Las carencias de Moreno: entre el colapso y las obras inconclusas
Sólo el 20% de los hogares accede a la red de cloacas en este municipio del conurbano; el intendente Festa es uno de los más críticos de la gobernadora Vidal
Dos montañas de tierra y basura, separadas por algunos metros, cierran el paso a los vehículos en el cruce de Rivadavia y Tucumán, en el centro de Moreno. Por allí no pasa ningún auto. La obra de asfalto que la intendencia comenzó hace algunos meses, con dinero del Fondo de Infraestructura Municipal, está detenida hasta nuevo aviso. Ante la parálisis evidente de los trabajos, algunos conductores aprovechan el lugar para estacionar.
"El intendente [Walter Festa] era remisero, andaba por esta zona, no entiendo cómo manejaría por acá. Hace ocho meses que esto está así, los trabajadores no la terminan porque dicen que no hay plata", se lamenta Juan, de 30 años, comerciante de una casa de electricidad.
La obra a medio concluir es una metáfora de la realidad de un distrito postergado y al borde del colapso, donde el gobierno bonaerense y la intendencia se cruzan culpas por la responsabilidad en el deterioro y la ruinosa calidad de vida.
En Moreno, uno de los distritos más poblados del conurbano con 600.000 habitantes, todos los indicadores son alarmantes. Apenas poco más del 20% de los hogares tiene acceso a la red de cloacas. Sólo un tercio de las 12.000 cuadras están asfaltadas.
El partido, emplazado en el primer cordón del conurbano, tiene carencias estructurales serias. Con una superficie similar a la Capital Federal contiene 79 asentamientos precarios y villas. De acuerdo con un relevamiento de la fundación Techo, al menos 23.000 familias viven con una o varias necesidades básicas insatisfechas.
Se trata de uno de los principales bastiones peronistas del conurbano. El 13 de agosto, Cristina Kirchner derrotó por 50.000 votos a Esteban Bullrich, de Cambiemos, y quedó entre los municipios donde Cristina sacó mayor ventaja.
El actual intendente, Festa, es miembro de La Cámpora y uno de los jefes comunales de diálogo más fluido con Cristina Kirchner. Asumió la intendencia hace dos años, cuando frenó en una interna al peronista Mariano West, uno de los últimos barones del conurbano, que arrastraba 12 años de mandato.
"Éste es el Moreno que viene, el que menos se ve", dice Festa, mientras camina por el Parque Industrial Municipal, en el barrio Cuartel V. El intendente recorre el predio de 35 hectáreas con empresarios y miembros del Concejo Deliberante, y supervisa el avance en la construcción de plantas textiles y de plásticos.
"Esto nos trae desarrollo, nos hace sentir que no somos un pueblo pobre. Hoy tenemos 14 parques industriales y un potencial enorme", se entusiasma el intendente.
Festa es uno de los intendentes más enfrentados a la gobernadora María Eugenia Vidal. La intendencia quedó envuelta en un escándalo hace algunas semanas, cuando se conoció un audio de WhatsApp en el que la ex secretaria de Desarrollo Social, Adriana Palacio, convocaba a un escrache contra Vidal. Tras la filtración, Palacio dejó su cargo.
Pero en lo que va del año, el municipio fue noticia también por sus problemas financieros. Los trabajadores municipales activaron reiteradas medidas de fuerza por sueldos impagos. Festa no oculta los desórdenes en la gestión, pero achaca las dificultades a problemas estructurales y financieros que el gobierno de Vidal no atiende.
"Esta realidad no es culpa nuestra, con plata gobierna cualquiera. Nos tocó cuando asumimos un tiempo de reconstrucción de un distrito que quedó muy mal", dice Festa. Del presupuesto total anual, el 91% está comprometido a gastos corrientes. El intendente reclama una ayuda de $250 millones antes de fin de año para poder "cumplir con los sueldos".
El intendente dice que Vidal lo discrimina en el reparto de recursos. En concepto de Aportes del Tesoro Nacional, partidas que el Ministerio del Interior otorga para asistir emergencias financieras, Moreno recibió $36 millones en lo que va del año. Pilar, por caso, gobernado por Cambiemos y con una población inferior a la mitad, embolsó $ 40 millones en el mismo período.
Pese a las dificultades en la gestión, en las PASO, Festa renovó el respaldo de 2015. Con un 40% de los votos, el oficialismo municipal quedó primero y relegó a Cambiemos al segundo lugar, con el 24,2 por ciento.
"Los votos son de Cristina, no de él", dice Claudia Asseff, histórica concejal del distrito y referente de Cambiemos a nivel local. El suyo es un apellido conocido en la política local. Su padre fue intendente durante dos períodos, el primero como interventor durante la dictadura militar, entre 1980 y 1983, y luego en los años 90.
"Esto antes era un paraíso, un pueblo de campo. Acá hay mucha gente que vivió la época en que gobernaba mi papá", dice Asseff, mientras recorre el centro de Moreno. Cambiemos concentra allí el voto, mientras que Unidad Ciudadana es fuerte en la periferia y los barrios obreros y de clase media baja.
Alineada con la gobernadora bonaerense, Asseff asegura que el intendente "quiere que le manden más recursos pero malgasta la plata y llenó todo de ñoquis de La Cámpora con sueldos altísimos". Además, le achaca a Festa su pasado: "Él fue parte de la gestión de West y jamás pidió que se construya un hospital".
La referente opositora dice que la gestión peronista "mantiene cautivo un buen caudal de votos en la periferia".
"Trabajan para la gente de la periferia que vive en cuatro chapas, pero reciben pequeñas ayudas del municipio. No hicieron nada para evitar que vengan extranjeros a tomar tierras y tienen ahí su electorado", asegura.
En Paso del Rey, un barrio humilde, de casas bajas y calles de tierra, sobran las necesidades. Hace tres meses, Víctor, de 40 años, panadero, decidió hacer algo para contribuir con el barrio. En el jardín de su casa abrió el merendero Los Ángeles, donde todos los días 40 chicos de la zona tienen asegurada al menos una comida.
"Está brava la situación acá", dice el panadero. De acuerdo con datos de la municipalidad, en los últimos dos años se cuadriplicaron los comedores y triplicaron los merenderos.
Un grupo de chicos corretea alrededor de Víctor. Una de sus principales preocupaciones es el avance del narcotráfico en el barrio. "Nos gusta que los chicos estén acá para que no caigan en otras cosas, en otros peligros. Acá los pobres nos ayudamos entre los pobres", remata Víctor.
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