Las dos primeras medidas
Néstor Kirchner definió cómo será su primera semana en el poder. Ya como presidente, sus acciones tendrán una fuerte impronta social. No tiene previsto anunciar ningún paquete de medidas económicas y mostrará un nuevo estilo de gobierno en la Argentina, donde las definiciones estarán concentradas en él, que se ocupará en forma personal de cada una de las áreas del gobierno. Por eso tampoco habrá reuniones de gabinete.
Las prioridades de Kirchner en sus primeros días en la Presidencia serán dar respuestas concretas a la dramática situación en que quedó Santa Fe después de las inundaciones, a la crítica situación educativa que se vive en Entre Ríos (donde no hay clases hace dos meses) y, además, comenzará a reformular la instrumentación de los planes sociales que dejó la gestión de Eduardo Duhalde.
El presidente electo decidió en las últimas horas cómo encarará su administración. Esas decisiones fueron reveladas a LA NACION por una fuente de absoluta confianza de Kirchner.
Mañana, ya instalado en la Casa Rosada, el nuevo presidente se dedicará exclusivamente a dos temas: a terminar de definir la estructura de su gobierno (aún falta cubrir varios cargos en la segunda línea) y a recibir a las delegaciones extranjeras que vinieron a su asunción y que permanecerán en Buenos Aires para tener una breve entrevista con el sucesor de Duhalde.
Los escasos días que duró la transición, pese a que a los siete días previstos se sumaron cuatro por la renuncia al ballottage de Carlos Menem, no le alcanzaron para armar su gobierno.
Sin embargo, Kirchner definió cómo hará para empezar a gobernar. "Acá van a cambiar las cosas, día a día vamos a gobernar. Nada de andar anunciando todo el tiempo proyectos", dijo el presidente electo en una de las tantas reuniones que tuvo en la Casa de Santa Cruz, donde ayer recibió a gobernadores del PJ con el nuevo ministro del Interior, Aníbal Fernández, para acelerar la política con las provincias.
Prioridades
Primero quiere ordenar su gobierno. Pero también tiene en mente resolver tres cuestiones lo antes posible. Buscará así el primer impacto.
La primera es la crítica situación de Santa Fe. Por eso, Kirchner se reunió anteayer con el gobernador Carlos Reutemann. "Tiene un informe detallado de Reutemann y ahora prepara las medidas para ayudar", dijo una fuente con llegada al presidente electo. Kirchner prometió a Reutemann que su gobierno trabajará en forma conjunta con el provincial. Y uno de sus primeros actos será cumplir con su palabra: se anunciarían algunas obras de infraestructura para resolver el tema de las inundaciones y una ayuda social con planes alimentarios y de medicamentos.
La relación entre Kirchner y Reutemann nunca fue estrecha y hasta se tensó cuando a una semana de las elecciones el gobernador de Santa Fe se reunió con el ex presidente Menem y eso se interpretó como un apoyo. Kirchner salió quinto en la provincia de Santa Fe y Reutemann prometió mantener su independencia en el ballottage que nunca llegó a concretarse.
Ahora que Kirchner será presidente, la política interna del PJ quedó relegada y la cuestión central será el auxilio de la Nación a Santa Fe. El futuro ministro de Planeamiento, Julio de Vido, hombre de confianza del presidente electo, trabaja en estas horas en la ayuda prometida. Lo mismo hace la hermana de Kirchner, Alicia, que será ministra de Desarrollo Social.
La situación educativa en la provincia de Entre Ríos es la segunda cuestión de la que se ocupará de resolver en la primera semana Kirchner, junto con el nuevo ministro Daniel Filmus. En Entre Ríos, más de 70.000 alumnos siguen sin clases por una prolongada huelga docente (por falta de pago) que paralizó la actividad educativa en la provincia, donde, también, más del 40% de los docentes que se presentaron el mes último a concursos para acceder a cargos no aprobó el primer examen escrito.
El Banco Mundial aprobó ayer un crédito de 400 millones de dólares para integrar un Fondo Fiduciario que auxilie a las siete provincias con atraso en el pago de sus docentes. La aprobación del crédito podría tener en las próximas horas una consecuencia directa en el caso de Entre Ríos: los docentes agrupados en Agmer levantarían la huelga.
En la gestión de ese crédito habría trabajado el ministro de Economía, Roberto Lavagna, que se quedará en la gestión de Kirchner, justamente porque el presidente electo quiere en su primera semana en el poder resolver parte de la crisis educativa en Entre Ríos; el nuevo ministro de Educación trabaja en algunos proyectos a largo plazo.
Kirchner también tiene pensado comenzar a reestructurar la instrumentación de los planes sociales que serán controlados por el Ministerio de Desarrollo Social que dirigirá su hermana Alicia, una especialista en el área social. La tarea llevará varias semanas, pero es "primera prioridad".
Control estricto
"Acá, los planes sociales estuvieron manejados por una persona sin cargo (Hilda de Duhalde), y hay muchas cuestiones que maneja Trabajo; otras, Desarrollo Social y otras, la Anses", dijo a LA NACION uno de los ministros que asumirán hoy. El plan de Kirchner es que su hermana concentre todos los planes sociales (que no dependan de otros ministerios) y en esa reestructuración y en los mecanismos de control se trabajará también en los primeros días.
Acciones con consecuencias directas en lo social son la línea que quiere marcar el presidente electo en su primera semana, mientras analiza el profundo recambio en las Fuerzas Armadas. Cuando ya esté definida toda la estructura del gobierno, también agilizará su ambicioso proyecto de obras públicas, que sería anunciado por etapas y que será el eje de su gestión.
Kirchner cuenta ahora las horas que le faltan para que Duhalde le ponga la banda y le entregue el bastón de mando. "A él le fascina la gestión", dijo en las últimas horas la primera dama. Kirchner se encerró ayer por la tarde en su departamento de Barrio Norte para definir con su esposa, la senadora Cristina Fernández, el discurso que dará hoy ante la Asamblea Legislativa, en el que no se harían anuncios de alto impacto."Kirchner expondrá los objetivos de su gobierno y el perfil de su administración", dijo un colaborador.
El presidente electo vivía en familia, con su esposa y sus hijos Máximo y Florencia, las horas previas al momento más importante de su carrera política.
Dicen los que estuvieron con él en las últimas horas que está tranquilo y menos ansioso que hace 48 horas. Está decidido a instalar un nuevo estilo en la presidencia desde la primera hora: ejerciendo el poder a fondo. Eso, para él, quiere decir manejar y decidir todo.
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