Luis Majul: "Cristina Kirchner golpista, Alberto Fernández eclipsado, Macri marca la cancha y la economía sigue en terapia"

Es un título largo, pero explícito: Cristina Fernández, "golpista"; Alberto Fernández, "eclipsado"; Macri "marca la cancha"; la economía sigue "en terapia". Los cuatro asuntos atraviesan la actualidad de este bendito país.
Lo de Cristina "golpista" no es exagerado. Se trata de la conclusión que se puede sacar después de los comunicados de las últimas horas de la Coalición Cívica, por un lado y Juntos por el Cambio por el otro. Tanto el partido de Carrió como la principal coalición opositora calificaron de golpista a la pretensión de Cristina Fernández de voltear a la Corte y proponer una nueva Constitución. O viceversa.

Las dos organizaciones políticas fueron al hueso y hablaron de golpe. El documento que firma Elisa Carrió tiene un condimento extra: el pedido de juicio político a Cristina Kirchner por considerar que la vicepresidenta se está alzando contra la Constitución y la división de poderes.
Para Carrió, Paula Oliveto, Juan Manuel López, Maxi Ferraro y Mariana Zuvic, entre otros, lo que plantea Cristina implica "mal desempeño de sus funciones" y "un brutal ataque al orden institucional".
En el texto del comunicado lo explican con claridad: "Cristina Kirchner, en definitiva, está diciendo 'como no me gustan algunos jueces', e incluso más, 'como no me gusta el sistema que la Constitución Nacional garantiza, entonces, no debemos respetarlo', pero como no lo quiere respetar será enjuiciada políticamente".

Por otra parte, el documento de Juntos por el Cambio, que firman Macri, Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich, Alfredo Cornejo y Mario Negri, entre otros, habla directamente de un golpe.
Un golpe a la Constitución Nacional. Pero los dirigentes de la principal fuerza opositora fueron más allá. Acusaron a Cristina de intentar "romper el sistema republicano" y definieron a la embestida como el "más grave ataque a la independencia de la Justicia desde la recuperación democrática".
Las amenazas verbales de Cristina tienen consecuencias. Y son graves. Daremos un solo ejemplo, para argumentar cómo operan en la cabeza de algunos de sus seguidores.
Hoy mismo, un sacerdote, conocido como Paco Olveira, tuvo el descaro de pedir un indulto para Boudou y la destitución lisa y llana de los cinco miembros de la Corte. No es un chiste. Es en serio.

Por otra parte, la idea de que Alberto está "eclipsado" por la vicepresidenta tampoco constituye ningún descubrimiento. Se sabe, cada vez que Cristina escribe cartas, levanta la voz o se pronuncia sobre el gabinete, la economía o la hipótesis delirante del lawfare lo deshilacha, lo desdibuja y lo "eclipsa" más.
Ahora hablemos de Mauricio Macri. La idea de que el expresidente empezó a marcar la cancha se cae de maduro. Su carta de ayer, titulada "¿Iban a volver mejores?" no solo funcionó para hacer más visible el cierre de la operación del aeropuerto de El Palomar y el uso de las líneas aéreas de bajo costo.

También sirvió de puntapie inicial para que Juntos por el Cambio presentara el documento contra la furia de Cristina Fernández y la Coalición Cívica doblara la apuesta, apenas horas después.
Pero mientras Cristina sigue condicionando a toda la clase política, incluido el Presidente, con su propia agenda la economía sigue cayendo.
Según el Indec, casi el 50 por ciento de los hogares del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) perdieron ingresos o poder adquisitivo, como quieras llamarlo. Por otra parte, el 40 por ciento tuvo problemas de empleo.
Además, el 33 por ciento de los hogares tuvo que reducir la ingesta de alimentos por culpa de la situación económica, a pesar de que el 48 por ciento de los miembros de una familia accedieron a subsidios como el IFE, los ATP o algún plan social o de alimentación.
Mientras tanto, habría que detenerse a mirar el creciente uso de las reservas para moderar la inflación y frenar el dólar y la presión que van a ejercer sobre los precios el cobro de los salarios y el aguinaldo de fin de año.

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