La distribución de alimentos generó disturbios en Chaco
RESISTENCIA.- La creciente tensión que se registra en esta provincia por la falta de trabajo se materializó ayer en un enfrentamiento con la policía con disparos de arma de fuego que impactaron en la Casa de Gobierno, rotura de vidrios y la detención de un grupo de desocupados que participaron del suceso que ocurrió cuando dirigentes negociaban con las autoridades la distribución de los elementos del plan alimentario que se instrumentará en la provincia.
El gobernador del Chaco, Angel Rozas, se encontraba en esos momentos en la residencia oficial.
Un grupo de desocupados que se manifestaba frente a la Casa de Gobierno, alrededor de las 10, disparó con armas de fuego, calibre 22, contra la planta baja de la sede del Ejecutivo provincial, donde se encuentra la Dirección de Personal del Ministerio de Educación. Además, provocaron importantes destrozos, al arrojar elementos contundentes para romper las paredes de vidrio que dan hacia la calle Marcelo T. de Alvear.
Los incidentes comenzaron cuando alrededor de 500 personas se agruparon frente a la Casa de Gobierno y arrojaron piedras y palos contra el edificio, que en la planta baja tiene grandes ventanales de vidrio.
A raíz de la violencia que desplegaron los manifestantes y de los proyectiles que lanzaban los desocupados, los vidrios de la puerta principal y una lateral de la casa de Gobierno quedaron destrozados. Además se observaron impactos de bala, presumiblemente calibre 22, en los ventanales.
La policía reprimió con balas de goma y gases, mientras los desocupados se dispersaban por la plaza central, ubicada frente a la Casa de Gobierno. Se detuvo a varias personas y se pudo identificar a quien agredió con disparos de pistola a la policía. El sujeto fue detenido y puesto a disposición del juez de turno, Inocencio Zanazzo.
Por medio de un comunicado, el gobierno provincial anunció que "la policía procedió a detener al grupo de personas de donde provinieron los disparos, no sin antes ser atacados".
El ataque se realizó minutos después de que se realizó una reunión entre autoridades de Desarrollo Social y más de 30 representantes del Movimientos de Desocupados, la que tuvo lugar en un clima de serenidad y entendimiento y durante la que se discutió la propuesta del Poder Ejecutivo de descentralizar la ayuda a las personas desocupadas.
Acusaciones
El gobierno provincial adjudica los hechos a un grupo de desocupados "encabezados por el dirigente Emerenciano Sena".
La agrupación realizó primero un acto en la explanada de la Casa de Gobierno, "tras la cual algunos oradores instaron a "atacar el edificio", alegando estar en desacuerdo con la decisión acordada con los municipios y entidades de bien público para descentralizar la distribución de ayuda alimentaria y puestos de trabajo, en función de transparentar las mismas".
Los desocupados desconcentraron y corrieron hacia la plaza 25 de Mayo, mientras arrojaban baldosas que habían sido sacadas de la vereda y rompían las paredes de vidrio de la Casa de Gobierno que dan a la calle Marcelo T. de Alvear.
Desde la plaza, los desocupados continuaron arrojando piedras contra la policía hasta que se escucharon varios disparos de arma de fuego que impactaron en las paredes de vidrio que dan a la calle Mitre y que corresponden a las oficinas de la Dirección de Personal del Ministerio de Educación.
El secretario de Seguridad, José Soler, dijo que la policía alcanzó a detener al presunto autor de los disparos, aunque no dio a conocer su identidad, pero no secuestró el arma de fuego.
Asimismo, Soler expresó a LA NACION su extrañeza "por la vehemencia con la que se comportaban los manifestantes, que arrojaban cuanto elemento contundente encontraban al paso, entre los que se incluyen trozos de baldosas y de mampostería que fueron alistando mientras estaban frente a la Casa de Gobierno, donde también quemaron cubiertas e hicieron fogatas".
Entre el llanto y la autocrítica
- El arzobispo de Resistencia, monseñor Carmelo Giaquinta, admitió que quiere "llorar por mi patria, por la Argentina. Y, como no me sale, necesito decirlo en voz alta hasta para desahogarme y no ahogarme en las lágrimas que no afloran. También quiero invitar a otros a llorar, que tal vez tengan vergüenza de decirlo, pero que necesitan hacerlo". También se refirió al "diálogo argentino" al decir que "la participación provechosa en este diálogo está sujeta a una condición fundamental: la sinceridad que tanto nos ha faltado a los argentinos en las últimas décadas. De allí la necesidad de una autocrítica sincera".
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