Las marchas afectan la imagen de la Argentina
Coincidencia en la prensa extranjera
¿Cómo ven los líderes, los empresarios y la opinión pública en general de otros países las protestas piqueteras en nuestro país?
Los corresponsales de los medios extranjeros son los ojos mediante los cuales los empresarios españoles ven la toma de la sede de Repsol YPF, el público norteamericano se entera de la ocupación de los locales de McDonald´s, los inversores franceses observan la decisión del gobierno argentino de no reprimir y los turistas chilenos son advertidos de los constantes cortes de tránsito que aquí se producen, por citar algunos ejemplos.
Y según cuentan estos periodistas acreditados en Buenos Aires, las noticias sobre piqueteros suelen ir asociadas a una imagen negativa de la Argentina como país con fallas en su seguridad jurídica.
"Imagínate cómo reacciona allá la gente cuando ya es la segunda vez que atacan la sede de Repsol YPF y exigen garrafas gratuitas, como si fuera un ultimátum -señaló Ramy Wurgaft, del diario español El Mundo a LA NACION-. Si yo fuera un inversor extranjero y viera eso, ¿qué ganas tendría de colocar un centavo en un país así?"
La mayoría de los corresponsales enviaron notas contando el fenómeno piquetero tras los hechos de diciembre de 2001 y cuando murieron Maximiliano Kosteki y Darío Santillán.
Pero, al volverse cada vez más rutinarios, los cortes de ruta dejaron de resultar interesantes para sus audiencias. "No se puede hacer una nota sobre el tránsito cortado. Problemas de tránsito en todas partes", explicó Joe Goldman, de la cadena norteamericana ABC News.
Sin embargo, las tomas piqueteras de empresas privadas volvieron a concitar la atención de la prensa internacional, en especial de la española.
"Lo de Repsol YPF tuvo una repercusión muy fuerte -precisó Wugaft-. La sección Economía del diario siempre va muy ajustada, pero esta vez le dieron un espacio bastante importante."
Y agregó: "La imagen de la Argentina es totalmente negativa. Los hombres de negocios no vienen acá como pueden ir a Chile, sino con la sensación de que esto no es seguro y de que hay un clima hostil hacia ellos".
El director de la agencia española EFE en la Argentina, Agustín De Gracia, coincidió: "Los cortes eran noticia al comienzo, pero se volvieron rutinarios. En cambio, en España hubo mucho interés por lo de Repsol YPF".
El impacto noticioso
Por la experiencia del pasado argentino reciente, también la toma de locales de comida rápida fue destacada: "Que ocupen tres locales de McDonald´s en México no es noticia, pero a partir de diciembre 2001, hechos como ése en la Argentina sí lo son", dijo De Gracia.
Los corresponsales coincidieron en que ante la mirada extranjera no existen diferencias entre los distintos grupos piqueteros, sino que se los ve como un único movimiento. Y señalaron que junto con las características de las protestas, en sus países de origen llama la atención la no intervención del gobierno.
Jean-Louis Buchet, del diario Le Tribune y Radio France Inernationale, contó que estas protestas no atraen la atención del gran público francés, pero sí la de dos influyentes sectores minoritarios; por un lado, la izquierda y los intelectuales, que ven a los piqueteros como símbolo de la lucha antiglobalización y, por el otro, empresarios preocupados por las inversiones. "A la hora de las inversiones, aparece como un país poco confiable", definió Buchet.
Por el clima antinorteamericano que reina ahora, en Francia se vivió con más preocupación la ocupación de Repsol YPF que la toma de los McDonald´s, un hecho que tampoco impactó en Gran Bretaña: "Los ingleses no están como para poner el pecho por McDonald´s", graficó Peter Hudson, de The Economist.
En América latina, las tomas de empresas no fueron los hechos que más repercusión tuvieron. Janaína Figuereido, del periódico brasileño O Globo, sólo las mencionó como parte de su nota sobre la misión del Fondo Monetario Internacional.
Para el chileno Rodrigo Lara (El Mercurio), lo que más impacta a sus compatriotas son los cortes de rutas. "La visión que tiene mi diario es que el gobierno no puede garantizar la seguridad pública", explicó.
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