La incertidumbre electoral se notó en las campañas de la costa
Los dirigentes políticos inundaron con carteles los balnearios y paradores, pero no detallan candidaturas o alianzas y, en algunos casos, ni siquiera los partidos por los que darán pelea; funcionarios e intendentes aprovechan para mostrar gestión
La incertidumbre electoral sobre las candidaturas y las alianzas políticas se refleja mejor que nunca a lo largo de la costa atlántica. Por las playas se multiplican los carteles políticos con nombres sueltos, sin siquiera una fecha ni un cargo para el cual desean postularse. Hay casos, y son muchos, en los que tampoco se distingue una insignia partidaria para identificar al eventual candidato. Hasta ahora son sólo nombres con la difícil misión de atraer a un electorado diverso.
En un contexto de indefinición, el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, picó en punta. Es el único que en sus carteles amarillos y negros exhibe una fecha: 2015. Lanzado a la larga carrera presidencial, deberá antes sortear la elección legislativa de este año. Y ahí sí comienzan los chisporroteos. A lo largo de la Autovía 2 y de la ruta costera, la RPN11, se distinguen los afiches amarillos y negros, pero con el nombre de Gabriela Michetti, más dispuesta a jugar políticamente en la Capital que en territorio bonaerense, como la presionan algunos dirigentes de Pro.
El oficialismo hace campaña a partir de la gestión. El ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, captó a la perfección cómo funciona el marketing político en las playas. Ubicó estratégicamente stands en distintos puntos de la costa para obtener en un trámite exprés el nuevo DNI o el pasaporte digital. Para los turistas que no viven en la Capital ni en el Gran Buenos Aires, el servicio les resulta útil, ya que en el interior estas gestiones son más engorrosas.
Como Randazzo, el ministro de Salud, Juan Manzur, también extendió stands con información de su cartera y el cuidado de la piel ante el exceso de sol. Manzur es vicegobernador de Tucumán con licencia y en su entorno no descartan que este posicionamiento sea parte de una estrategia para dar el salto en 2015 y reemplazar en el mando de la provincia a José Alperovich, que aún no se decidió a impulsar la reelección indefinida.
El intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, es otro de los kirchneristas que buscan realzar su imagen. Desde una gigantografía ubicada en el acceso a Cariló, Espinoza sonríe y lanza una suerte de eslogan: "La grandeza de La Matanza".
Jesús Cariglino es otro jefe comunal del conurbano bonaerense que está presente. Ayer, en la esquina de Bunge y la avenida del Mar, en Pinamar, dos camionetas distribuían folletos con información sobre el municipio de Malvinas Argentinas. Cariglino no blanqueó aún sus ambiciones, salvo que será parte un polo peronista opositor al kirchnerismo. ¿Hará lo mismo Sergio Massa? El intendente de Tigre también hace campaña con su flamante Frente Renovador.
El rompecabezas opositor mantiene sus piezas desparramadas. Hay carteles del radical Ricardo Alfonsín, pero curiosamente sin la compañía del escudo de la UCR. Ni siquiera conserva los tradicionales colores: sobre un fondo blanco, en letras negras, se lee: "Alfonsín". Así, a secas. Pasa lo mismo con los pasacalles de Margarita Stolbizer, en este caso sin la insignia del Frente Amplio Progresista.
Francisco De Narváez propone combatir la inseguridad. Pero no se lee si será candidato a diputado en 2013. Y mucho menos en representación de qué partido. Idéntica situación es la de Mónica López, ex compañera de fórmula de De Narváez: empapeló los balnearios, pero aún no logró definir su candidatura. En 2011 probó suerte acordando con los barrabravas de Hinchadas Unidas Argentinas para que exhiban una bandera con su nombre. No le fue bien.
Meca de oficialista y opositores, la costa no es ajena a la incertidumbre electoral. Tal vez después que se anuden las alianzas la campaña dará mayores certezas.