La Presidenta analizará qué hará su esposo con la banca
Viajó junto con Kirchner a El Calafate para definir los pasos a seguir
La presidenta Cristina Kirchner viajó ayer a El Calafate con el diputado y ex presidente Néstor Kirchner. Se llevó dos preocupaciones en su agenda: la crisis financiera en Europa con su posible impacto sobre la economía argentina –y el canje de bonos–, y la salida política que debe encontrar Kirchner para alejarse de la banca legislativa por su reciente asunción como secretario general de la Unasur.
"Había clima de misterio. No parecía un viaje rutinario, pero hubo mucho hermetismo", confió a La Nacion un funcionario de la Presidencia al caer la noche.
Según otras fuentes oficiales, hubo ayer diversos contactos del matrimonio presidencial con el ministro de Economía, Amado Boudou, para monitorear la caída de los mercados con centro en Europa. Esos contactos se profundizarán durante el descanso en el Sur.
Del impacto que tenga esa crisis en la Argentina depende en gran medida la carrera presidencial de Kirchner con miras a 2011. "Hay que ver cómo reacciona la Unión Europea. Si profundiza un paquete de rescate, habrá una depreciación del euro, pero habrá solución a la crisis", evaluó a La Nacion un allegado a Boudou.
"Si no hay paquete, la crisis en Europa será fuerte. Y habrá que ver cómo evoluciona sobre otras economías, hoy es muy prematuro", añadió, con un dejo de preocupación, pero sin perder la serenidad. En Economía consideran que la caída de ayer en los mercados responde a una crisis endógena de Europa.
Kirchner monitorea el proceso con atención. En la Casa Rosada existía inquietud por el futuro del canje y la aceptación entre los bonistas en un contexto de crisis, nivel que determinará el éxito o no de la operación. También se evalúa la posible tensión sobre el tipo de cambio doméstico del dólar, aunque descuentan que hay reservas suficientes en el Banco Central para contener cualquier escalada de demanda.
Otro efecto que Kirchner seguirá de cerca desde El Calafate es si la crisis de Grecia se trasladará a toda Europa, particularmente a España, y si eso frenará la recuperación de los Estados Unidos y el crecimiento de China e India, los dos mayores mercados de los productos agrícolas argentinos.
"Quizá el problema podría ser que nuestras exportaciones de soja sufran en 2010, algo no previsto, y que eso genere menor ingreso de dólares para este año", comentaban en Balcarce 50.
Ello está directamente relacionado con la situación fiscal y financiera de la Argentina y en forma indirecta con la carrera presidencial del propio Kirchner. El ex presidente espera un año de fuertes ingresos fiscales para afrontar la campaña presidencial de 2011 con comodidad: el kirchnerismo confía mucho en la fragmentación opositora y en una expansión económica del 4 a 6% en 2010, que le otorgue chances a Kirchner o en última instancia a Daniel Scioli. Con un crecimiento menor, podrían aparecer los problemas fiscales y políticos. Sobre esto último, también, Kirchner evaluará el modo en que le convendrá alejarse de la banca de diputados sin pagar costos políticos.
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