Macri baja la tensión en el seguimiento del caso
Después de semanas muy agitadas, delegó en Peña el tema y volvió al "modo campaña"
No hubo preaviso. El presidente Mauricio Macri se enteró de que la Cámara Federal de Apelaciones de Comodoro Rivadavia apartó al juez Guido Otranto de la investigación por la desaparición de Santiago Maldonado camino a La Plata, donde anteayer participó de la inauguración de la República de los Niños. Ahí se puso en contacto con los ministros Patricia Bullrich (Seguridad) y Germán Garavano (Justicia) para conocer los detalles, los alcances y las implicancias del cambio de magistrado.
La primera lectura sobre la modificación dejó "tranquilo" a Macri. Esto puede retrasar la investigación, pero en el Gobierno consideraron que la salida de Otranto descomprimió la situación. "Es neutral a positivo para el Gobierno", fue el análisis que le hicieron llegar al Presidente. El jefe del Estado también pidió precisiones sobre el reemplazante de Otranto, el juez federal de Rawson, Gustavo Lleral. Los comentarios de sus asesores también generaron calma. "Es un juez serio", le manifestó uno de sus principales asesores.
Si bien se activó en las últimas horas, Macri ya no consulta a diario ni cita a sus ministros de imprevisto para conocer los últimos detalles de los avances de la investigación por la desaparición del joven artesano. Desde hace una semana, el Presidente sólo llama a los funcionarios que siguen cada paso que da la Justicia cuando hay alguna novedad de relevancia, como ocurrió el viernes con el cambio de juez.
Una vez agotado el disparador de la llamada, Macri siempre vuelve al mismo tema. Es algo que lo desvela. "No podemos permitir vivir en una sociedad donde le mentiste al juez y no pasa nada", repite Macri en las reuniones de coordinación y ante el gabinete.
En privado, Macri asegura que el trabajo de Bullrich es "impecable" y reafirma que "no le va a entregar la Gendarmería a [Horacio] Verbitsky". El jefe del Estado cuestiona con dureza el rol que lleva adelante el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), que preside Verbitsky y es querellante en la causa Maldonado.
"Es la peor lacra que existe", lo definió Macri ante sus más cercanos colaboradores. En la Casa Rosada están convencidos de que Verbitsky y los representantes del CELS que están en Esquel hace más de un mes, entre ellos su director, Gastón Chillier, "están plantando pruebas falsas y preparan a los mapuches que se acercan a declarar".
Pero ese malhumor no se transformará en acción. "Lo único importante es que aparezca Santiago Maldonado. Cada día que pasa es un problema", reconocieron cerca del jefe de Gabinete, Marcos Peña. Y avisaron: "Si uno, dos, tres o los gendarmes que sean tuvieron algo que ver, se les caerá con todo el peso de la ley".
La causa, paso a paso
Macri delegó el seguimiento en una persona máxima confianza: Peña, su mano derecha. El ministro coordinador habla casi todos los días con Bullrich y Garavano y es el encargado de seguir cada detalle y movimiento de la pesquisa.
El circuito de información tiene dos vías: Bullrich encomendó al secretario de Cooperación con los Poderes Judiciales, Ministerio Público y Legislaturas, Gonzalo Cané, y al secretario de Seguridad Interior, Gerardo Milman, la tarea de campo. Además, según pudo saber LA NACION, la ministra está en permanente comunicación con funcionarios judiciales que la asesoran. Mientras, un equipo del Ministerio de Justicia analiza diariamente las novedades y la información que hay en los expedientes.
"Vamos a ayudar en todo lo que la Justicia nos pida, siempre. Hacemos lo que ellos quieran", dijo a LA NACION un hombre con acceso diario al despacho presidencial.
Mientras tanto, grupos de abogados de los ministerios de Justicia y Seguridad trabajan en los detalles que se van conociendo de la causa por habeas corpus que hasta hace 48 horas estaba en manos del juez federal de Esquel. En la revisión diaria aún se mantienen abiertas todas las hipótesis. "Aún no está acreditado en el expediente ni siquiera que Maldonado haya estado en la ruta 40 el 1º de agosto", describió un asesor todoterreno.
Los que visitan al Presidente todos los días aseguran que ya entró en modo campaña. Macri pide detalles de los lugares que visita y quiere hablar con la gente. Quiere saber principalmente cómo se está gastando la plata que el Gobierno gira a las provincias y a los municipios. Eso ya generó roces con algunos gobernadores -el último duelo verbal fue con el tucumano Juan Manzur- y con algunos intendentes.
Su última víctima fue el jefe comunal de una pequeña localidad de Chaco, donde Macri estuvo el último miércoles. Orgulloso y sonriente, el intendente lo aguardaba con una plaqueta en sus manos. Quería agasajar al Presidente, pero Macri, que venía de una charla con vecinos, se enteró de que el intendente les bajó el salario a los empleados públicos. Apenas lo vio lo encaró. "Te llega la plata todos los meses, ¿no?", lo interrogó. El intendente intentó justificarse y la foto que buscaba quedó en el olvido.
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