Los dirigentes ausentes y la soledad de Moyano
Para los líderes sindicales que le dieron la espalda, la marcha apuntó más a defenderlo que a plantear un reclamo al Gobierno
Sin declaraciones en público, los sindicalistas parados en la vereda de enfrente de Hugo Moyano hicieron ayer una evaluación común de la movilización: fue una demostración de fuerza importante, apuntada más a defender al jefe camionero que a plantear un reclamo ante el Gobierno, y que de ninguna manera revierte la condición de minoría que atraviesa el moyanismo en la CGT.
Moyano podrá, si así lo desea, ponerse al frente de una corriente similar a lo que fue el Movimiento de Trabajadores Argentinos (MTA), en los años 90, pero le será imposible recuperar la hegemonía en la central obrera, coincidieron referentes de "los Gordos" y de los autodenominados "independientes", en diálogo con LA NACION.
Al margen de las diferencias políticas, los detractores de Moyano destacaron que la movilización se desarrolló de manera pacífica, pese a las declaraciones que habían recalentado el clima de los días previos.
La falta de respaldo a la movilización de la mayoría de los sindicatos de la CGT tuvo ayer una postal cargada de simbolismo: a la hora del acto, el ministro de Trabajo, Jorge Triaca , recibió en su despacho al secretario general del gremio de panaderos, Abel Frutos, un dirigente alineado hace años con el moyanismo.
Casi una burla al jefe camionero, pese a que Frutos ya había tomado distancia de Moyano y anunciado que no iría a la movilización. Los panaderos habían estado a cargo de la seguridad en la marcha del 7 de marzo, que terminó con incidentes y agresiones a los integrantes del triunvirato de la CGT. Por ejemplo, Héctor Daer, debió refugiarse en la sede de la Federación de Empleados de Comercio por los disturbios.
También simultáneamente a la marcha, el secretario general de la Uocra, Gerardo Martínez, de los "independientes", participó como orador en un foro de preparación del G-20, que inauguró el Presidente en el Centro Cultural Kirchner.
"El mejor camino para encontrar respuestas a las problemáticas laborales y sociales no es la confrontación, sino la búsqueda de consensos. El diálogo social es fundamental en la búsqueda de una sociedad con mayor inclusión", dijo, en su condición de presidente del Grupo Afinidad Labour 20, conocido como L-20. Música para los oídos de Mauricio Macri .
Por su parte, los líderes sindicales que no adhirieron a la protesta se regocijaron analizando las presencias y ausencias en el palco ubicado junto al Ministerio de Desarrollo Social.
"Los gremios representativos no estaban. Apenas si pudo mostrar a Piumato [Julio] y a Plaini [Omar]", analizó un dirigente del Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA), el sector que integran los taxistas y los mecánicos, entre otros. "Del transporte solo le queda Schmid [Juan Carlos], que es de un sindicato chico", añadió.
Entre "los Gordos" y los "independientes" también primó esa mirada. De la composición del palco destacaron que Moyano logró reunir un frente heterogéneo, con presencia de las CTA y de los movimientos sociales, pero con escasa representación de la CGT. "El movimiento obrero hoy está en otra cosa. Moyano está más aislado que nunca, y no tanto por las acciones del Gobierno, sino por su actitud con los otros sindicatos", sostuvo un referente de los "independientes".
Ese mismo dirigente puso la lupa en los discursos y afirmó que el eje estuvo más en la defensa de Moyano que en los reclamos al gobierno nacional.
"No quedó clara la consigna. Se habló más de un dirigente que de otra cosa", evaluó. Y enseguida agregó: "El Negro [por Moyano] siempre que discutió [con la Casa Rosada], discutió las cuestiones sectoriales, no las del movimiento obrero. No es el mismo que en los 90".
Otro detalle importante para los jefes sindicales que no fueron a la marcha fue que finalmente Moyano no convocó a un paro general, pese a las intenciones de Pablo Micheli y Hugo Yasky, los jefes de las dos CTA. "El único que habló de paro fue Castro [Esteban], de las organizaciones sociales. El resto casi que no dijo nada y Moyano tampoco", destacó un dirigente de "los Gordos".
¿Qué significado tiene esa decisión? De acuerdo con los sindicatos más abiertos al diálogo con el Gobierno, el jefe camionero se muestra inflexible, pero resolvió mantener tendidos los puentes con la Casa Rosada. "No quiere romper del todo porque tiene muchas cosas que negociar", deslizaron.
Un acto de $4800 millones
El Gobierno hizo circular con insistencia un informe sobre el costo de la movilización de Camioneros. El trabajo indica que la marcha produjo un gasto de $4800 millones, un 1% de lo que produce la Argentina en un día. Y, en términos de recaudación, una pérdida de entre $500 y $600 millones por IVA y hasta $96 millones en ganancias.
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