La negociación no avanza y el acuerdo sigue lejos
Las entidades analizan cómo sería un eventual nuevo paro
Las trabajosas negociaciones entre el Gobierno y el campo para superar el conflicto desatado tras el aumento de las retenciones ingresaron en tiempo de descuento. El único acuerdo firmado entre las partes, para ampliar el cupo de exportaciones de carne, no se está cumpliendo; el Poder Ejecutivo demora una respuesta sobre la comercialización del trigo, cuyas ventas externas están cerradas; y la presidenta Cristina Kirchner, con su discurso de anteayer, denostó la propuesta del agro para el sector lechero.
A ese panorama desalentador se suma la citación judicial a los presidentes de las cuatro entidades ruralistas para el martes próximo, que fue tomado por los dirigentes como un "apriete político para marcar la cancha".
Sin embargo, aunque ayer no hubo nuevas reuniones, ambas partes hicieron esfuerzos para avanzar en un acuerdo sobre el trigo, que debe empezar a sembrarse a mediados del mes próximo. El secretario de Agricultura, Javier de Urquiza, se comunicó con algunos dirigentes ruralistas para decirles que está "trabajando en una solución para el trigo". Y los presidentes de las entidades del campo evitaron expresiones altisonantes. "El 2 de mayo a la mañana, nos juntamos en las asambleas y los productores decidirán si hay una nueva protesta agropecuaria", dijo a LA NACION Eduardo Buzzi, presidente de la Federación Agraria.
Las cuatro entidades ruralistas confirmaron su voluntad de seguir dialogando hasta el final de la tregua decidida por los productores el 2 de abril, en la última jornada del paro agropecuario de 21 días. No obstante, con la presión de las asambleas de productores que se multiplican en el interior, los principales dirigentes ya evalúan cómo seguirá el conflicto. Está decidido que no habrá medidas de protesta que afecten a las "sociedades urbanas", como llaman en la jerga ruralista a las grandes ciudades, pero confirman que, si no hay acuerdo, habrá conflicto. Y que están preparándose para retener la cosecha de soja, maíz y girasol (que promedia el 50% del área sembrada), organizar una movilización masiva o bloquear el acceso a los puertos para frenar las exportaciones de granos y subproductos y, consecuentemente, afectar la recaudación por el cobro de retenciones.
Ayer, Buzzi y sus pares de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Mario Llambías y la Sociedad Rural, Luciano Miguens; y el vicepresidente de Coninagro, Carlos Garetto, analizaron la evolución de las negociaciones y las duras palabras que la Presidenta les dedicó anteayer, cuando los acusó de tener un "sesgo predemocráctico".
Los líderes ruralistas reafirmaron en un comunicado "la unidad del campo argentino y su vocación de diálogo, a pesar de los múltiples obstáculos y presiones que parte del Gobierno interpone en la negociación". Con esas palabras confirmaron que Coninagro seguirá en la Comisión de Enlace de las Entidades Agropecuarias, a pesar de la disidencia de su presidente, Fernando Gioino (ver aparte).
"Hay variantes, hay aperturas para tratar de conseguir cosas. Estamos tratando de encontrar algún camino para resolver esto. También hay que tener en cuenta que hubo muchos años en donde no hubo diálogo con el Gobierno", se esperanzó Llambías, el mismo dirigente que calificó de "apriete político" la citación judicial.
"Estamos haciendo el esfuerzo, poniendo toda nuestra vocación dialoguista, negociadora y de concertación. Pero hasta ahora los resultados son magros y es poco lo que uno puede exhibir en asambleas de productores que se multiplicarán este fin de semana", sostuvo Buzzi.
Para las entidades, la propuesta ruralista en materia láctea está en sintonía con el acuerdo firmado a fines de diciembre de 2007 y apunta a otorgarle mayor viabilidad. Llambías indicó: "A la Presidenta le presentaron las cosas mal y no distinto de lo que veníamos trabajando; la Presidenta estuvo mal asesorada".
En relación con la carne, las entidades sostienen que según datos de la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuaria (Oncca) el mercado está plenamente abastecido. "La estimación de faena de abril sería de 1.250.000 cabezas, lo que equivale a un incremento del 11% respecto del mismo mes del año pasado".
Para Miguens, "la cosa está complicada". Y añadió: "Los dirigentes estamos haciendo esfuerzos enormes para demostrar que queremos encontrar soluciones, pero tenemos que encontrar en el sector oficial un interlocutor que esté dispuesto a colaborar para encauzar el diálogo".
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