La jugada "celeste" para evitar una derrota en las comisiones
Las luces del despacho de Esteban Bullrich , en la planta baja del Senado, se apagaron anteayer cerca de la medianoche. Unos quince senadores contrarios a la legalización del aborto cocinaron ahí la receta a la que recurrieron ayer para trabar la emisión de un dictamen en el plenario de comisiones que debate la reforma.
La estrategia se mantuvo en secreto hasta ayer al mediodía, minutos antes de la reunión de comisiones. "Que ellos se encarguen de juntar el quorum y de juntar las firmas. Nosotros nos oponemos, no hace falta que firmemos nada", blanqueó la radical Silvia Elías de Pérez, antes de ingresar, con una media sonrisa, en el salón Arturo Illia.
La senadora por Tucumán fue una de las participantes del encuentro en el despacho de Bullrich. En la reunión también estuvieron los oficialistas Federico Pinedo y Néstor Braillard Poccard (Corrientes), el peronista José Mayans y la salteña Cristina Fiore, entre otros.
Tras repasar los números, confirmaron que no tenían las firmas suficientes para firmar un dictamen de mayoría de rechazo del proyecto. Las dos vertientes de respaldo a la legalización estaban a punto de acordar un dictamen único, con los cambios sugeridos por los tres senadores por Córdoba. Pese a que el rechazo a la reforma hoy aventaja al respaldo al proyecto por tres votos, en el plenario de comisiones podía imponerse el sí. Eso implicaba que el dictamen favorable a la legalización se tratara en primer término en la sesión del miércoles 8.
Decididos a no ceder, los detractores de la legalización encontraron una salida ante lo que iba a ser visto como una derrota previa a la sesión. "Si nosotros no tenemos dictamen de mayoría, que no haya dictamen", sugirió uno de los senadores. La ausencia en la reunión de comisión de dos senadores a los que cuentan como votos negativos, Adolfo Rodríguez Saá y Gerardo Montenegro (Santiago del Estero), terminó de convencerlos.
La jugada apunta, a la vez, a entorpecer la unidad que estaban gestando los promotores de la reforma. Esa confluencia también terminó de cerrarse horas antes de la reunión del plenario de comisiones. Con la presencia de los senadores por Córdoba Carlos Caserio, Ernesto Martínez y Laura Rodríguez Machado, y de representantes del kirchnerismo se acordó la letra del dictamen unificado.
La falta de dictamen obligará a tratar y votar sin cambios en general el proyecto que aprobó Diputados. Solo durante el tratamiento en particular se podrán introducir las modificaciones reclamadas por al menos cinco de los senadores que apoyan la legalización. Los cordobeses aseguraron ayer que el acuerdo se mantendrá. La batalla de fondo sigue siendo por construir la mayoría.