Lozano denunció que Oyarbide protegió al vicepresidente
Le bastaron dos minutos. En ese tiempo, que demoró en salir del despacho del juez Norberto Oyarbide, en el tercer piso del edificio de los tribunales federales de Retiro, el diputado Claudio Lozano entendió que no iba tener suerte, en lo inmediato, con sus denuncias contra Amado Boudou, a cargo interinamente del Gobierno. Y denunció al juez.
"La entrevista con Oyarbide sirvió para constatar que el juez había cajoneado las dos causas que con pruebas contundentes llevaban indefectiblemente al procesamiento del vicepresidente", dijo Lozano, en el pasillo del despacho del magistrado, que ya había cerrado su puerta.
Lozano, quien se postula como candidato a senador por Camino Popular, había presentado dos denuncias contra Boudou: una por tráfico de influencias y uso de información privilegiada en el canje de deuda 2010 y otra por el uso de fondos de la Anses para la compra de acciones de empresas, por montos por fuera de las normas. Una causa tramitaba en el juzgado de María Servini de Cubría y la otra, en el de Daniel Rafecas. Ambas fueron unificadas en el juzgado de Oyarbide. Un tercer expediente, con una denuncia del candidato a senador por UNEN Fernando "Pino" Solanas, que estaba en el juzgado de Ariel Lijo, también fue al de Oyarbide.
Lozano, en plena campaña, pidió una audiencia con el juez, que le fue concedida. Pero, tras reunirse una hora con el magistrado, salió indignado porque el juez parecía no estar muy al tanto del contenido de los expedientes. Así, denunció: "El cajoneo de las causas fue tal que el juez leía delante mío lo que las causas decían. El juez se estaba desayunando ahora de las causas. Y, además, deliberadamente se tomaron decisiones para desviar el curso lógico de la acción judicial". Indicó que "se ignoraron evidencias insoslayables, como declaraciones juradas de los funcionarios, y se neutralizó la causa, asociándola con expedientes que tenían otros móviles y objetivos".
Lozano dijo que a Oyarbide "jamás se le ocurrió" pedirle que ratificara las denuncias. Y dijo que le sugirió que si no estaba de acuerdo con la manera en que estaba llevando esas causas, podía recusarlo. En rigor, no hubiera correspondido ni una cosa ni la otra: no hace falta ratificar las denuncias cuando sólo cambian de juzgado y, además, las partes pueden recusar al juez, y Lozano es denunciante, no querellante, ni fiscal, ni acusado. "Oyarbide cajoneó los expedientes, impidió los procesamientos, obturó el accionar judicial y me pidió que lo recuse", se quejó.
Sus denuncian alcanzan, además, al ministro de Economía, Hernán Lorenzino, y al titular de la Anses, Diego Bossio. Una de ellas aludió al manejo del Fondo de Garantía de Sustentabilidad, a raíz de la compra de las acciones a firmas que habrían tenido vinculación con funcionarios, por $ 4200 millones.
En la otra causa denunció que hubo "tráfico de influencias" porque dijo que se filtró información sensible sobre el canje de deuda en 2010 a ejecutivos de la consultora Arcadia. Lozano entregó al juez correos electrónicos intercambiados por Boudou y un abogado ligado a Arcadia, algo sobre lo cual Oyarbide no tomó ninguna medida, dijo el diputado. "Podría haber habido tráfico de influencias por parte de bancos o particulares que acopiaron bonos a precios irrisorios sabiendo (al estar asociados a las gestiones) que las operaciones para la reapertura del canje de 2005 llegarían a buen término", reveló.
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