Lagos: la Argentina debe reconocer a Duhalde
Sin soslayar eventuales dificultades, el presidente de Chile, Ricardo Lagos, piensa que su inminente par argentino, Néstor Kirchner, deberá enfrentar más dilemas económicos que políticos: "Yo no diría que comienza una gestión difícil -afirmó-. Difícil ha sido para el presidente Eduardo Duhalde. Y creo que la Argentina le debe un reconocimiento".
Ese reconocimiento, según él, debería ser el correlato de los 15 meses de gobierno durante los cuales el país pasó "del que se vayan todos a la participación enorme de la ciudadanía en las últimas elecciones". Punto flojo de Kirchner, sin embargo, por el porcentaje escaso de votos en la primera vuelta y, suprimido el ballottage a raíz de la deserción de Carlos Menem, por no poder asumir con un margen mayor. "Eso va a obligarlo a legitimarlo", redondeó.
Apenas llegó de Cuzco, Perú, en donde se realizó la cumbre de presidentes del Grupo de Río, Lagos respondió a LA NACION, durante una rueda de prensa realizada en la embajada de Chile, que la orientación hacia Brasil, o hacia Lula, como eje de la política exterior argentina no es más que "el reconocimiento del principal socio comercial dentro del Mercosur, lo cual va a definirse en el ámbito político entre los dos países".
Sobre ello, dijo: "Chile no tiene nada que opinar". Como tampoco tiene nada que opinar, u observar, sobre la relación bilateral con la Argentina, "tan rica que genera temas pendientes y dinámicos, sea en materia de integración, sea en materia impositiva, sea en materia de infraestructura, sea en materia ferroviaria".
Planteó, empero, la necesidad de imprimir el sello en el déficit del Consenso de Washington: "No ha sido capaz de dar cuenta de los problemas sociales", dijo. Y advirtió que está de acuerdo con Kirchner, interesado, en su reciente visita a Santiago después de haber estado con Lula en Brasilia, en los planes vinculados con la reducción de la pobreza.
No por ello aferrado al socialismo tradicional, del cual proviene, sino, pragmático, como presidente por la Concertación, más inclinado a "dar herramientas que a repartir cheques entre las 20.000 familias que viven en condiciones de extrema pobreza en Chile". Las tiene identificadas su gobierno, dijo, pero ello no significa que aplique "la receta neoliberal" ni que "les demos un voucher".
No existimos
De la cumbre en Cuzco surgió la necesidad de que Lula y el presidente de México, Vicente Fox, planteen en la próxima reunión del Grupo de los Ocho (los países más industrializados del mundo y Rusia), en Francia, un mensaje claro. En especial, referido al comercio internacional. "Que sea de dos vías", según definió el presidente de Perú, Alejandro Toledo, como broche.
Lagos, puntal y puntual con Fox en el rechazo a la guerra en Irak en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas hasta tanto terminaran su labor los inspectores de armas, ve con buenos ojos que Chile y México, antes, y México y Brasil, después, esgriman en esos ámbitos los dilemas regionales. Por una razón: "Nunca como ahora es más claro que América latina existe muy poco en el mundo", dijo.
Existe, más que todo, por sus problemas: el narcotráfico (asociado con el terrorismo en Colombia) y Venezuela (en vías de someter a un referéndum el destino de Hugo Chávez). "Lo importante es una unidad tan amplia como sea posible", dijo Lagos. Un poco más extensa, al parecer, que el proyecto de Fox: de Puebla a Panamá.
En especial, mientras Chile ve demorado su acuerdo de libre comercio con los Estados Unidos (por la traducción del original del inglés al español) y la región está en vísperas de encarar el Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA).
La fortaleza, como la procesión, va por dentro. Y adentro, según Lagos, debe definirse el carácter político del Mercosur: "Difícil si sólo se ve como una unión aduanera", dijo. Sobre todo, por las diferencias arancelarias entre los miembros y los socios, como Chile y Bolivia. Tanto la crisis argentina como la brasileña, con sus respectivas devaluaciones, han generado una oportunidad, agregó, quitando el patrón dólar (o la paridad uno a uno) a ambas monedas.
En ello también estuvo de acuerdo con Kirchner. Seguro de que "va a tener dificultades, pero siempre es más difícil iniciar un gobierno cuando hay grandes expectativas. Mi caso. Acá, en cambio, la ciudadanía espera ir de menos a más". Un poco más, al menos.