Mensaje del Episcopado / Reunión clave de los obispos. La Iglesia pidió evitar enfrentamientos
En un escueto documento exigió recuperar el diálogo; hay mucha preocupación por eventuales hechos de violencia que alteren la paz
Los obispos que conducen la Iglesia en el país, con el cardenal Jorge Bergoglio a la cabeza, pidieron a "todos los ciudadanos" que eviten generar "un clima de confrontación propicio a la violencia". En un mensaje de una carilla y media, difundido ayer, la comisión permanente del Episcopado afirmó que "el mayor desafío social" que se avecina es el crecimiento de la pobreza como consecuencia de la crisis económica global y reiteró lo que la Iglesia no parece cansarse de repetir: que "el camino por recorrer" es el diálogo y la búsqueda de consensos.
La veintena de prelados firmantes del mensaje -miembros de la comisión ejecutiva y titulares de las comisiones episcopales y delegados regionales- explicaron que hacen este pedido movidos por un "amor sincero" a la Patria y un "espíritu de servicio" al pueblo.
Anteayer, al comienzo de esa reunión de las autoridades de la Iglesia, el director de prensa del Episcopado, padre Jorge Oesterheld, había anticipado la preocupación de los obispos por la situación social. "La paz social evidentemente está alterada y la situación actual es un caldo de cultivo para algún hecho de violencia que puede llegar a ser muy grave y alcanzar un punto de difícil retorno", había dicho Oesterheld.
Redactado por monseñor Jorge Casaretto, presidente de la Comisión de Pastoral Social y obispo de San Isidro, y por monseñor José María Arancedo, vicepresidente segundo del Episcopado y arzobispo de Santa Fe, y revisado y corregido por el resto de sus pares, el texto final se redujo a cinco párrafos.
En cuatro de ellos mencionan las ventajas del diálogo y, en tres, afirman que la convocatoria de la Iglesia es para todos los ciudadanos. Intentan responsabilizar por igual al Gobierno y a la sociedad en general -esto es, dirigentes rurales y oposición incluidos- de la promoción de políticas públicas y gestos solidarios en favor de los "más pobres y excluidos".
Enfrentamientos
La preocupación de la Iglesia está centrada, en este momento, en la posibilidad de que haya eventuales enfrentamientos entre diferentes sectores de la política nacional. En lo inmediato los obispos temen más por la integridad de las personas que puedan verse involucradas en los posibles disturbios que por las consecuencias económicas de la crisis.
"Anhelamos que el impacto económico que inevitablemente llegará al país sea recibido en forma pacífica por una sociedad unida y no alimente aún más los enfrentamientos", dijo a LA NACION uno de los miembros de la comisión ejecutiva del Episcopado.
En el texto, titulado "Fortalecer la amistad social", piden "evitar las actitudes que nos enfrenten y dividan, y que generan un clima de confrontación propicio a la violencia".
A la vez, invitaron "a todos los ciudadanos a fortalecer la amistad social y las instituciones de la Patria, porque cuando priman intereses particulares sobre el bien común, o cuando el afán de dominio se impone por encima del diálogo y la justicia, se menoscaba la dignidad de las personas, e indefectiblemente crece la pobreza en sus diversas manifestaciones".
También llaman a tomar conciencia "de la dimensión social y política del problema de la pobreza", sobre todo en este momento en el que "la crisis de la economía global implica el riesgo de un nuevo crecimiento de la inequidad". En este sentido, escriben, "esta amenaza de posible crecimiento de la pobreza, en los próximos meses, es el mayor desafío social que tenemos por delante y debe ser respondido por gestiones solidarias tanto del sector público como del privado".
Otro de los párrafos del documento de noviembre que fue transcripto ahora es el que afirma que "es un hecho que toda democracia padece momentos de conflictividad".
Los obispos no aclaran lo que es obvio: que en la actualidad la democracia argentina atraviesa uno de esos momentos de conflictividad. Y aconsejan: "En esas situaciones complejas, alimentar la confrontación puede parecer el camino más fácil. Pero el modo más sabio y oportuno de prevenirlas y abordarlas es procurar consensos a través del diálogo".
Desde el Gobierno hubo duras respuestas al documento y un mensaje elíptico de tono también crítico de parte de la Presidenta (ver aparte).
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