirige indirectas a quien es hoy su gran adversario. Cada vez que Lavagna acepta una invitación para asistir a un congreso, a un seminario o a una reunión empresarial, envía mensajes no tan codificados para tomar distancia de su último jefe político. Aun sin candidaturas explícitas, Kirchner y Lavagna avanzan con un combate mediático que no hace más que posicionarlos en el escenario electoral.
Como ayer, por ejemplo, cuando el Presidente cuestionó a los "economistas que dicen que el Estado se tiene que dedicar sólo a la educación, la salud o la justicia", o cuando Lavagna dijo que "se requieren políticas económicas que no hagan uso del ajuste permanente, pero tampoco del facilismo del subsidio".
Cada uno pensó en el otro cuando habló. Cada crítica tuvo un destinatario tácito.
Kirchner habló en la Casa Rosada, durante el llamado a una licitación para la nueva estación de trenes de Mar del Plata. Allí, promovió el proyecto de un tren rápido a la costa, cuya inversión correría por cuenta del Estado (sobre lo que se informa en Economía).
Lavagna disertó en el VII Congreso de Economía, donde cuestionó la participación del Estado en inversiones que, cree, deberían ser del ámbito privado. No se refería, necesariamente, al tren rápido a Mar del Plata.
"En la tesis de los economistas neoliberales que dicen que el Estado tiene que estar ausente o se tiene que dedicar nada más que a la educación, la salud y la justicia, evidentemente no cierra este tipo de inversiones", opinó Kirchner. Lo escuchaban el gobernador Felipe Solá y el intendente marplatense, Daniel Katz, entre otros.
El Presidente siguió así: "Esto es muy importante, porque, si no, nos pasa lo que nos pasó en la década del 90, donde el país se quedó sin ferrocarriles, donde el país se quedó sin rutas, donde el país se quedó sin hospitales, porque tenían esta teoría: ¿cómo va a invertir el Estado? Es muy importante la inversión privada, pero allí donde el Estado tiene que promocionar y estar presente, lo tiene que hacer. Para eso administra los recursos de todos los habitantes".
El discurso de Lavagna ante los economistas pareció una respuesta. No había escuchado al Presidente, pero evidentemente su mensaje no dependía de un proyecto más o menos del Gobierno.
"Hay que cuidarse del retorno de la ortodoxia basada en el ajuste permanente, pero también de ciertas heterodoxias basadas en el distribucionismo de discurso", cuestionó Lavagna.
El ex ministro insistió en que "el Estado no debe estar ausente, pero tampoco invadir la actividad privada". Pareció un mensaje al rumbo que la política económica del Gobierno tomó después de que él dejó la jefatura del Palacio de Hacienda.
Advertencia
"Sólo con una distribución adecuada del ingreso y del ascenso social se pueden controlar los procesos de concentración económica. Estamos atravesando una situación excepcional con una macroeconomía fuerte, pero cuidado con desatender las cuestiones institucionales, sobre todo las reglas y los contratos", agregó Lavagna.
Las diferencias entre Kirchner y su primer ministro de Economía parecen cada vez más grandes. Desde que el Presidente decidió despedir a Lavagna, éste cuestiona la dirección del Gobierno, principalmente, en la participación del Estado en las inversiones, en la marcha de la política exterior y en el cuidado de las instituciones. Ayer, habló de los tres temas ante unas 120 personas.
Atento a la economía, insistió en sus reclamos contra la presencia del presidente venezolano, Hugo Chávez, en la vida exterior de la Argentina.
Para Lavagna, la presencia de Venezuela en el Mercosur, sumada a la "eventual salida" de Uruguay del bloque regional, "apunta a cambiarle la agenda" a la unión sudamericana.
"No debemos desatender las cuestiones institucionales. A mi entender, la macroeconomía y las instituciones van de la mano", concluyó Lavagna.