Los jóvenes de 16 y 17, con baja participación en las votaciones
Entre los electores de menor edad hay una mayor inclinación hacia el kirchnerismo
Si se les muestra a los principales espacios que compiten por la presidencia un grupo de jóvenes, el kirchnerismo verá un voto potencialmente afín y el macrismo percibirá un terreno difícil y todavía por conquistar. En una elección que se encamina a una polarización extrema, los argentinos de 16 y 17 años que votarán este año por primera vez se convirtieron en una moneda codiciada, pero hay un problema: la mitad de los jóvenes optan por no votar en las elecciones.
El fenómeno se acentuó en las últimas dos elecciones. En 2015, votó el 58% del padrón de jóvenes menores de 18 años, pero en 2017 el porcentaje cayó al 52%. Es un dato significativo si se considera que el nivel de participación general fue del 81% en la presidencial de 2015 y del 78% en la legislativa de hace dos años. Este año están empadronados 984.725 votantes de 16 y 17 años (el 2,9% del padrón total).
Desde la primera implementación de su voto en las elecciones legislativas de 2013, el padrón de jóvenes de 16 y 17 años casi se duplicó (44%): pasó de 674.130 en 2013 a 973.459 en 2019. En ese tiempo, el total de electores de todo el país solo creció un 11%.
Según los analistas políticos, la baja participación se puede atribuir a que, si bien las elecciones son obligatorias, los menores de 18 años no son sancionados si no votan.
El gerente de Opinión Pública de Opinaia, Guido Moscoso, remarcó que los principales factores que explican la participación electoral suelen ser "institucionales e individuales".
Señaló que la disposición legal que obliga a votar es un factor clave para quienes ejercen el voto, mientras que, en cuanto a las individualidades, pesan la cantidad de recursos socioeconómicos y educativos que tenga una persona, lo satisfecha que esté con el sistema político vigente y cuánto se identifique con un espacio determinado.
"Entre los más jóvenes pesarían más los factores legales que los actitudinales para explicar su baja participación", dice el politólogo. Y agrega: "Si bien los menores de 25 años son más críticos del Gobierno y de la situación económica, en términos de identificación partidaria manifiestan los mismos niveles de rechazo que el total de la gente. Tampoco hay diferencias significativas en el potencial voto negativo (en blanco). Lo que puede explicar su baja participación es la no obligatoriedad del voto.
El voto de la juventud en sentido amplio -no solo de los de 16 y 17 años- no se distribuye entre los partidos de manera homogénea. Los sondeos demuestran una preferencia notable de los más chicos por el kirchnerismo, mientras que el macrismo es considerablemente más fuerte entre los adultos mayores.
El estudio más reciente de Synopsis refleja esa tendencia. Los votantes de 16 a 29 años manifestaron su voluntad de elegir mayoritariamente a Alberto Fernández-Cristina Kirchner (45,9%), mientras que el binomio Mauricio Macri-Miguel Ángel Pichetto recibió menos menciones (27,6%). Pero la fórmula de Juntos por el Cambio comienza a ganar terreno a medida que los consultados son más grandes.
Según Lucas Romero, director de Synopsis, los votantes nuevos tienden a tener ideas más progresistas. "Hay condiciones estructurales. Los jóvenes tienden a tener posiciones políticas progresistas o de centroizquierda y los segmentos adultos tienden a tener posiciones más conservadoras", dijo en diálogo con LA NACION.
Según el consultor, que también percibe un desinterés de los jóvenes por la política, el Gobierno es víctima de una "estigmatización" por parte de ese sector. "Uno encuentra que ser antimacrista está de moda y es casi una cultura joven", señaló.
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