La limpieza costará $ 2 millones
Los trabajos para liberar y recuperar la avenida 9 de Julio comenzaron ayer y se extenderían hasta el sábado
La avenida 9 de Julio, desde Corrientes y hasta la avenida Belgrano, vivió ayer el desfile multicolor que más horas duró dentro de los festejos por el Bicentenario y que continuará por, al menos, dos días más: los diferentes grupos no se identificaban por su música, vestimenta o lugar de procedencia, sino por sus uniformes, que iban desde el naranja fluo, pasando por el amarillo y el gris topo. Eran los trabajadores encargados de la limpieza del Paseo del Bicentenario, que reunió a millones de personas durante el fin de semana.
El ir y venir de los trabajadores comenzó muy temprano en la mañana de ayer y se extendió hasta que cayó el sol con una avenida 9 de Julio aún cortada al tránsito vehicular.
La ciudad de Buenos Aires poco a poco comenzó ayer a recuperar su ritmo característico. Las personas con traje retomaron su lugar y andar presuroso, uno de los sellos típicos del microcentro porteño.
Las primeras zonas en volver a la normalidad fueron la Plaza de Mayo y Diagonal Norte, que habían formado parte del escenario principal del gran desfile de cierre de anteayer.
"¡Ni una empanada nos dejaron!", contaba luego de beber un trago de gaseosa uno de los seis trabajadores que desarmaban los stands donde hasta hace 24 horas se servían los platos típicos de la cocina argentina. "Nada quedó, ni una miga. Se llevaron todo. Sólo dejaron la mugre", acotó otro de sus compañeros que miraba las fuentes vacías.
"Cuando termine con esto, dentro de dos días, no voy a pisar la 9 de Julio por mucho tiempo", comentó a LA NACION uno de los 115 trabajadores de la empresa de limpieza Cliba afectados para dejar transitable la estratégica arteria lo antes posible. Sus compañeros sonrieron y volvieron a sus tareas sin descuidar la mirada para ver si encontraban algún souvenir que llevarse a casa.
Quienes llegaron en grupos de 20 o 30 personas fueron los 200 trabajadores de diversas cooperativas que, en lugar de limpiar otras zonas de la ciudad, apuntalaron el trabajo del personal de Cliba.
En tanto, quienes se confundían, por sus mamelucos verdes, entre las maltratadas plantas de los canteros centrales de la avenida eran 40 jardineros de Salvatori SA que ayer comenzaban el arduo trabajo de recuperar y reparar los canteros y plazoletas por donde pasaron decenas de miles de personas en los últimos cinco días.
"No sólo se afectaron las plantas, sino que los sistemas de riego se dañaron porque la gente se paraba sobre ellos sin saber", explicó a LA NACION el ministro de Ambiente y Espacio Público porteño, Diego Santilli, que, además ,detalló los trabajos que se realizarán hasta el próximo sábado, fecha límite para liberar la avenida 9 de Julio.
Gasto millonario
Consultado por LA NACION sobre el dinero que demandará la limpieza y restauración de la avenida 9 de Julio, Santilli dijo que el monto estimado es de dos millones de pesos, de los cuales ya recibieron 500.000 pesos del gobierno nacional.
"Buscamos reestabilizar la normalidad de la ciudad rápidamente. Hay trabajos que son de poco tiempo, pero otros, sobre todo los de las plazas y plantas, llevarán meses", afirmó el ministro porteño, y agregó: "Aunque tenemos autorización para trabajar sobre la 9 de Julio hasta el sábado, la idea es poder terminar todo el viernes".
Lo que ayer ya funcionaban, debido al trabajo de más de una decena de técnicos, eran los semáforos sobre la avenida que habían sido girados y apagados durante los días en que permaneció allí el Paseo del Bicentenario.
Por la instalación de los puestos de comidas, algunos sectores del pavimento de la 9 de Julio se encontraban con restos de grasa que volvían resbalosa la calzada. Para ello, se utilizarán seis hidrolavadoras que comenzarán sus tareas una vez que se complete el desmonte de los stands, lo que esta previsto para hoy.
Una de las postales más atípicas de la primera jornada de limpieza fue la de tres cartoneros que en dos carros recorrían la 9 de Julio, de una punta a otra, para levantar todo aquello que les pudiera servir. En pocos minutos los carros comenzaron a llenarse de papeles, cartones, cestos y recipientes plásticos.
Los tres hombres trabajaban sin parar hasta que llegaron a cien metros del Obelisco. Allí se detuvieron sobre la avenida y por unos minutos hicieron una pausa en su labor para presenciar el ícono porteño. Luego continuaron satisfechos con su trabajo: les sobraba material que recolectar.
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Encargados de la limpieza
- Son 115 trabajadores de Cliba, 200 trabajadores de cooperativas que cobran un subsidio estatal y 40 empleados de Salvatori.
$ 500.000
Aportes del gobierno nacional
- Desde el gobierno porteño indicaron que ya habían recibido esa suma de dinero desde Presidencia.