Los cálculos políticos y la inseguridad
Pujas con intendentes trabaron las reformas
De un lado del muro, los vecinos dicen que se protegen, que sólo quieren evitar los robos; del otro lado dicen que con eso no se resuelve nada y que se sienten discriminados. De un lado es San Isidro; del otro, San Fernando. Y, sazonando el panorama, ya de por sí complicado, resurgieron los cálculos políticos.
El intendente de San Fernando, Osvaldo Ameiro (FPV), rechazó la construcción que decidió su colega de San Isidro, Gustavo Posse (vecinalista de origen radical), al que le endilga haber avanzado sin consultarlo. "Mi deber es defender a los vecinos de San Isidro", fue la respuesta pública que recibió.
Las voces se acumularon en cuestión de horas. Cristina Fernández de Kirchner y Daniel Scioli apoyaron a San Fernando. También el piquetero y ex funcionario kirchnerista Luis D’Elía, que cargó contra "el selecto barrio La Horqueta" y "sus millonarios", en defensa de la "vecindad popular del Barrio Jardín". Si hasta las pintadas de la zona son elocuentes. "Basta de delincuentes" convive con "sangre azul".
Años antes, una dosis similar de política y seguridad fue la que complicó la gestación de otro régimen policial en el conurbano. El entonces ministro de Seguridad, Carlos Arslanian, descentralizó la policía, pero sólo en el interior. "No queríamos darles semejante poder a los intendentes del conurbano –contó uno de sus colaboradores a La Nacion–. Nuestro proyecto era que los habitantes de cada municipio pudieran votar a sus jefes policiales, como en Estados Unidos."
¿Por qué no se concretó?, preguntó La Nacion. "Porque los intendentes se opusieron. Temían que los comisarios obtuvieran más votos que ellos", respondió.
Entre los intendentes invierten las culpas. El de San Martín, Ricardo Ivoskus recuerda su proyecto de obtener un cuerpo policial propio, municipal, "para temas comunales como clausuras, vendedores ambulantes", agregó. La respuesta que recibió, afirma, fue sólo el silencio. Al final, acordó con Arslanian que San Martín fuera el primer distrito donde se desplegara la "Policía del Conurbano".
Ahora, el panorama es distinto. En vez de más policías, los intendentes dicen que sus vecinos les piden más gendarmes, desplegados en el Gran Buenos Aires desde 2003, cuando arribaron cerca de 2000, y ahora negocian cómo y adónde enviar otros 900. Sea a Quilmes, por pedido del intendente Fernando Gutiérrez, o a lugares ya habituales, como José C. Paz.
"Tenemos un puesto en la avenida Croacia, con unos 10 efectivos por turno, deben ser unos 50 en total", cuenta el intendente, Mario Ishii, a La Nacion. "Estamos esperando la resolución que ampliará la cantidad de gendarmes, porque la gente no quiere que los saquen. No sé, pero se sienten más que los policías."
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