Coronavirus en la Argentina: la Cancillería gastó $135 millones para repatriar y asistir a los argentinos varados en situación vulnerable

Desde que el cierre de fronteras y aeropuertos por la expansión del coronavirus dejó a miles de argentinos sin poder regresar al país, la Cancillería ya gastó 2 millones de dólares en repatriar a aquellos varados en condición de vulnerabilidad o para asistirlos en el exterior. Al tipo de cambio oficial, son unos 135 millones de pesos.

Según supo LA NACION, la cartera que conduce Felipe Solá utilizó fondos propios durante el último mes para garantizar el traslado de los argentinos más necesitados de regresar. Se priorizó a aquellos vulnerables, como los mayores de 65 años o quienes tienen problemas de salud, que corren riesgo de enfermarse gravemente en caso de contagiarse de Covid-19.

También se incluyó a los que atravesaban situaciones sensibles, como los que se habían quedado sin medios para mantenerse en el exterior o los que tenían su estadía comprometida países con deficiencias en el sistema de salud o donde se habían militarizado las calles para controlar la cuarentena.

La mayor parte del gasto se destinó a los vuelos chárter que contrató el Ministerio de Relaciones Exteriores para trasladar a argentinos que quedaron sin posibilidad de volver por la cancelación masiva de los vuelos. El Estado pagó los viajes, pero reclamará esos montos a las compañías que debían haber prestado el servicio. Hasta ahora, se gastó en este ítem US$1,5 millones ($101.600.000 al cambio de hoy).

El resto de los gastos se destinó al mantenimiento individual de los argentinos que necesitaban asistencia. La Cancillería estima que se gastaron US$503.000 ($34 millones) en medicamentos, alimento y alojamiento. En total, se asistió a 5808 ciudadanos.

El dinero se destinó a casos variados. Así como se necesitó comprar medicamentos para los varados con problemas de salud, también se debió solventar la estadía de argentinos en lugares con dificultad para usar tarjetas de crédito, como en Cuba, o para aquellos que viajaron por trabajo y fueron despedidos como consecuencia del avance de la pandemia.

Las repatriaciones organizadas por la Cancillería se sumaron, en parte, a las que dispusieron las Fuerzas Armadas en los aviones Hércules (hubo vuelos desde Perú y Ecuador). También hubo acuerdos entre gobiernos para establecer mecanismos de repatriación que incluyeron otras nacionalidades además de argentinos. Así ocurrió con México, desde donde partió un avión que devolvió a sus países a chilenos y argentinos y se llevó mexicanos.

El dinero que se gastó hasta ahora corresponde al reordenamiento de los gastos que forzó el avance de la pandemia en todo el mundo. La Cancillería debió suspender misiones diplomáticas y traslados propios de la actividad del ministerio a medida que se multiplicaban las cuarentenas y los países cerraban sus fronteras, lo que se sumó a la intención previa de Solá de evitar viajes que pudieran ser reemplazados por videoconferencias como medida de ahorro.

Sin embargo, algunas misiones no se suspendieron del todo. En los próximos días viajarán las nuevas representaciones diplomáticas al Vaticano y a Francia. María Fernanda Silva irá a la Santa Sede y Leonardo Constantino, a París.

Actualmente quedan en el exterior 4810 personas en condición vulnerable, una cuarta parte de los 21.493 argentinos que están en 82 países de los cinco continentes. El Gobierno ya repatrió a 168.140 varados, el 88,7% de todos los que habían manifestado su intención de regresar.

Según publicó este diario en su edición de hoy, la mayoría de los que quedan en el exterior están en Estados Unidos (4594), en España y Andorra (3792) y en México (3221). Se estima que demorarán un mes más en volver.