La amenaza del veto mostró la disidencia más profunda
Uno de los momentos más arduos del extenso debate entre los diputados en La Nacion fue la posibilidad de que el Gobierno utilice el veto para impedir que se conviertan en ley proyectos impulsados por la oposición.
Mientras Rossi defendió con fuerza el uso de esa herramienta por parte del Poder Ejecutivo para "equilibrar a los poderes", los opositores alertaron sobre la posibilidad de que la presidenta Cristina Kirchner los utilice más que a menudo para retener poder.
Rossi: –En un sistema presidencialista como éste, con un escenario de oficialismo en minoría, la única fórmula que tiene el Poder Ejecutivo de impulsar una ley es con acuerdo de la oposición. Los constituyentes de 1853 y de 1994 crearon una herramienta, que es el veto, para también decirle a la oposición que la forma que tiene para que las leyes se implementen tienen una traba, si es que no acuerda con el oficialismo, y si ese oficialismo tiene al menos un tercio de los legisladores. Lo que se busca con el veto es un equilibrio, cuando hay un gobierno de un signo político y un Congreso de otro.
Aguad: –Si el veto fuera lo que dice Rossi, el Congreso no tendría razón de ser, porque todas las leyes que el oficialismo desaprueba estarían vetadas. El veto es una herramienta institucional para corregir errores, pero si el veto se constituye en un recurso sistemático significa el desconocimiento de otros poderes y eso, en una república, no se puede tolerar.
Pérez: –El veto es una herramienta constitucional, el tema es cómo se utiliza. Tenemos una República, donde el Poder Ejecutivo administra y tiene la iniciativa, pero la política pública la fija el Parlamento, así lo dice la Constitución. Creer que el Poder Ejecutivo tiene que obturar todo lo que decide el Congreso es otra equivocación. De hecho, no es la primera vez que a un Parlamento le toca gobernar en minoría, hay muchos gobernadores e intendentes que lo hacen. Vetar es también vetar la voluntad ciudadano de tener un Parlamento que debata, que produzca modificaciones. Hace algunos meses la gente pidió un cambio de rumbo y el Gobierno tiene que adaptarse a esta nueva realidad.
Solá: –Estamos suponiendo algo porque nos amenazó Rossi, porque la Presidenta no ha hablado del tema. Sólo Rossi, que es de los halcones (risas). Lo que quiero decir es que no hay que anticiparse a una situación.
–¿Habrá más o menos Congreso en 2010, entonces?
Aguad: –El Gobierno va a necesitar del Congreso. Va a ser un año de cooperación.
Solá: –Para algunas cosas vamos a tener mucho diálogo, pero otras veces la rueda va a estar pesada, la vamos a tener que mover nosotros contra la resistencia del Gobierno.
Pérez: –El Parlamento tiene un escenario de mucha fragmentación y creo que hay que buscar acuerdos tema por tema, en el marco de una agenda que hemos planteado.
Rossi: –Para mí, va a ser un año de mucha actividad parlamentaria. Con una iniciativa que a veces estará en manos de la oposición y, a veces, del oficialismo. Con mayorías que se lograrán en función de cada uno de los temas que se traten. A veces se podrá repetir la foto del 3 de diciembre y otras no. Un escenario abierto.
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