Macri: el debut de un candidato que se preparó ocho años
Tras afianzar su plan de gobierno en la ciudad, apuesta ahora a la apertura de su construcción política, impensada años atrás
En 2003 rechazó la oferta de Eduardo Duhalde, a quien le confesó no sentirse "preparado". En 2007, recién electo jefe de gobierno porteño, consideró que no era su momento. En 2011, la muerte de Néstor Kirchner, la sensación de que "Cristina era imbatible" y el consejo de sus asesores lo disuadieron de intentarlo. Tras ocho años como jefe de gobierno porteño y casi quince de carrera política, Mauricio Macri siente que éste es "su" momento para llegar a la Casa Rosada.
"Siento que éste es el momento en el que les puedo dar más a los argentinos. Estoy en condiciones de armar equipos y de poner el país en marcha", dijo Macri a LA NACION el miércoles, en el penúltimo día de campaña, en Palermo.
Claro que el Macri de 2015 no es el de las instancias anteriores. "Creció un montón, es el mismo, pero mejorado. Tuvo ventajas en su vida, pero también pagás un costo", lo define José Torello, amigo desde el secundario compartido, el Cardenal Newman. Las ventajas a las que se refiere el hoy apoderado de Pro son conocidas: hijo de Franco Macri y Alicia Blanco Villegas, tuvo una infancia holgada, y una adolescencia y juventud a la sombra de un padre exitoso en los negocios. "Se sacó de encima la responsabilidad a la que estaba sometido", agrega otro amigo de la infancia en referencia a la "necesidad" de hacer un camino propio, alejado del de su padre.
El cambio interior, en la que mucho ayudó la estabilidad afectiva que llegó con su actual esposa, Juliana Awada, tuvo como correlato la apertura del "amarillo puro" a una construcción política más abierta. Aún hoy Macri se sorprende de la amigable relación que tiene con Elisa Carrió, quien lo criticaba con dureza, o con dirigentes radicales que lo consideraban "la derecha". Nadie sabe si esos gestos alcanzarán para derribar las opiniones adversas que aún recoge el "estilo Pro" de marketing aplicado a la política y encabezado por Jaime Durán Barba, o de quienes dudan de su capacidad para sostenerse en el poder con la hipótesis de un kirchnerismo en la oposición.
La gestión como prueba
En el macrismo parece prohibido hablar de un gabinete presidencial de Mauricio Macri. "No hay nada definido" es la respuesta más escuchada en el edificio de Parque Patricios. El propio Macri calla y sólo dice que en su espacio hay "mucha gente capacitada" y que cuando llegue el momento se verá. A pesar del hermetismo, confía en un "equipo" de especialistas por área a la hora de actuar.
En economía, acude a la vertiente desarrollista vía Rogelio Frigerio, o a los liberales Federico Sturzenegger y Carlos Melconian, pero también al director de la Fundación Pensar, Miguel Braun, y Alfonso Prat-Gay. Frigerio podría, llegado el caso, ser "el Rodríguez Larreta" de Macri en la Casa Rosada, aunque el rol de jefe de Gabinete podría estar reservado para un extrapartidario, como Ernesto Sanz. El resultado de las PASO dará algunas pistas. En materia social, las elegidas son María Eugenia Vidal y Carolina Stanley, en tanto que en política exterior Macri consulta al ex embajador Diego Guelar y a Fulvio Pompeo.
Cada decisión pasa por el equipo de comunicación encabezado por Marcos Peña y Miguel de Godoy. Aunque Macri diga que la suya es "una opinión más", la palabra del consultor Jaime Durán Barba pesó y pesa mucho. En el armado político, las gestiones del ministro Emilio Monzó cuentan con el aval de Macri. Y para una decisión trascendente, el amigo de la adolescencia, empresario y ministro sin cartera Nicolás Caputo es, muchas veces, el último consejo al oído del candidato presidencial.
Los ejes de la campaña
Positivo
El discurso basado en el concepto de cambio y de distancia con el Gobierno y los partidos tradicionales "que nos gobiernan hace 25 años" creció hasta relegar al Frente Renovador de Sergio Massa. Ayudaron los acuerdos con la UCR y la CC-ARI, y la incorporación de peronistas como Carlos Reutemann.
Negativo
Algunos resultados electorales (segundos puestos en Córdoba y Santa Fe, triunfo ajustado en la ciudad) limitaron la sensación de triunfalismo que se instaló en Cambiemos luego de su formación. El discurso de Macri, al valorar políticas centrales del Gobierno, generó confusión en el electorado y en el propio Pro.
"El domingo va a quedar claro que somos mayoría quienes queremos un cambio real en la Argentina"
"Siento que éste es el momento en el que les puedo dar más a los argentinos"