Luis Majul: "Con el dólar imparable, avanza el operativo 'venganza e impunidad'"

El precio del dólar alcanzó un nuevo récord: 183 pesos. La brecha entre el oficial y el blue, se amplió hasta el 135 por ciento. Tampoco se detuvo el alza del precio del dólar denominado contado con liquidación, que trepó de 171 a 175 pesos. Sin embargo, fuentes del ministerio de Economía que ahora maneja, con más poder que antes, Martín Guzmán, definían, esta mañana, su último paquete de medidas como "exitoso".
No es mentira. Lo aseguró más temprano Marcelo Bonelli. Después agregó: "El mercado no piensa lo mismo". Menos mal que lo aclaró. Lo cierto, la economía está en caída libre. Que el dólar no para. Y el operativo venganza e Impunidad se acelera.

Vos te preguntarás: ¿Y qué tiene que ver una cosa con otra? Mucho. Todo. Cuando los gobiernos neopopulistas se vuelven ineficientes, sus líderes usan el recurso más desesperado: el ataque a los periodistas y los medios independientes, a los fiscales y los jueces que hacen su trabajo, que denuncian sus abusos y atropellos.
Están sucediendo, y están a punto de suceder otras, cosas gravísimas. Por ejemplo: el juez federal de Dolores y miembro de justicia legítima, Alejo Ramos Padilla, acaba de ampliar el procesamiento de Daniel Santoro con datos que el periodista considera falsos. El prestigioso Comité de Protección de Periodistas, con sede en Nueva York, pidió al juez que retire los cargos contra Santoro.
"Hacer responsables a los periodistas por las acciones de sus fuentes sienta un precedente profundamente preocupante y abre la puerta a cargos penales contra periodistas de investigación", dijo la Coordinadora del Programa de Centroamérica y Sudamérica del Comité.
Ramos Padilla también acaba de ampliar el procesamiento del fiscal Carlos Stornelli, dando por sentado que había participado en acciones de presunta extorsión e inteligencia ilegal junto al falso abogado, Marcelo D´Alessio.
Muchos periodistas y programas, entre otros La Cornisa, mostramos datos que prueban que el expediente de Dolores fue armado para voltear la megacausa de los cuadernos de la corrupción, el juicio con más prueba de la historia reciente de la Argentina. Todavía no pueden voltearla, porque para hacerlo deberían hacer explotar a todo Comodoro Py. Pero recursos y ganas les sobran.
Algo parecido a lo que hicieron con Santoro y Stornelli quiso hacer conmigo la vicepresidenta Cristina Fernández, a través de su abogado y también defensor de Cristóbal López, Carlos Beraldi, del letrado patrocinante de Hugo y Pablo Moyano, Daniel Llermanos, y gente impresentable como el senador Oscar Parrilli y el diputado Rodolfo Tailhade, junto con un periodista de C5N, procesado por extorsión y condenado por publicar información falsa.
Me acusaron falsamente de hacer espionaje ilegal. Intentaron cambiar mi identidad. Me quisieron hacer pasar por un productor y movilero de América TV, cuyo apodo es Pirincho. Gracias a un colega llamado Camilo Cagnacci, del sitio Periodismoypunto, quien determinó que Pirincho no era yo, toda la operación se les fue al demonio. Ahora, cada uno de los que me acusaron está siendo demandado por daños y perjuicios.
Pero volvamos al día de hoy. Te recuerdo que en Cuadernos está procesada, como jefa de una asociación ilícita que robaba plata del Estado, Cristina Fernández de Kirchner. Ahora, sobre la base de la nueva decisión de Ramos Padilla contra Stornelli, muchos procesados en Cuadernos van a pedir la nulidad de la causa. Pero esto no es lo único que estaría por suceder.
Hay una versión, no confirmada, que dice que cuatro de los cinco jueces de la Corte (Ricardo Lorenzetti, Horacio Rosatti, Juan Carlos Maqueda y Elena Hignton de Nolasco) estarían por fallar a favor de los caprichos de Cristina Fernández y en contra de los jueces Leopoldo Bruglia, Pablo Bertuzzi y Germán Castelli.

Te lo voy a explicar como un cuentito para que se entienda bien. La vicepresidenta impulsó el desplazamiento de los tres. Bruglia y Bertuzzi son los camaristas que, entre otras cosas, confirmaron el procesamiento de Cristina Fernández y la mayoría de los procesados en la causa Cuadernos. Castelli es miembro del tribunal que debe decidir la suerte de la expresidenta, en el juicio oral de Cuadernos.
¿No resulta evidente? Quieren apartar a los que investigaron a la vicepresidenta y, al mismo tiempo, saciar su deseo de venganza. Los tres fueron trasladados a los lugares que hoy ocupan, previa consulta del entonces ministro de Justicia Germán Garavano, al Consejo de la Magistratura y la Corte Suprema de Justicia.
En su momento, la magistratura y la Corte lo convalidaron. En la acordada número siete del año 2018, los jueces Lorenzetti, Rosatti y Maqueda justificaron la validez y la legitimidad de esos traslados. Traslado no significa subrogancia. Subrogante, para que se entienda, es un juez que está ocupando el lugar de otro, de manera provisoria.
Si se confirma la sospecha de que tres o cuatro de los cinco ministros de la Corte estarían buscando la manera elegante de dar la razón a Cristina Fernández, transformando los traslados legitimados y definitivos de Bruglia, Bertuzzi y Castelli en subrogancias, los jueces desplazados durarían en sus cargos lo que dura un suspiro. Es decir: lo que tarde el Senado, el nuevo reino de Cristina, en aprobar los concursos para reemplazarlos por otros magistrados.
La posible decisión de la Corte está generando más ruido e indignación en la calle de lo que uno podría suponer. Hasta hoy era una solo una versión. Porque fuentes cercanas a Lorenzetti informaron que el juez les mandó a decir a sus colegas Rosatti y Maqueda que no los acompañaría con su voto. Si al final los acompañara, el fallo pondría patas para arriba a todo el sistema judicial.
En efecto: cientos de magistrados en todo el país están en la misma condición que Bruglia, Bertuzzi y Castelli. Por lo tanto, podrían ser desplazados por otros jueces. Por otros jueces subrogantes, designados por Cristina.
Si a esto les sumamos las tomas y usurpaciones en todo el país, que están siendo convalidadas por amplios sectores del Gobierno, la decisión de la Oficina Anticorrupción de no renunciar como querellante en las causas de corrupción y la creación del Nodio, observatorio oficial que quiere vigilar y castigar a periodistas desde una superioridad moral no comprobada, podemos concluir que la Argentina está por batir otro récord: el de campeón mundial de la impunidad y la venganza.
Y cuanto más suba el dólar, cuanto más aumente la pobreza, la desocupación, los contagiados y muertos por Covid y el rechazo de los votantes al oficialismo, más autoritarios, más prepotentes y más violentos se van a poner. Y más impunidad van a necesitar.

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