Lorenzetti pidió más tolerancia
"Los juicios de lesa humanidad no tienen marcha atrás. Son una política de Estado. Vamos a seguir con ellos. Les pido a los jueces que sigan en ese camino. Y, además, crearemos una nueva comisión interpoderes, para fomentar la educación y la cultura del respeto y de la tolerancia", dijo ayer el presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti.
El Aula Magna de la Facultad de Derecho estaba desbordada. Estaban presentes la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto; Nora Cortiñas, titular de Madres-Línea Fundadora; el presidente de la DAIA, Aldo Donzis, junto con otros representantes de la comunidad judía, embajadores extranjeros y numerosos diputados y senadores.
En compañía de Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel de la Paz, y de Eduardo Anguita, director de Miradas al Sur, Lorenzetti presentó su libro Derechos humanos, justicia y reparación. Entre los casi 500 invitados especiales lo escuchaban dos de sus colegas, Juan Carlos Maqueda y Raúl Zaffaroni.
El anuncio que ayer hizo Lorenzetti, de crear una nueva comisión con participación de los ministerios de Educación de todo el país, en rigor, condice con el espíritu de la obra: mostrar que los juicios de lesa humanidad son una política de Estado que no depende de la voluntad política de un gobierno de turno.
Pero frente al cuestionamiento que, a viva voz, le formularon hijos de militares y policías muertos por la subversión, Lorenzetti redobló la fuerza de su discurso y casi alcanzó un tono político -aunque nunca se salió del carril institucional-.
"La importancia de estos procesos no radica sólo en el castigo de los responsables, sino en el futuro. Sin tolerancia no hay Estado de Derecho", reafirmó, mientras exhortaba a ejercer la plena libertad de expresión y respetar al otro.
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