La CGT avanzó hacia un paro, pero le dejó una puerta abierta al Gobierno
En la reunión del conjunto de los gremios hubo una fuerte presión para adoptar una medida de fuerza; los sectores más dialoguistas pidieron esperar una respuesta de la Casa Rosada a sus demandas
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La CGT unificada no está aún convencida de romper los puentes con el Gobierno. Si bien una amplia mayoría de los gremios habilitó ayer al triunvirato de mando para activar lo que sería el primer paro general contra la gestión de Mauricio Macri, la cúpula evitó fijar la fecha de la eventual protesta y mantiene abierta bajo presión una negociación con la Casa Rosada.
El jueves próximo será determinante. Ese día, una comitiva de dirigentes de la CGT será reciba por el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, y el ministro de Trabajo, Jorge Triaca. El tema central será el impuesto a las ganancias, ya que antes Prat-Gay estará con los gobernadores. Fuentes oficiales descartaron ayer que al encuentro con los sindicalistas pueda sumarse el presidente Mauricio Macri.
"La reunión con Prat-Gay es una parte, no resuelve todo. Queremos respuestas y discutir el presupuesto 2017, Ganancias y otras cosas más", relativizó Héctor Daer, uno de los tres referentes cegetistas. Y agregó: "El diagnóstico es grave y no percibimos que haya una rectificación del rumbo. A la caída del salario se le agrega el maltrato a los trabajadores informales. Si poníamos hoy (por ayer) la fecha del paro, no dialogábamos más".
Un reconocido abogado laboralista que es fuente permanente de consulta de los sindicalistas explicó la estrategia: "El mejor paro es el que no se realiza, el que sirve para negociar". Su voz fue escuchada ayer por Daer, Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña, los integrantes del triunvirato que comanda la central obrera.
Antes de avanzar en la organización de una medida de fuerza, la CGT pretende conocer de boca del jefe del Estado cuál es su postura respecto de algunas inquietudes que tiene hoy el movimiento obrero. Hay cuatro temas dominantes: saber si el Ministerio de Trabajo habilitará las negociaciones por actividad por un bono de fin de año para compensar la inflación; objetar el proyecto oficial para reformar el impuesto a las ganancias de manera gradual; influir en la reforma de las ART y hacer hincapié en la prevención de accidentes laborales y no en la reducción de la litigiosidad, y conocer en detalle si es que realmente existe una intención oficial de modificar la legislación laboral para reducir costos y cargas patronales.
El triunvirato de la CGT afronta ahora su primer gran desafío. En el Comité Confederal de ayer, del que participaron más de 100 gremios, hubo una mayoría de dirigentes que planteó la necesidad de activar un paro. Pablo Moyano trazó una de las posturas más combativas. "Basta de boludeces y forreadas. Ir al Ministerio de Trabajo es como ir a la Unión Industrial. Macri nos tiene desprecio. Vamos a definir una fecha para el paro", lanzó el hijo de Hugo Moyano. Antes de él, otros cinco dirigentes ya habían reclamado activar una medida de fuerza.
"La mayoría aprobó un plan de lucha, que contempla un paro de 24 horas", dijo Schmid. Hasta hubo gremialistas que sugirieron posibles fechas para la huelga. De concretarse, el paro sería entre el 13 y el 20 de octubre.
Pero también hubo excepciones. Carlos West Ocampo, referente de Sanidad y del sector de "los Gordos" (grandes gremios de servicios), fue uno de ellos. "Debemos ser prudentes y estratégicos para que no nos condicionen", sugirió. Algo curioso en el giro de West Ocampo: en 2015 criticó al macrismo hasta por musicalizar la campaña con la cumbia de Gilda.
Durante el debate interno, que duró apenas poco más de tres horas, hubo un momento de tensión que dejó al descubierto las internas que aún surcan a la CGT unificada. Un joven dirigente portuario de Rosario le reclamó al triunvirato mayor carácter para ponerse al frente de la protesta. El discurso provocó una enfurecida reacción de Daer. El portuario luego se disculpó, pero las tensiones se repitieron cuando el delegado de la seccional cordobesa de Luz y Fuerza comparó algunas actitudes de la nueva CGT con lo que fue el vínculo con Menem durante los 90.
Jorge Sola, secretario de prensa de la CGT, intentó en vano ocultar estos cortocircuitos al ordenar que la prensa no ingrese al salón Felipe Vallese. Asistieron al debate 180 gremios de 225 confederados, según informó Sola. O se sumaron organizaciones o hubo alguna irregularidad, ya que fueron 124 los sindicatos que participaron del proceso electoral que selló la unidad, el 22 de agosto pasado.
Del Confederal participaron también Antonio Caló y Luis Barrionuevo, dos de los tres ex jefes de la CGT. A Moyano se le había reservado un lugar, pero optó por quedarse en su gremio y enviar a su hijo Pablo.
En su nueva etapa, ya sin liderazgos tan fuertes, la CGT unificada se respalda sobre una estructura más horizontal, en la que la toma de las decisiones es ahora sometida a un debate previo. Así avanza hacia un nuevo perfil, más político y estratégico. En ese trayecto, la CGT reforzará hoy una alianza que alarma al Gobierno: recibirá en Azopardo a los movimientos sociales y piqueteros.
Cautos, pero en alerta
El triunvirato que conduce la CGT enfrenta su primera prueba con la pulseada frente al Gobierno
Juan Carlos Schmid
Sec. Gral. CGT - dragado y balizamiento
Dirigente portuario, es moyanista y fue clave para el resurgimiento de la alianza de gremios del transporte
Carlos Acuña
Sec. Gral. CGT - Estaciones de servicio
Cercano a Barrionuevo, es diputado bonaerense por el Frente Renovador y cultiva un perfil bajo
Héctor Daer
Sec. Gral. CGT - sanidad
Líder del gremio de Sanidad y diputado por el massismo. Es el representante del sector de Caló