El escenario. La unidad, como un trofeo
Por Luis Laugé De la Redacción de LA NACION
Aprovechando al máximo el atributo de ser el gremialista preferido de Néstor Kirchner, que lo bendijo como vicepresidente del Partido Justicialista, el secretario general de la CGT, Hugo Moyano, abrió ayer las puertas del despacho de Cristina Kirchner a sus colegas de la central sindical.
Fue el camionero quien les anticipó a sus pares el compromiso de la Presidenta de recibir a la dirigencia obrera. Fue anteayer durante la reunión en el sindicato Capital de Luz y Fuerza.
Y en la Casa Rosada también estuvieron presentes los líderes enrolados en el sector de "los Gordos", que apoyan al Gobierno, pero discuten con el camionero quién será el próximo secretario general de la Confederación General del Trabajo.
Los sindicalistas volvieron a dar muestras de fidelidad con el gobierno de Cristina Kirchner. Le anticiparon el contenido de una solicitada que publicarán hoy para celebrar el Día del Trabajo y expresaron su apoyo irrestricto al pacto social que pregona y que daría pie al relanzamiento de su gobierno el 25 de Mayo.
También remarcaron la necesidad de profundizar el fortalecimiento del mercado interno y del comercio exterior, en un claro rechazo al enfriamiento de la economía que vieron en la propuesta presentada por Martín Lousteau antes de abandonar el Ministerio de Economía. En medio del conflicto con el campo, no dejaron de reclamar al sector rural un "esfuerzo de los que más han ganado" en esta etapa de crecimiento.
Pero también incorporaron reclamos pendientes, que "no significan un quite de colaboración al Gobierno", dijo a LA NACION un dirigente de la CGT. La lucha contra la iniquidad social es uno de ellos. "No hay tiempo para más dilaciones, la pobreza y la iniquidad destruyen vidas inocentes, rompen la promesa de igualdad de oportunidades y comprometen a la democracia", advirtieron, y reclamaron incluir en la discusión "las asignaciones familiares universales".
Reunión de la CGT
Cristina Kirchner vislumbró ayer el comienzo de lo que puede terminar en la unidad sindical (cuya necesidad fue pregonada sindicato por sindicato por el ministro Julio De Vido). Sin embargo, el gran ausente fue el gastronómico Luis Barrionuevo. La Presidenta no lo quiere ni ver, pero en el Gobierno no dramatizan y toman su ausencia como un problema personal con Moyano. "Es el presidente del PJ de Catamarca y está con Néstor Kirchner", dijo una fuente oficial.
No fue casualidad que la convocatoria oficial a la mayor parte del sindicalismo peronista se produjera horas antes de la reunión del Comité Central Confederal -será hoy- en la que moyanistas, independientes y "los Gordos" convocarán al congreso que elegirá el 8 de julio próximo a las autoridades de la CGT. La unidad se encamina seguramente con Moyano otra vez como secretario general y con el metalúrgico Antonio Caló como secretario adjunto. Los dos ocupan cargos relevantes en el PJ conducido por Kirchner.
Sin embargo, las fuentes sindicales dicen que Moyano no se resigna y quiere que su adjunto continúe siendo José Luis Lingeri.
Ni "los Gordos" ni los independientes hacen de esto un campo de batalla, a condición de que Moyano "participe a la mesa chica de la CGT de las decisiones".
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