Lagomarsino dijo que Nisman no era "fácil"
El técnico informático Diego Lagomarsino, que le dio a Alberto Nisman el arma que terminó con su vida, expresó que el fiscal de la causa AMIA "no era una persona fácil, aunque tampoco una mala persona".
A poco más de un mes de la muerte de Nisman, Lagomarsino contó que el fiscal "no era un amigo, pero tampoco un jefe", y negó que haya tenido una relación homosexual con el hombre que denunció a la Presidenta por presunto encubrimiento de Irán en la causa AMIA.
En diálogo con el diario español El País y la revista Rolling Stone, Lagomarsino dijo que Nisman "quería las cosas ya, en el momento. Tenía dos estados de ánimo, arriba y abajo. Muy eufórico y, a los diez minutos, tranquilo. El último día lo vi tranquilo", comentó.
En alusión a la "relación íntima" que la Presidenta le atribuyó con Nisman, afirmó: "No sé qué es una relación íntima. Uno, cuando tiene una relación de tanto tiempo, no es un amigo ni tampoco es un jefe. Si la Presidenta se refirió a una relación homosexual, confirmo que no. Lo que me molesta es que en el medio hay otras personas. Mis hijos son muy chiquitos, pero Alberto tiene una hija más grande", expresó Lagomarsino.
El técnico informático se confesó en una charla con Pablo Plotkin, de la revista Rolling Stone, que publicará la entrevista completa en su edición de marzo. En ese diálogo, disparó: "¿Vos tenés consolador en tu casa?; ¿te chocó la pregunta? Bien, a mí me chocó de la misma forma que Nisman me pregunte por un arma. Mi pensamiento fue: «¿Qué está diciendo este pibe?»".
Las escasas certezas del caso descolocan al asistente de Nisman. "No tengo ninguna idea de lo que pasó, porque se me contradice todo. Pienso «se suicidó» y no me parece razonable, considerando su personalidad y la situación en la que estaba. Entonces pienso: «Se mató porque lo estaban apretando». No, pará, también sería muy extraño. «¿Y si había un tipo adentro?» Todo se me mezcla y, gracias a Dios, no soy el que tiene que investigarlo", le dijo a Rolling Stone.
A la vez, Lagomarsino reconoció ante El País que el fiscal le había hablado de la denuncia contra Cristina Kirchner "hace seis o siete meses", y afirmó desconocer por qué sus huellas no aparecieron en el arma homicida. "Deberían estar -remarcó-. Me dijo que el arma era para cuidar a sus hijas. Mi error fue decir que sí."