La Alianza negocia en secreto
Los cuatro operadores políticos del Frepaso y la UCR encargados de acordar el reparto de candidaturas se reunieron ayer durante gran parte del día, pero se negaron a suministrar información al respecto. Hacerlo, se excusó uno de ellos en diálogo con La Nación , entorpecería las delicadas negociaciones.
Simultáneamente, la junta electoral de la Alianza avanzó, durante su sesión semanal, en resolver los problemas que plantea la realización de la elección interna.
La junta resolvió que hoy se presentará ante el juzgado federal electoral de María Romilda Servini de Cubría el anuncio formal de que el 29 de noviembre próximo la Alianza irá a comicios internos.
Pero no resolvió, como se esperaba, si ese día se votará por fórmula o por candidato presidencial. Ese detalle crucial quedó supeditado al acuerdo político que logren los negociadores que comenzaron a definir la distribución de poder en la coalición. El plazo político que los socios se habían fijado para esto venció ayer, pero no hay requisito legal que los obligue.
"La modalidad de elección es un tema de resorte exclusivo de la cúpula de la Alianza y no de la junta electoral", explicó Santiago Díaz Ortiz, integrante de la Junta por el Frepaso.
Silencio en el teléfono
Los negociadores Leopoldo Moreau, Rafael Pascual (por el radicalismo), Rodolfo Rodil y Alberto Flamarique (por el Frepaso) discutieron durante horas en la casa del último.
Al finalizar, ya de noche, los radicales negaron a La Nación que el encuentro hubiera existido. Repitieron la versión acordada entre los cuatro: sólo había habido "contactos telefónicos" sin resultado. Los frepasistas ni siquiera respondieron a los llamados telefónicos de La Nación .
La decisión de no difundir los pasos previos al acuerdo final se basó en la inminencia del mismo: es por ello que este es el momento más delicado.
Radicales y frepasistas intentan llegar a una distribución de los cargos electivos que garantice un equilibrio de poder entre las fuerzas, de modo que el ganador de la elección no pretenda erigirse en hegemónico. Es el Frepaso el que más puede perder ante el triunfo del rival.
Persistían, hasta la reunión de ayer, algunos puntos conflictivos: la decisión final del delarruismo de aceptar que se vote sólo por el candidato a presidente (Fernando de la Rúa, el jefe radical, ya ha aceptado que su contrincante, Graciela Fernández Meijide, no sea su vicepresidenta si él gana la elección).
El Frepaso confía en que ese camino será allanado finalmente, pero quedará todavía la complicada arquitectura nacional: las cuotas de cargos legislativos y también los ejecutivos en algunas provincias complicadas.
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