Lavagna: "Hay que darle a la sociedad un proyecto serio"
Néstor Kirchner no había formulado todavía las críticas a la coalición que Roberto Lavagna arma con radicales y duhaldistas cuando el ex ministro, no más allá de las 14, se paró ante más de 400 empresarios de la construcción y, tras elogiar la actualidad de la macroeconomía, descargó una serie de críticas al rumbo que, según su visión, parecería haber tomado el Gobierno desde que el Presidente le pidió la renuncia, en noviembre último.
"Hay que darle a la sociedad un proyecto serio", resumió, como parado en otra vereda. En la Rural -curiosamente, propiedad de uno de los diputados duhaldistas con los que debate un futuro político conjunto, Francisco de Narváez-, Lavagna utilizó el atril de la Asociación de Empresarios de la Vivienda (AEV) para marcar más diferencias con el Gobierno.
"Hay un riesgo grande [en las decisiones que debe tomar la Casa Rosada], que es acumular errores que no se notarán en el corto plazo. Con un 4,5 por ciento de superávit fiscal primario alguien puede decir: ¿Por qué no me puedo gastar un punto, si el promedio siempre fue de -2? O, ¿por qué no puedo restringir una exportación si tengo 11.000 millones de superávit comercial? Seguramente, no pasará nada en 2006 ni en 2007, pero después se quebraría la lógica del modelo que generó este círculo virtuoso", advirtió.
La ansiedad periodística pretendió llevarlo al terreno político, pero el ex ministro se negó. No hubo definiciones sobre su acercamiento con el radicalismo y el duhaldismo. Sin embargo, lo presentaron así: "Hace seis meses, cuando lo convocamos, estábamos invitando a un economista, pero hoy [por ayer] vino un político". Lavagna salió con elegancia: "Por ahora soy más economista. El resto se verá".
Frente a ese escenario, el ex funcionario encontró un espacio para avanzar con las críticas que en los últimos días hizo al Gobierno. "No sé cuál es el rumbo de la política, pero se advierten tentaciones por dar subsidios fáciles o por asumir desde el sector público inversiones que podrían ser hechas por el sector privado", opinó.
Subrayó, inmediatamente, dos puntos que, a su juicio, son sensibles: primero, la utilización de los recursos del Estado; segundo, la relación entre la macroeconomía y lo que llamó "el andamiaje político-jurídico". En ambos casos su comentario resultó ácido.
Fantasmas por todos lados
"La sociedad nos acompañó [con las medidas económicas tomadas desde 2002] en parte porque tenía miedo. Pero el miedo ya no está y reaparecen viejos fantasmas", dijo. Los "fantasmas" a los que aludió Lavagna eran los excesos en el gasto público. Llamativamente, unas horas después Kirchner utilizó la misma palabra para atacar a su ex ministro, aunque en ese caso se refería a algunos dirigentes políticos que hace unos años conformaron la Alianza y que ahora se acercaron al ex jefe de Economía.
"Reaparecen los intereses sectoriales, por ahí alguien en el Gobierno piensa como sobran recursos los gasto acá o allá ... Hace falta encolumnar a la sociedad en un proyecto serio, donde no se crea que se genera riqueza de la nada", continuó Lavagna. Venía de explicar cómo se había llegado a este presente que definió como "excepcional para la macroeconomía". Los empresarios lo aplaudieron.
Más palmas llegaron cuando Lavagna vinculó el futuro económico con la seguridad jurídica y con las "reglas claras".
"La macroeconomía está muy sólida, pero hay que prestarle atención a la reconstrucción del andamiaje jurídico-político. Si no hay reglas, la macroeconomía se derrumba", afirmó.
Le preguntaron por qué había dejado el Gobierno si, como dio a entender, la marcha de la economía parecía tan bien direccionada hasta fines del año último. Lavagna aclaró inmediatamente: "Después de las elecciones, frente a los resultados obtenidos, el Presidente me llamó y me pidió la renuncia. Yo no me fui".
Finalmente, como parece ya una constante, apuntó contra el presidente de Venezuela, Hugo Chávez. "Para el futuro, es importante la relación con el mundo. ¿Con quién nos interesa asociarnos? ¿Preferimos la zona de influencia más inmediata, que es el Mercosur, o una relación ideológica como Venezuela? Yo prefiero, desde el Mercosur, apuntar a una relación con los países desarrollados, porque de ahí viene la tecnología. No podemos apostar a los salarios bajos. Ahí no vamos a poder competir ni con China ni con la India", concluyó.
Binner, el nuevo objetivo
- Tras la reunión de anteanoche, en el hotel Sheraton, entre Roberto Lavagna, dirigentes radicales y diputados duhaldistas, el Partido Socialista en general y el diputado Hermes Binner en particular se convirtieron en la nueva tentación del armado opositor. Dos dirigentes del posduhaldismo confirmaron a LA NACION que habían agendado un encuentro con el líder santafecino en la Cámara de Diputados. LA NACION intentó comunicarse con Binner, pero resultó imposible. En el Partido Socialista aclararon que están dispuestos a conversar "si el eje es la discusión política, pero no si se anteponen las candidaturas".
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