Los gremios facilitan las clases en la provincia, pero paran en la Capital
Los sindicatos bonaerenses piden cumplir protocolos, pero no activan medidas de fuerza; en la ciudad, en cambio, siguen las protestas
La presencialidad escolar es desde ayer un elemento que se comparte a ambos lados del Riachuelo y de la General Paz. Tanto en la Capital Federal como en los distritos del conurbano, las aulas están abiertas. La diferencia entre las zonas, que componen el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA), radica en la belicosidad que muestran los gremios docentes más importantes.
Mientras en la Capital Federal sostienen un enfrentamiento frontal con el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta, en la provincia de Buenos Aires muestran una actitud diferente. La presencialidad rige en los dos territorios, pero en la Capital esa realidad se vive entre paros y protestas, mientras que en la provincia se retomó con pedidos de respetar protocolos sanitarios, pero sin huelgas. La Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (Ctera) engloba a los principales gremios en las dos jurisdicciones: la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), en la Capital Federal; el Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires (Suteba), en la provincia de Buenos Aires.
En la ciudad de Buenos Aires se sostiene desde hace casi dos meses un plan de lucha contra la presencialidad escolar. Ayer, el gremio UTE continuó con la protesta y con los homenajes callejeros a docentes fallecidos por Covid-19. Fuentes del gobierno porteño señalan que “UTE es parte del Frente de Todos, no oculta su militancia y hace política de oposición”.
El gremio porteño liderado por Angélica Graciano (uno de los 17 sindicatos docentes capitalinos) reclama “frente a la política de exposición a la enfermedad y muerte que sostienen Horacio Rodríguez Larreta y Soledad Acuña [ministra de Educación porteña]”.
A principios de esta semana, UTE expresó en un comunicado el pedido de regreso a la virtualidad “mientras las temperaturas no cedan”. El plan de lucha de este sindicato se repite en otros gremios, como Ademys, que también sostiene las medidas de fuerza contra el gobierno de Rodríguez Larreta.
En lo bonaerense, el Suteba, que dirige Roberto Baradel, es el gremio más representativo. No puso en marcha paros por el regreso a la presencialidad escolar en la provincia que anunció el gobernador Axel Kicillof a fines de la semana pasada. Solicitó el cumplimiento de los protocolos sanitarios en las escuelas, en un tono similar al de otros gremios importantes de la provincia, como la Federación de Educadores Bonaerenses (FEB).
“Expresamos la imperiosa necesidad de que se planifique una presencialidad cuidada, organizada, que se retome gradualmente en el transcurso de la próxima semana, siempre en el marco del estricto cumplimiento de los protocolos”, pidió el Suteba en su último comunicado, difundido el sábado, al día siguiente de los anuncios de Kicillof, en el que también subrayó que valora “la campaña de vacunación en la provincia de Buenos Aires” y el “plan jurisdiccional”.
Bonaerenses, satisfechos
Dos ministras de Kicillof mostraron ayer sintonía con los gremios y confrontaron con intendentes opositores que reclamaron presencialidad en sus distritos.
“Es un regreso cuidado a las aulas, con protocolos consensuados entre expertos y gremios docentes”, dijo la directora de Cultura y Educación, Agustina Vila, a radio Futuröck. “El 70% del personal docente y auxiliar ya tiene la primera dosis y están los turnos asignados para el sector restante”, agregó.
Vila remarcó que “los intendentes saben cuál es la situación epidemiológica” y que “lo que hay es especulación política”.
Teresa García, ministra de Gobierno, subrayó que la Provincia “ha defendido la presencialidad desde siempre” y apuntó contra Larreta y contra Javier Iguacel, el intendente de Capitán Sarmiento que llamó a cortar rutas para pedir la presencialidad en su distrito. “Ayer [por anteayer], el hospital de Capitán Sarmiento estaba a tope, no había una sola cama. Hubo un episodio que no tenía que ver con Covid, sino con una persona que no tenía que ser internada de urgencia, y no había una cama donde albergarla”, dijo García.
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