La Corte volvió a reunirse tras las tensiones y postergó la definición de una agenda
En el último acuerdo del año dejaron de lado las diferencias y en un clima de mayor tranquilidad firmaron fallos sin conflicto; el año próximo tratarán el tope de las jubilaciones
Primó el espíritu navideño y retornó la paz a la Corte Suprema de Justicia. Al menos por ahora.
Los jueces de la Corte se reunieron ayer en su último acuerdo del año, en el que primó un clima de tranquilidad que contrastó con las últimas semanas, cuando tres de los jueces aunaron voluntades para quitarle el control administrativo al presidente del cuerpo, Carlos Rosenkrantz. A su vez resolvieron casos de alta sensibilidad política, pero sin entrar en profundidad en los temas, e intercambiaron ideas sobre posibles causas de alta relevancia institucional a incluir en la agenda judicial de 2019.
La única nota que desentonó con este clima fue la ausencia de la jueza Elena Highton de Nolasco, quien estaba en los tribunales, pero no acudió al acuerdo. En su entornó interpretaron el faltazo como un gesto ante las denuncias de sus allegados acerca de que había sufrido presiones del expresidente de la Corte Ricardo Lorenzetti por su cercanía con Rosenkrantz.
Lo cierto es que más allá de su ausencia, cuyas causas no se informaron oficialmente, su firma aparece en los expedientes que se resolvieron ayer por unanimidad.
La Corte firmó una tregua luego de que la semana pasada Lorenzetti, Horacio Rosatti y Juan Carlos Maqueda impusieron una reforma mediante la cual le quitaron al presidente Rosenkrantz autonomía para contratar y designar funcionarios con su sola firma. Ahora esas resoluciones deben llevar la firma de al menos tres jueces, con o sin la presencia del Presidente.
Pero el malestar que dejó esa decisión ayer se disimuló, al menos durante la reunión.
Los magistrados resolvieron temas de implicancia política pero sin necesidad de adentrarse en los problemas. Se trataba en casi todos los casos de planteos que llegaron a la Corte mediante un recurso de queja y que, al no tratarse de una sentencia definitiva, los rechazaron.
Así, por ejemplo, fue rechazada una impugnación contra la fiscal Gabriela Boquin del expediente del concurso del Correo cuando estaba en manos de la familia Macri. Los jueces de la Corte por unanimidad rechazaron el recurso de queja contra la sentencia de la Cámara Comercial que había confirmado la legitimación de la fiscal para actuar. Justamente Boquin había denunciado en sus dictámenes a los accionistas de la familia Macri por vaciamiento del Correo, en una causa que ahora tramita en la Justicia Federal .
En esta causa el juez federal Ariel Lijo, a pedido del fiscal Gerardo Pollicita, llamó a prestar declaración indagatoria al ministro de Defensa, Oscar Aguad, y a otros exfuncionarios y exejecutivos del Correo.
También por unanimidad los jueces de la Corte rechazaron un pedido de la defensa de Cristina Kirchner para anular el sorteo por el cual fue designado el Tribunal Oral Federal N° 2 para el juicio oral y público que debe enfrentar la exmandataria desde el 26 de febrero próximo por direccionar las obras públicas de la provincia de Santa Cruz en beneficio del empresario Lázaro Báez.
Asimismo, confirmaron que el caso contra el gremialista Marcelo Balcedo se quedará en el juzgado del juez federal Ernesto Kreplak de La Plata, a quien la defensa había recusado.
El diputado Diego Bossio también tuvo una buena noticia ya que la Corte, también por unanimidad y apelando al rechazo del recurso extraordinario sin analizar el fondo del asunto, dejaron firme la desestimación de una causa en su contra por malversación, con lo que quedó sobreseído. El fallo fue unánime.
Asimismo rechazaron un caso de Diego Maradona que cuestionaba que su exmujer Claudia Villafañe había retenido algunos objetos de valor que le pertenecían.
Más allá de la resolución de los casos puntuales, los jueces debatieron sobre posibles temas para incorporar a la agenda judicial del año 2019.
La Corte, con la llegada de Rosenkrantz como nuevo presidente, cambió una modalidad que se mantenía incólume. Antes, en épocas de Lorezentti, el presidente era quien ponía en el acuerdo los temas que se iban a votar y los jueces los votaban. Aunque los magistrados le hicieron saber en ese momento que aspiraban a tener poder de decisión sobre el temario de cada acuerdo.
Con la llegada de Rosenkrantz se impuso otra mecánica, impulsada por Rosatti. La Corte se iba a fijar una agenda de temas que iba a ser pública y mediante la cual anunciaba las sentencias que sacaría en el futuro cercano.
Así lo hicieron en diciembre pasado, cuando semana tras semana firmaron, por ejemplo, el fallo que amplió el universo de jueces que pagan impuesto a las ganancias, y la aplicación del 2x1 para represores, entre otros temas.
Ayer los jueces tantearon posibles temas para incluir en la agenda del año que viene, pero se comprometieron a que iban a seguir conversando en febrero.
Algunos de los casos son, por ejemplo, el que plantea que es inconstitucional fijar topes para las jubilaciones, un asunto de alto impacto económico, y otro caso en que se cuestiona la posibilidad de aplicar el impuesto a las ganancias sobre las jubilaciones más altas.
También se discute incluir en los temas a resolver el año próximo si los casos de un estado contra el gobierno de la ciudad son de competencia originaria de la Corte.
Se analiza debatir también la potestad de los municipios para aplicar gravámenes sobre las antenas de telefonía, por ejemplo, un asunto sensible para las empresas, y la extensión del juicio por jurados a todo el país, como dice la Constitución.
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