Lagomarsino insiste con su inocencia y asegura que vive una "tortura"
Los últimos días de diciembre, Diego Lagomarsino fue procesado por decisión del juez Julián Ercolini como partícipe necesario del homicidio del fiscal Alberto Nisman por proporcionar el arma ilegal que sirvió para ultimarlo. Con un fallo desfavorable y a tres años de la muerte del fiscal, el técnico insiste en su inocencia.
A pesar de la decisión, "el último hombre que vio con vida al fiscal" asegura ante cualquier pregunta que es "inocente" y que hace tres años que vive una "tortura" y un "eterno delirio". Desde su entorno relataron a la nacion que siempre pregunta hasta el cansancio: "¿Qué gané con todo esto?¿Nada. Esto es una tortura".
La defensa, por el momento, está evaluando qué pasos seguir, si apelar o no el fallo. La última semana de diciembre, Ercolini procesó a Lagomarsino como partícipe necesario en la causa que investiga la muerte del fiscal de la UFI-AMI. Si bien el juez estableció que el técnico siga en libertad, estableció como medidas de seguridad que sea controlado con una tobillera electrónica con GPS que le impide alejarse 100 kilómetros de su casa.
Además, Ercolini le prohibió salir del país, tener pasaporte, alejarse de su casa por más de 24 horas y debe presentarse en el juzgado cada 15 días. Y, por último, lo embargó hasta la suma de 15 millones de pesos e inmovilizó y congeló sus fondos.
Cerca de Lagomarsino remarcan que hace tres años que el técnico solo piensa en "Alberto Nisman". Aún así, cada vez que habla del fiscal lo llama por su primer nombre: "Alberto". Cuando le consultan sobre cómo era Nisman, siempre lo describe como un hombre "muy difícil" y aclara que nunca lo terminó de conocer.
Desde el primer día, el técnico que asesoraba al fiscal en cuestiones informáticas declaró que le entregó el arma. Según consta en sus declaraciones, siempre relata que Nisman se la habría pedido para proteger a sus hijas. "Yo le entregué el arma pero no entiendo por qué tengo que ser responsable por lo que hizo después con ella", aclara siempre.
Otra cosa que remarca el técnico investigado por la Justicia en su discurso de defensa hace casi tres años es que nunca cambió su declaración. Asimismo, suele ser muy crítico de la investigación judicial: "No hay hilo conductor. Le faltan piezas". Tiene un argumento para cada conclusión de las pericias y de las teorías de conspiración. Para Lagomarsino, "tarde o temprano la verdad se va a saber".
El procesamiento no fue la única medida judicial que atravesó en las últimas semanas. Previamente en los primero días de noviembre habían allanado su casa en un procedimiento que duró más de 10 horas y a la semana se presentó en los tribunales de Comodoro Py para prestar declaración indagatoria.
En una maratónica sesión de casi 16 horas, Lagomarsino declaró que con el fiscal tenía una relación "amo-esclavo", que nunca tuvo "vínculos con los servicios de inteligencia" y que la causa "le destruyó la vida", tras ratificar que él le entregó el arma.
En el fallo de más de 600 carillas, para el juez Ercolini está probado que la muerte de Nisman ocurrió de un solo tiro y que salió del arma registrada a nombre de Lagomarsino. El juez sostuvo que el técnico "fue la última persona que se comprobó que vio con vida a Nisman".
El fiscal Nisman fue encontrado muerto en su departamento de Puerto Madero el 18 de enero de 2015. Al otro día, iba a presentarse en la Cámara de Diputados para denunciar a la entonces presidenta Cristina Kirchner por su intención de encubrir a un grupo de sospechosos en la causa AMIA mediante la firma del memorándum de entendimiento con Irán.
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