El pulso político. La crematística kirchnerista
El debate por la polémica reforma del Consejo de la Magistratura quedó limitado al campo de la crematística y las matemáticas.
En Diputados, el oficialismo sólo muestra empeño por reunir los 129 escaños necesarios para aprobar en febrero el proyecto que salió del Senado y no dará lugar a modificación alguna de la iniciativa que, al entender de la oposición, sólo apunta a controlar la Justicia.
Al referirse a los problemas económicos, Aristóteles utilizó la palabra "crematística". El término de la Grecia antigua era amplio: abordaba temas tales como el valor, el dinero, el interés y la adquisición de bienes para tener más poder.
Para defender la reducción de miembros del Consejo de la Magistratura, el Gobierno se sustenta en una visión netamente crematística. "Es un órgano carísimo", dijeron tanto al Presidente como al gobernador José Manuel de la Sota. Mencionaron que cada consejero cuesta al Estado 70.000 pesos al año. ¿Puede cobrar menos de 5800 pesos mensuales un funcionario que tiene a cargo el control o la designación de jueces? En tal caso, habrá que señalar que el presupuesto del Consejo hoy representa sólo el 3% del presupuesto del Poder Judicial.
En su afán por conseguir número en Diputados el Gobierno salió a la caza de legisladores. Se respalda en aquellos que responden a gobernadores radicales que están atados a los fondos o la obra pública de la Nación. Serían legisladores de Mendoza, Santiago del Estero y Catamarca. También esperan el apoyo de algunos duhaldistas.
El diputado radical Mario Negri deslizó en las últimas horas que "no se puede cambiar calidad institucional por necesidad económica de las provincias". Y advirtió que si alguno de sus pares vota la polémica reforma, el comité nacional de la UCR deberá discutir la aplicación de sanciones.
Un destacado legislador del oficialismo admitió que la presión de la Casa Rosada con las provincias para conseguir votos favorables es "muy fuerte". No quiso detallar en qué consiste esa presión.
Una vez más, la crematística se cuela en el debate y deja de lado la cuestión de fondo: si la reducción de 20 a 13 miembros en la Magistratura y de 9 a 7 integrantes del Jury de Enjuiciamiento implicará o no un manejo oficial de la Justicia. Es decir, si el Gobierno se quedará con la "acción de oro" para designar o remover jueces.
La oposición no presentó un proyecto alternativo y esto le restó poder de confrontación. El debate se limitó a la exposición mediática. Algunos referentes del centro o la UCR hacen un mea culpa por ello. Creen que perdieron terreno irrecuperable.
Kirchner habló en las últimas horas con sus espadas en Diputados y les pidió que reunieran por lo menos 140 integrantes del cuerpo para sancionar la ley en febrero. No quiere peligros a la hora de votar. El jefe del bloque, Agustín Rossi, y el titular de Diputados, Alberto Balestrini, no se alejan de la calculadora. Hacen y rehacen números, pero están seguros de que superarán holgadamente los 129 escaños.
El Presidente no les habló de modificar la iniciativa porque ello requeriría un consenso mayor con la oposición que no está dispuesto a entablar. ¿O será porque no quiere abandonar el debate de índole crematístico para discutir de la política real?
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